Luego de la repentina llegada del menor, quien se ofreció para ayudarles con el problema que se estaba presentando en la casa, decidieron dirigirse junto a él hacia su habitación.
Había un árbol enorme, animales de varios tipos descansando por ahí y otros que ya habían dado por acabado su ciclo diurno. El jaguar permanecía siempre al lado del pequeño, algo que se veía muy tierno.
Bruno se sintió un poco más aliviado luego de haber sido recibido por los chicos con tanta amabilidad. Quienes parecían calmados a pesar de que se había ganado una mala reputación por todo el pueblo, que lo tachaba de malo.
Luego de eso, se sentó junto a los jóvenes en el suelo, formando un círculo enorme, para después intentar concentrarse. Los chicos guardaron silencio, Toñito se quedó sentado en uno de los árboles, mientras los demás permanecieron al lado del mayor.
Cerraron los ojos, en lo que el mayor hacía su mayor esfuerzo por lograr su objetivo.
...
-¿Darle un abrazo a... Isabela?
-Sí.
Luego de que Bruno haya hecho el círculo y haber visto la nueva predicción, quedó mucho más confundido que desde un principio.
En la placa verde que se veía la nueva predicción había lo siguiente, que era una clara imagen de Mirabel y su hermana mayor. Algo que parecía imposible a ojos de Camilo, quien era consciente de la mala relación entre las dos.
En realidad ni siquiera estaba seguro de que en la primera predicción decía que Mirabel terminaría dejando a Casita hecha pedazos. Era algo demasiado confuso para él y sobre todo para los demás presentes.
Pero esta parecía ser la única alternativa que probablemente les llevaría a algo mucho mejor.
Luego de que la Madrigal haya preguntado por una solución, respondió lo anterior dicho, y al parecer la chica no se veía del todo segura, preguntando por otra solución, que desafortunadamente no había.
Quejándose entre murmullos, caminó hacia el cuarto de su hermana con los otros dos chicos tras sus espaldas, quienes le aseguraron que esperarían fuera de la habitación hasta que terminara.
Asintió y entró, siendo recibida por una mayor que parecía estar muy concentrada en sus propios asuntos. Jugando con sus manos y dando pequeños pasos silenciosos, habló.
-Isabela -Titubeó.
-Ahora no Mirabel, ya hiciste demasiado el día de hoy.
Mirabel frunció el ceño. Por un instante pensó que las palabras que habían salido de los labios contrarios eran la verdad, sintiendo un fuerte peso en el pecho. Empero, ella sabía que habían también personas esperando y que le apoyaban y creían en ella. Así que se paró firme sobre sus pies, suspirando pesadamente. Y dando un último aliento, tuvo el sufiente valor para poder hablar con seguridad.
-No, eso no fue mi intención -exclamó.
-¿No?... De todos modos -continuó. -¿por qué te disculpas ahora? Arruinaste la cena que he estado esperando durante años, hiciste enojar a la abuela y inventaste lo de las grietas, ¿y todo para qué? ¿sentirte mejor?
No.
-¿Por qué hablas como si yo fuera la causante de todo? Tienes una vida perfecta, Mamá está orgullosa de ti y la abuela te ama, tienes un don perfecto e incluso hermoso, no tienes que lidiar con el desprecio de la familia hacia ti desde que tienes memoria.
-¿Vida perfecta?, ¿Ves esto perfecto? -siseó. -Debo de hacer las cosas que me ordenan a la perfección, actuar como si todo estuviera bien, como si todo esto no me afectara lo suficiente como para hacerme sentir tan mal, no puedo reír o llorar porque no es lo que una persona perfecta haría. La abuela me ha hecho pasar noches sin dormir para ser lo suficientemente perfecta para ella... Ahora debo casarme con alguien que ni siquiera conozco del todo.
Con las manos sobre su pecho, soltó esas palabras que había estado reteniendo en lo más profundo de su ser desde hacía mucho tiempo. De sus empezaban a brotar lágrimas de... ¿odio?, ¿tristeza?
Un cactus. Tan simple pero algo tan hermoso ante sus ojos. ¿Podía ser ella algo más que sólo flores?, ¿Por qué algo como eso, que demostraba su imperfección, le hacía sentir tan feliz?
-Isabela, yo... De verdad que no sabía..
-Shh.
Con lentos pasos, se acercó hacia el pequeño cactus, que se veía sobre el suelo inundado de esas flores rosas y color carmesí. Tocando la planta con sus dedos, pinchando uno de ellos accidentalmente. Por primera vez, se sintió libre de poder reír con felicidad, sin importar el qué dirán los demás o la reacción de su abuela ante ello. Rió con felicidad, levemente pero con ganas, algo de lo que se había abstenido hasta ahora.
-Yo... De verdad, hermanita, muchas gracias -exclamó.
Corrió hacia sus brazos, rodeando a Mirabel con los suyos, mientras posaba su rostro en el pecho de la menor, agradeciéndole por todo.
Por ésto.
Por ese sentimiento de felicidad tan efímero.
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𝖙𝖗𝖚𝖊 𝖑𝖔𝖛𝖊 | ᵐ! ʳᵉᵃᵈᵉʳ ˣ ᶜᵃᵐⁱˡᵒ ᵐᵃᵈʳⁱᵍᵃˡ
Fanfiction⸙⬦ ❝en donde Camilo está enamorado del chico pirómano del pueblo❞ ➪ 𝑓𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛. ℎ𝑜𝑚𝑜𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑡𝑜𝑠 𝑛𝑎𝑟𝑟𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎.