-¿Por qué estás entre las paredes? Les hiciste creer a todos que te fuiste hace ya mucho tiempo, ¿por qué? ¿por qué..?
-H-hey, una pregunta a la vez, por favor...
Luego de lo anterior, Bruno les comenzó a guiar a lo que según sus palabras era donde se estaba quedando. Las ratas corrían por todo el pasadizo, transportando cosas como comida, algunas frutas y demás.
Sus pizadas hacían eco por todo el lugar, provocando un sonido vacío que a Camilo le hacía sentir extremadamente nervioso, y aunque no lo quería admitir, tanta oscuridad le causaba un miedo agonizante.
Sintió después que su mano era agarrada suavemente, para después ser empujando hasta el pecho del ojiazul, quien lo sostuvo entre sus brazos, tratando de "protegerlo" o demostrar que estaba ahí junto a él.
Al toparse con esos ojos azules que le veían desde arriba, se sintió bastante ansioso, ese color carmesí en sus mejillas no tardó en hacerse presente. Su corazón latió de manera desenfrenada al recibir las caricias del mayor en sus colochos cabellos.
El pelirubio no tardó en usar su encendedor para iluminar el lugar levemente, brindándole al Madrigal seguridad y comodidad, quien de inmediato le agradeció en débil susurro, sintiéndose tímido.
En lo que Mirabel aún le preguntaba al tío Bruno, parecieron llegar a un especie de habitación bastante alejada. Al entrar, pudo apreciar mejor el lugar.
Algunos estantes con libros, mantas por aquí y por allá, ese papel tapiz en las paredes que le daba un ambiente cálido al lugar. Ratas acostadas por ahí, completamente cómodas, y entre otras cosas que eran normales pero necesarias para la comodidad del mayor.
Se veía cálido.
Les invitó a sentarse, mientras sonreía tímidamente, una sonrisa que aunque no lo pareciera era verdadera.
-Bien, ahora pueden sentirse libres de preguntar lo que sea -dijo.
-¿Por qué les hiciste creer a todos que te habías ido? -preguntó Camilo.
Bruno suspiró y se tomó su tiempo para pensar la respuesta correcta a esa pregunta, posando sus manos sobre su rostro y apoyando sus codos sobre sus rodillas. El rubio escuchó, sin comentar nada.
-La abuela quería que viera el futuro de cada uno de ustedes, al principio no me negué, pero eso terminó siendo tan sofocante que no pude soportarlo más... -continuó. -Así que quise huir.
-Pero no lo hiciste- murmuró la Madrigal.
-Y-yo no podía, no podía alejarme de mi familia, pero tampoco quería... Agh.
Camilo planeó seguir preguntando acerca del tema, pero la pálida mano del rubio tapó su boca, impidiéndole articular sus palabras correctamente. El chico se sintió nervioso y optó por callar.
El de pálida piel entendió la razón por la cual Bruno había huido de su propia casa, sabiendo lo difícil que podía ser para él hablar sobre ese tema tan delicado. Volteando hacia el adulto y manteniendo a Camilo junto a él, preguntó.
-¿Qué pasó con las demás piezas de la predicción?
-¡Oh!
Bruno se levantó y observó a su alrededor, para después levantar un poco la voz y llamar por nombres a sus mascotas, pidiéndoles las piezas, que un grupo de ellas terminó trayendo entre sus dientes.
Camilo dio leves palmadas al brazo de ____, quien volteó y por medio de gestos preguntó qué sucedía, para después ver hacia donde el chico señalaba, observando a su derecha un especie de grieta por la que se podía ver el comedor.
Acción que el rubio sintió como un golpe al pecho.
«Debió de haberse sentido muy solo».
-Aquí están las otras partes de la predicción -les indicó.
-Pero... ¿Por qué estaba rota en pedazos? -dudó Mirabel.
El rubio no entendía nada, pero prefería mantenerse callado.
-Oh, eso... Cuando la abuela me pidió leer el futuro tuyo, este no era muy... Bueno -exclamó. -Y a pesar de que mis predicciones no eran al cien por ciento exactas, sabía perfectamente que si mi madre veía lo que predije en ese entonces, pensaría en conclusiones apresuradas y probablemente terminaría haciéndote daño... Así que me sentí aterrado y rompí en pedazos la predicción, y luego... Huí, o eso fue lo que intenté.
Mirabel asintió, sin poder evitar sentirse algo preocupada o incluso hasta culpable. Pensó que probablemente las grietas se debían a ella y que todo era su culpa. Cosa que descartó en cuanto recibió leves palmadas en su espalda por parte de ____.
Sintiéndose aliviada y hasta incluso más positiva, preguntó. -¿Hay alguna manera en la que puedas volver a usar tu don?
-N-no lo creo... Mi habitación está hecha pedazos y necesito de un lugar amplio y seguro para intentar ver el futuro de nuevo.
-¡En eso podría ayudarles yo!
Toñito apareció, junto a su jaguar y algunos otros animales pequeños. Los presentes se alertaron levemente, para después suspirar aliviados.
-¿Cómo supiste sobre nosotros? -dijo Camilo.
-Fácil; las ratas me lo dijeron.
-Ah...
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𝖙𝖗𝖚𝖊 𝖑𝖔𝖛𝖊 | ᵐ! ʳᵉᵃᵈᵉʳ ˣ ᶜᵃᵐⁱˡᵒ ᵐᵃᵈʳⁱᵍᵃˡ
Fanfiction⸙⬦ ❝en donde Camilo está enamorado del chico pirómano del pueblo❞ ➪ 𝑓𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛. ℎ𝑜𝑚𝑜𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑡𝑜𝑠 𝑛𝑎𝑟𝑟𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎.