Ya había pasado una semana desde el accidente, ahora las personas del pueblo estaban ayudando a la familia Madrigal a hacer los preparativos para la fiesta de Antonio, el tercer hijo de Pepa y Félix.
El rubio había salido de su casa a petición de su madre y abuela, quienes le pidieron que fuera a ayudar y entablar más amistades, ya que durante el poco tiempo que llevaba en el pueblo solo había hecho un amigo.
Salió, portando sus oscuras prendas, quejándose por la luz del sol luego de no haber salido ni por un sólo momento de su habitación esta última semana. Caminaba hacia la casa de los Madrigal, en lo que tarareaba una canción que escuchó por ahí.
-¿Y Cami? -preguntó entonces a la hermana del anteriormente nombrado.
Dolores asintió varias veces, en lo que le indicaba silenciosamente al rubio dónde ir.
El argentino le agradeció y caminó alegremente hacia el patio trasero, donde Camilo cuidaba de los niños que jugaban sonrientes.
Permaneció parado bajo la sombra, observando al menor jugar y usar su don para cargar a los niños o hacer exageradas imitaciones de sus familiares.
Se acercó lentamente hacia ellos, viendo a su alrededor a las personas ir de aquí a allá cargando con cosas útiles para la decoración, ayudando o simplemente conversando por ahí con los demás.
Pasó ambos brazos alrededor de la cintura del menor, posando su cabeza entre el hueco del cuello del Madrigal, quien pegó un salto y por el repentino susto volvió a su apariencia normal, casi dejando caer a los niños que llevaba entre brazos. -Cami.
El rubio rió levemente, viéndose divertido por la reacción del menor, que ya se había calmado un poco y lo saludó tímidamente, tratando de parecer tranquilo, aunque no lo logró.
-Ya puedo salir, ¿podemos ir a ese lugar mañana?
-...Pero mañana también debemos ayudar aquí... -vio hacia sus pies, tratando de evitar la mirada que parecía atravesarlo.
-Dale, porfa. Le diré a mi mamá que nos ayude. -pidió, con un leve puchero que terminó de convencer al más bajo.
El rubio sonrió y abrazó al contrario más fuerte, sin lastimarlo, pero sí haciendo suficiente como para dejar al chico apunto de desmayarse de la pena.
-____, podrías dejar de vaguear y mejor ayudar como el adulto que s-paró. - ¡oh, Camilo! Olvídalo, ustedes diviértanse.
-Ma, cumplí los dieciocho recién, basta -pidió, tratando de entender por qué su familia ya no lo trataba como al niño favorito de la casa, sino que ahora le daban más responsabilidades que terminaban por matarlo por el repentino cambio.
- Ajá.
...
Luego de que Mirabel llegara a su rescate y se encargara ella de los niños, los dos chicos se dirigieron a caminar por la casa, en lo que buscaban algo en lo que ayudar antes de que les castigaran por no hacer nada.
El mayor no llevaba el encendedor consigo, después de todo se había prometido no cagarla de nuevo. Y es que ver a su madre furiosa no era muy bonito, para nada.
Al final, se decidieron por observar a la madre de Mirabel cocinar. Ayudándole en lo que podían hacer, como lavar los trastes y entre otras cositas de ese tipo. Riéndose de los problemas por los que pasaba su esposo con las abejas y demás.
Ambos chicos hablaban entre sí, tratando de discutir a qué hora saldrían mañana a petición del rubio, quien gustoso le aseguró que estaría al día siguiente temprano para recogerlo e ir juntos hacia a aquel lugar que ellos habían nombrado como suyo.
El mayor miraba en todo momento al chico, prestando atención a cada cosa que decía, por muy pequeña que fuera. Algo que no podía evitar poner nervioso a Camilo, quien se sentía demasiado tímido al recibir tanta atención por parte de la persona que le gustaba.
Los ojos azules todo el tiempo puestos en su cuerpo o rostro, acariciando su colocho cabello cada que podía. Era algo que por alguna razón le gustaba hacer al rubio, ya que "es suave" según él.
Y sobretodo, moría de vergüenza con las risitas que su hermana mayor daba al escucharlos hablar y observarlos de lejos. Ella y Mirabel disfrutaban de hacerlos sufrir, diciendo comentarios que le ponían los pelos de punta.
Digo, todos sabían acerca de los sentimientos de Camilo hacia el mayor, menos él.
[...]
N/A: no tienen idea de la ganas que tenía de cortarme la pija en lo que hacía este capítulo, y es que la inspiración no venía a mi cabeza y me re cuesta si no estoy inspirado.
Nashe
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𝖙𝖗𝖚𝖊 𝖑𝖔𝖛𝖊 | ᵐ! ʳᵉᵃᵈᵉʳ ˣ ᶜᵃᵐⁱˡᵒ ᵐᵃᵈʳⁱᵍᵃˡ
Fanfiction⸙⬦ ❝en donde Camilo está enamorado del chico pirómano del pueblo❞ ➪ 𝑓𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛. ℎ𝑜𝑚𝑜𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑡𝑜𝑠 𝑛𝑎𝑟𝑟𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎.