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14 años después....
Enero de 1999


Eran los días de inicio de un nuevo año, unos meses más y después se estaría pasando a un nuevo siglo y aún así, no sentía ninguna satisfacción o necesidad de sentirse tan vívido o tan maravillado, simplemente parecía ir todo normal y calmado.

Otras personas se contentaban con el hecho de que todo sería diferente y al fin un nuevo ciclo en sus vidas iba a empezar, como una nueva percepción a los conceptos preconcebidos por sus antepasados .

Para Yoongi, era una catástrofe con tanta moda o disposición se encontrase en su camino, evaluando como todo para él, podía desmoronarse.

No es que estuviera mal tener treinta y dos años, pero básicamente todo cuanto conocía era reemplazado por otra cosa distinta, siendo el nuevo centro de aprendizaje y al que debía allegarse.

De sólo pensar en como las cosas, las personas, la tecnología, el mundo estaba comenzando a cambiar, de saber que hasta unos años, en el país, estuvieron viviendo dentro de una de las crisis económicas que casi hace perderlo todo y ahora, las mejoras crecían cada vez más, pero a pesar de eso parecía cómo si todo fuera tan atroz y estresante, que no había momento en que se consternara del porqué estaba seguiendo y aceptando cada una de las exigencias y retos diarios le pedían en su trabajo.

Y para el colmo, se sentía irritado y cansado, al tener que lidiar consigo mismo y no es que no tuviera paciencia para poder sobrellevarse, porque él era el concepto mismo de ser paciente, pero esto iba mucho más allá con lo que tenía que lidiar con su atenuante desesperación.

— Yoongi sunbaenim, ¿cómo ha pasado el año de nuevo?— mencionó uno de sus compañeros.

— ¿Ha salido a alguna fiesta?—  mencionó otro.

— Solamente he estado en casa, con la familia.

Su respuesta era simple y sencilla, pero a algunos no les agradaba del todo, cómo si parecieran preocuparse y sentir lastima, aunque sinceramente no tenían que hacerlo, eso era lo que hacía, tener una vida tranquila.

— ¿Sólo eso?

— ¿Nada más?

Yoongi frunció un poco el ceño, manteniendo la misma postura que mantenía.

— Ni siquiera haz querido darte una escapada a algún bar o club.

— ¿Debería de hacerlo?

Las dos personas frente a él, lo miraron un tanto descolocadas, cómo si no supieran que responder ante algo tan inesperado o simplemente les pareciera que era un tipo realmente callado y tímido.

Sus rostros derrepente comenzaron a sonreír levemente, haciendo a Yoongi consternarse un poco.

— No creo, al parecer no va mucho contigo.

Aquello era cierto, por lo que sólo asintió y se mantuvo en silencio. Viendo como aquellos sus compañeros de trabajo, se volteaban de espaldas y regresaban a sus oficinas.

Yoongi no era de muchos amigos, muy difícilmente podía crear lazos con otras personas, ya que debían llegar al punto de una seria evaluación en la que pudiera depositar su confianza y lealtad, y aún más, era por la amistad que un día perdió. Por lo que, no le molestaba estar aislado de ellos, menos le importaba en cierto sentido. Suspiró, volviendo a tomar sus documentos y se dejó caer sobre aquellos asientos que pudo ver.

Preguntándose, si... ¿realmente era tan aburrido?

Quizás era porque así lo criaron, así fue como su padre lo instruyó, a ser un hombre hecho y derecho, sin desviación alguna, enfocándose plenamente en los estudios, para lograr las logros que debía merecer, como ejercer una carrera tan varonil, para no lograr la burla en su reputación, ser de familia hogareña, trabajador, esforzado y no un holgazán y vulgar, pero sobretodo no dejarse influenciar por el entorno y seguir firme y obstinadamente sus ideales. Ser un hombre definitivo en toda la palabra y seguir sus valores enseñados e impuestos desde su juventud.

MY DEAREST DARLING Donde viven las historias. Descúbrelo ahora