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Yoongi no podía dejar de mirar la ventana, se sentía demasiado cohibido y muy avergonzado, si le preguntarán por qué estaba así, ni él mismo sabría qué responder, porque cada vez que volteaba a ver aquel perfíl de su amigo, le parecía de los más dominante e intimidante, hacía que sintiera sus mejillas arder y que un extraño nerviosismo se hiciera presente.

Habla, dile algo...

Entre ambos se había formado un gran abismo silencioso, cada vez que intentaba abrir su boca para decir algo, se arrepentía de inmediato.

No sabía que hacer y aún más que decir, sobretodo quería arreglar aquella situación del restaurante, parecía que todo iba bien, que se podrían haber reconciliado, que todo se podría arreglar, como siempre quiso, pero siempre supo que sería difícil, después de cómo le había hablado y aún más haberle golpeado, aún se sentía mal por aquello.

Pero, aún así tenía una pequeña mínima esperanza de que Taehyung lo aceptará de nuevo.

El auto se estacionó frente a una casa, no muy grande pero muy hermosa, la fachada era elegante, pero Yoongi se extrañó un poco, ya que no recordaba aquella casa que fuera de Taehyung, aún así no le decidió no darle más vuelta al asunto.

Su mirada divagaba entre la de Taehyung, quién se mantenía erguido sin decir palabra alguna, enfocándose en lo que tenía enfrente, tragó saliva.

— Yo..., quiero pedirte disculpas nuevamente— de reojo miraba el perfil de su amigo, quién no desviaba la mirada de frente—. Soy de lo peor, lo sé, cometí un grave error, y quizás merezco tu desprecio y tú rencor y resentimiento, no fue la mejor manera de recibir una confesión, fue muy inmaduro de mi parte y enserio, disculpa, discúlpame Tae.

Miró hacia abajo, juntando sus manos y jugando con ellas, sentía decaer, no podía más.

Una risita se hizo presente, otra le siguió hasta convertirse en una carcajada.

Yoongi frunció el ceño, ¿qué había dicho que se había vuelto tan divertido?, el nerviosismo se había ido y la frustración se había hecho presente.

— ¿De qué te ríes? ¿Qué es tan gracioso?— la risa se volvió más fuerte, mientras él seguía con su expresión frustrada—, ¿Acaso soy un payaso para que te rías tanto?— se cruzó de brazos.

Taehyung volteó su rostro, mostrándole a los ojos de Yoongi, formarse dos media lunas acompañadas de una hermosa sonrisa cuadrada, bien ahora también se estaba sonrojando.

— No puedo creer, que aún no hayas podido reconocer a tu mejor amigo— habló Taehyung.

— No te entiendo.

Taehyung negó con la cabeza, aún manteniendo aquella sonrisa.

— Siempre haz sabido que soy una persona muy dramática, muchas veces me he preguntado, por qué nunca haz sabido diferenciarlo.

Yoongi cerró los ojos, tranquilizandose un poco, por qué si esta vez si iba a estallar, tenía que ser Kim Taehyung quién lo haga sentirse de esa manera.

— Taehyung, no hagas eso.

— Oh vamos, me la debías

— ¿Te la debía?

— Debías pagar por tu mala actitud—  hizo puchero—. Enserio fuiste muy malo— canturreó.

Yoongi sonrió, llevando su cabeza hacia atrás, recostando contra el sillón.

— ¿Esto es enserio?

— Si, debes saber que también soy rencoroso

— Oh Taehyung— llevó una mano a su frente, soltando pequeñas risas que fueron acompañadas por su contrario.

MY DEAREST DARLING Donde viven las historias. Descúbrelo ahora