El sol se había ocultado y la tenue luz de la luna se colaba por la ventana. El ambiente era bastante fresco y cálido, pero aún así sentía que no estaba lo suficientemente cómodo. Lo único que veía eran las paredes de la habitación en la que dormiría, muy pequeña comparada con la suya. Era muy bonita y de colores claros, pero ese sentimiento seguía presente.
Se había quedado en esta habitación a dormir, ya que se negaba a ir a casa y Rosa le convenció de quedarse. Hace un rato que ya había cenado y la familia se preparó para dormir, cosa que él hizo de igual manera.
Veía hacia su regazo, sentado sobre la cama con las piernas cruzadas. Un suspiró pesado salió de sus labios, sus ojos entrecerrados mientras pensaba en algo. No sabía realmente en qué pensar, jugando con sus manos por aburrimiento. No sabía cómo sentirse siquiera. Todo esto era tan confuso que no podía procesarlo.
La puerta se abrió lentamente, provocando un leve chirrido. Volteando sobre su eje, dirigió su mirada a la silueta borrosa que se veía de pie frente a la entrada. No supo identificar quién era al principio, así que le tomó unos cuantos segundos distinguir esos dorados cabellos que se acercaban a él tranquilamente.
Estando frente a sí, le vio con una sonrisa. Traía una almohada junto a él, con esa que dormía todas las noches y de la que no le gustaba separarse. Un detalle muy tierno que le provocó una pequeña sonrisa. Sentía que toda la presión y ese dolor en el estómago empezaba a esfumarse con el pasar de los segundos.
____ se acostó junto a él sobre las suaves sábanas verdes, abrazando la esponjosa almohada con fuerza mientras le veía. La cama hundiéndose levemente por su peso. -Cami... ¿No puedes dormir? -su profunda voz le hizo estremecer. Su respuesta fue un leve sonido. -Yo tampoco.
Parecía que su fiebre había bajado, pero aún necesitaba limpiar su nariz cada tanto y le costaba un poco respirar al dormir. Camilo se volteó y lo observó, admirando cada una de sus facciones, la suave expresión en su rostro que le hacía sentir ese revoloteo en el estómago. Se veía cansado, no tan lleno de energía como solía estar la mayoría del tiempo. Se sintió muy culpable, porque probablemente él había estado pasándola muy mal y no pudo darse cuenta de ello.
Sin darse cuenta, unas pequeñas lágrimas empezaron a salir de sus orbes, cayendo por sus mejillas y empapando las sábanas. Sentía un vacío en el pecho que le carcomía por dentro. El mayor dirigió la mano hacia su cabello, repartiendo caricias con cariño por sus mejillas. Esa mirada era suficiente para hacerle sentir lleno.
-Te quiero... -susurró. -Mucho.
Una pequeña risita salió de los labios del menor, sonrió sin importarle ni un poco las lágrimas en su propio rostro. Se sentía aliviado ahora, ese dolor había sido remplazado por una cálida sensación. Con sus manos estrujó la suave tela, haciéndolas puño. Observó hacia sus pies con la cabeza baja, se encogió en su sitio, mordió su labio inferior en un intento de relajar las sensaciones por las que su cuerpo pasaba.
-Yo también te quiero...
Los susurros suaves que salían de la boca de ambos, las risas divertidas y las miradas llenas de amor que volvían locos de ternura a los jóvenes. Camilo agarró su mano, acariciando las heridas en sus nudillos que se hizo al golpear el espejo. Su rostro, sus mechones rubios brillantes. Esos ojos como diamantes que le veían con tanta seguridad. Sentía que verlos le daba vida.
No quería perderlo.
Juntaron sus labios, sintiendo las mariposas y esa sensación en el pecho que aumentaba con el pasar de los segundos. Acudieron a los brazos del otro, disfrutando de una linda noche estrellada. Bajo la luz de la luna que les acompañaba.
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𝖙𝖗𝖚𝖊 𝖑𝖔𝖛𝖊 | ᵐ! ʳᵉᵃᵈᵉʳ ˣ ᶜᵃᵐⁱˡᵒ ᵐᵃᵈʳⁱᵍᵃˡ
Fanfiction⸙⬦ ❝en donde Camilo está enamorado del chico pirómano del pueblo❞ ➪ 𝑓𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛. ℎ𝑜𝑚𝑜𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑡𝑜𝑠 𝑛𝑎𝑟𝑟𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎.