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_____ Russo una joven de 22 años de edad, hija de Federico Russo, uno de los mafiosos no tan conocidos de la ciudad.

Con los pocos "trabajos" de contrabando y asesinatos este hombre ha ganado el respeto de varias personas peligrosas e importantes de toda la ciudad. Siendo uno de los multimillonario de la zona, bajo la categoría de los más respetados.

—¿Estas listo, querido?- pregunta Imelda, su mujer.

—Ya casi estoy-responde acomodando su corbata- ¿Y ___? - volvió a preguntar dándose la vuelta así poder ver el rostro de su mujer.

—Ya esta lista-responde con una leve sonrisa- me alegra que el señor Ackerman acepte venir a nuestra fiesta.- agregó mientras se acercaba a su esposo para acomodar uno que otro detalle de su cabello.

— Me siento honrado al saber que estará aquí- siguió inflando su pecho con orgullo - ganaré más fama ahora que compartiremos con él.

Imelda sonríe para luego voltear y empezar a caminar e irse del cuarto. Mientras tanto, la joven se veía al espejo, ese vestido era precioso y fue regalo por parte de su padre, suspira ya que en la noche anterior había salido de fiesta y no descanso lo suficiente.

Ella con sus 22 años de edad, siendo hija del mafioso, corría peligro ya que había enemigos de su padre que querían venganza. Así que, corría peligro gran parte del día.

Sale de su cuarto caminando por el gran pasillo así bajando las escaleras poco a poco. Su padre solía organizar fiestas muy seguido, estaba acostumbrada y era realmente aburrido ya que la mayoría de los invitados eran señores ya de bastante edad, era curioso ver a chicas un poco mas grandes de edad que ella sentadas y agarradas de esos mafiosos, podía darse cuenta que estaban con ellos por el dinero y poder, o, algunas veces obligadas.

—Te ves hermosa- escucha la voz de su padre, al voltear lo ve bajando las escaleras con un muy elegante traje.

—Gracias-agradeció y sonriendo levemente se acerca a su padre.

—Te compre este precioso collar para que combine con tu precioso vestido- siguió él entregando una caja mediana a su hija.

—Gracias papá. Pero no hacia falta, se ve muy costoso- responde ella viendo aun sorprendida por lo bello que se veía.

—Tranquila. Te lo mereces, hija mía.

Ella sonríe y deja que su padre coloque dicho objeto, llega una de las sirvientas avisando que los invitados habían llegado, incluyendo al señor ackerman.

Al entrar al Gran salón la mayoría conversaba entre sí bebiendo el vino más caro y comiendo comida realmente exótica. La joven suspira ya que no logró visualizar a alguien de su edad para así platicar. Se sentía sola ya que su padre no dejaba que tuviera amigos, mucho menos novio, según él, decía que no se podía confiar en nadie en lo absoluto, la mayoría tiene una máscara puesta y al lograr su cometido, juegan con ellos como si no supieran lo que es el perdón. 

Saluda a todos y cada uno de los invitados con una gran sonrisa. Tenía que ser lo más amigable posible y dar una gran confianza a los demás matones.

—Un placer conocerlo, señor Russo -escucha una voz masculina detrás de ella y al voltear se topa con un hombre alto, cabello hasta los hombros y un traje de color blanco, era guapo para ser 'viejo' o al menos eso pensó ___ .

—El placer es todo mío, señor ackerman-respondió Federico.

—oh Señor Russo, dígame Kenny. Somos compadres-sigue kenny estrechando su mano con la de Federico.

La joven sonríe ya que le parecía agradable ese tan kenny, tenía buena vibra a la hora de presentarse.

—Y ella debe ser tu hija- siguió kenny observando a la joven.

—Oh si. Kenny, ella es mi niña. ___. -siguió Federico.

—Un gusto conocerte- siguió kenny Agarrando a la joven de la mano y besando el dorso de este.

La joven sonríe ya que le pareció muy encantador la manera en que la saluda.

—El gusto es mío, señor ackerman.

Kenny sonríe a la joven y vuelve a fijarse en Federico.

—Sabes, mi sobrino iba a venir pero dijo que tenia cosas que hacer. Es un enano cara de culo.-bromeo y ríe junto con Federico.

—No hay problema. En otro momento platicaremos del acuerdo.- Responde Federico.

La fiesta transcurrió con normalidad, ese tal kenny parecía ser más agradable que los demás matones. Aunque parecía ser tan bueno, los demás hombres lo veían con respeto. Ya que los ackerman son los más peligrosos y famosos no sólo del país. Eran respetados por varios ,y la mayoría buscaban la paz con ellos ya que a la hora de actuar no conocían lo que era tener piedad.

Al acabar la fiesta todos y cada uno se marchaba sin antes despedirse y agradecer por la deliciosa comida y la agradable atención que recibieron.

—Gracias por todo-agradece kenny besando el dorso de la mano de ___-un gusto conocerte. Espero que la próxima mi sobrino pueda asistir. Y, que podamos platicar sobre lo acordado.

Era extraño que lo nombrarán a cada momento, como si entre kenny y Federico desearan juntarnos por algún motivo.

—Pues los estaremos esperando-responde la joven con una gran sonrisa- y será un gran honor conocer a su sobrino.

—Te encantará-siguió Federico.

Ella vuelve a sonreír y sin más kenny se retira. Suspira agotado y adolorida. Sus pies dolían por culpa de sus zapatos altos, era tarde y lo único que pensaba era en dormir.

▪️Hijo del mafioso▪️ (Levi× lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora