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1ro de Marzo

Desde aquel día, había pasado una semana exactamente, que parecían varias e incluso años, quizás exageraba, pero así es cómo se sentía últimamente. Deprimido. No sentía la necesidad de alegrarse, no había razones para estarlo, no sentía la más mínima razón de querer sonreír en aquel momento.

Sentía una gran desilución, se encontraba angustiado, y todo giraba alrededor de una persona, porque ya no podía verlo, prácticamente había desaparecido del mapa sin dejar rastro de su presencia, como de si un delincuente se tratará, que supo evadir el sistema.

Sentía un desespero y ansiedad que ni él comprendía, todo su ser quería verlo, necesitaba verlo, necesitaba a Taehyung para alegrar su día, para poder respirar, para sentirse bien. Extrañaba demasiado a su amigo.

En su mente últimamente resonaban preguntas sin respuestas, que tanto así se incrementaban.

¿Por qué su amigo se alejó repentinamente de él?, ¿había hecho algo malo?, ¿acaso se arrepintió de su decisión?.

Porque desde aquel almuerzo, ya no supo más de él, no le respondía sus mensajes, no le devolvía sus llamadas, y cada vez más se sentía confundido.

«¿Tanto así deseo verte?»

Se preguntaba una y otra vez, quizás su amigo tenía cosas que hacer, quizás luego le contestaría o le devolvería llamada, pero no podía consigo mismo, ahora como sea necesitaba saber cómo estaba y si, ¿le había pasado algo?.

Quizás, podría ser por sus sueños, en los que Taehyung se aparecía últimamente, algunos no tenían sentido, porque extrañamente eran ellos dos hablando del futuro, sonriendo, encontrándose en situaciones casuales, pero a veces llegaban a ser demasiado comprometedoras, llegando a sentir ese sentimiento ahirado y lujurioso, que hacían a Yoongi exaltarse de semejante vergüenza.

Pero el último, lo dejó inquieto, siendo ahora Taehyung quién se alejaba de él, mientras más quería acercarse, mientras lo llamaba, parecía ni siquiera oírlo, viéndose a sí mismo, caer en una profunda oscuridad que le empezaba a atemorizar, siendo las voces de recuerdos y momentos tristes que atormenten su conciencia.

Yoongi suspiró y volvió a suspirar, aquel sofá en el que estaba, fue cómplice de sus inmerables cuestiones, mientras sus pies manifestaban su inquietud y desespero, mientras su mente buscaba respuestas.

— Papá, ¿Qué sucede?— preguntó su hijo mayor, Beomgyu, quién se acercó, tomando asiento a su costado.

Yoongi sólo lo miró por unos instantes, sintiéndose agradecido por la preocupación de su hijo, aún así, desvío su mirada.

— Papá— volvió a insistir.

— Nada hijo— soltó con simpleza, aún así el tono de tristeza era evidente.

— ¿Nada?— Beomgyu miró a su padre, con sus cejas alzadas, mirándolo con preocupación, nunca vió a su padre en tal estado— Yo creo...— lo pensó un poco—. Que necesitas salir, relajarte, divertirte— sonrió.

Yoongi lo miró con incertidumbre, parecía extraño, ¿ahora era su hijo sería quién le ayudaría?. Derrepente sentía una sensación cálida imprecnarse en su pecho, ante tal grato momento.

— Pero..., no quiero salir— dijo con un puchero, en súplica.

—Papá— usó un tono más firme, pero gentil, cruzándose de brazos—. Vamos será divertido— lo animó.

— Pero hijo, tú tambien necesitas relajarte, haz pasado por momentos difíciles, ¿por qué mejor no vas tú sólo?— volvió a suplicar, usando su cara más angelical posible.

MY DEAREST DARLINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora