MY DEAREST DARLING

5

19 de febrero

Yoongi abrió sus ojos y extrañamente se encontró en un lugar diferente, no sabía en dónde estaba y menos aún porque estaba ahí. Llevó una mano a su cabeza, sintiendo como esta le daba vueltas, volvió a acomodarse en la cama, tratando de cerrar sus ojos y tranquilizarse un poco.

Había silencio y estaba agradecido por ello, hasta que alguien entró golpeando fuertemente la puerta, haciendo que se sobresaltara por completo, vió como Seokjin entró muy animado, dejando en su mesita una bandeja de plata con jugo y una pastilla, acercándose luego hacia las cortinas, para despejarlas y mostrar la luz del sol.

— Buenos días Yoonie— canturreó, mientras escuchaba quejidos de parte del mencionado, quién se cubría el rostro al percibir la luz.

Yoongi alzó un poco su mirada, entrecerrando sus ojos, la luz le fastidiaba demasiado.

— Vamos levántate, ya es tarde.

— No quiero— volvió a acurrucarse, tratando de sentirse cómodo nuevamente— Tengo resaca— musitó

— Pues eso hubieras dicho ayer—  refutó—. Te bebiste más de diez copas, dime, ¡¿quién hace eso?!

— ¡¿Y quién te dijo eso?!— dijo molesto.

— ¡Tú lo hiciste!

Volvió a quejarse— Ya. No grites, que haces que me duela más la cabeza.

— Debiste pensar bien las cosas, hasta antes de hacerlas— Seokjin se cruzó de brazos—. Tienes que tomar esta pastilla, para que te sientas mejor— se acercó a la cama, sentándose a un costado, tomando así la bandeja, haciendo que Yoongi se acomodara para que tomará del juego.

Tenía muchas dudas, quizás Seokjin podría responderlas.

— ¿Tú me trajiste aquí?— miró al castaño esperando respuesta.

— Abre la boca y bebe

Yoongi haciendo caso, abrió su boca y empezó a tomar del jugo, aunque después de un tiempo en su paladar, para su disgusto sabía mal.

— Está feo, llévatelo— dijo haciendo muecas, ya que el mal sabor se hacía abundante.

Seokjin frunció el ceño— Pero, ¿qué dices?— acercó el vaso y lo vivió— Sabe delicioso.

— Sabe feo. Llévatelo.

— Se dice gracias, malagradecido.

Yoongi lo miró con frustración, ahora tenía un olor desagradable en su boca y una pregunta que no había sido contestada.

— Seokjin— le llamó, haciendo que el mencionado le prestará atención, con una ceja alzada—. Contesta mi pregunta.

— ¿Cuál pregunta?— sonrió burlón.

Los ojos de Yoongi se exaltaron, por lo que, decidió inhalar y exhalar, porque sí se molestaba su cabeza dolería más.

— ¿Tú me trajiste aquí?— volvió a repetir.

Seokjin, lo miró fijamente, llevando una mano a su cabello, contestó.

— En parte si y en parte no.

El rostro de Yoongi parecía confundido, Seokjin sonrió de nuevo por aquello.

— Cuando estaba dispuesto a buscarte, todos habían hecho un gran círculo alrededor. Curiosamente fui a ver y te encontré inconsciente, pero fue ese hombre guapo que preocupadamente ofreció su ayuda y decidió cargarte y traerte hasta aquí— pausó—. Así que, debes estar agradecido con él, ya que te cargo hasta aquí entre sus brazos.