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3 de Mayo

Taehyung desde su auto logró mirar la entrada del gran edificio. Era la primera vez que pisaba el lugar y también era la primera vez en que después de todo, vendrían buenas noticias para su aliado.

— Señor, que tenga buen día— le dijo Minho, bajando la ventana del coche.

— Igualmente, recuerda que en cuanto regreses a casa dile a Kai del asunto de mi padre, ¿correcto?.

Minho lo miró y asintió.

Luego la ventana del coche volvió a subir y Minho empezó a arrancar el coche, Taehyung sólo miró como se empezaba a ir, desapareciendo de su vista.

Al entrar, lo primero que vió fue a una señorita, la cuál le dió un saludo respetuoso acompañada de otra señorita más, muy aparte de la reverencia de un joven que conversaba con ellas.

Taehyung los saludó con una leve inclinación en su cabeza, de manera que entre todas las mujeres y hombres ocasionaba esa misma reacción, que sabía era favorable,  hasta que lograba finalizar con una sonrisa.

Le gustaba coquetear mucho, Yoongi últimamente lo mencionaba muy seguido, aunque de cierta forma como si le estuviera regañando y a pesar de eso, le encantaba.

Le hacía ver la imagen que gustaba relucir.

Subió por el ascensor y gratamente miró su reloj de mano, eran las nueve horas de la mañana. Temprano y puntual, como siempre acostumbraba a ser.

Cuando las puertas del ascensor su abrieron y puso su primer pie sobre el piso quinto. Taehyung miró fascinado al ver la eficiencia de los operarios, unos ni importancia daban a su presencia al caminar con sus ojos puestos en sus documentos y otros, hasta corriendo iban con un equilibrio total, ante la cantidad de archivos que poseían.

Taehyung empezó a reír, el trabajo era estresante, lo admitía, pero era un desastre divertido siempre y cuando, no era él, quién estaba implicado.

— Taehyung, ¿qué haces aquí?.

Volteó su mirada, encontrando a Yoongi, quién estaba sorprendido de verle, sus cabellos levemente desordenados y su esencia misma de que apenas había dormido ese día.

— Yoongi...— sonrió, para acercarse a él.

—¿Qué haces aquí?— dijo apenas cuando logró darse cuenta de que se acercaba.

— Pasaba a observar el lugar.

Yoongi lo estaba pensando un poco, frunció su ceño y lo miró incrédulo, Taehyung por su parte, intentó contener su risa, al saber que era muy poco creíble decir algo tan fácil de ver.

— Sé sincero— intentó disuadirlo—, ¿qué haces en mi trabajo?.

— Vine a saber como estabas, dulzura— susurró esto último.

Yoongi bajó su mirada y empezó a sonrojarse, pero rápidamente al ver que a su alrededor que algunos lo lograban mirar, cubrió su rostro con sus archivos en mano.

— Que vergüenza...— había susurrado, desviando su mirada y luego observándolo a los ojos.

Taehyung lo miró por un momento, estaba dispuesto a quizás sacar folder de sus manos y observar a detalle su expresión, le gustaba cuando se ponía tímido y de cierto modo, era tan contradictorio sentir ese especie de sensación tan satisfactoria y dulce en su interior.

— ¿Quieres pasar por mi oficina?— volvió a susurrar.

— No creo que sea posible...

— Ohh...

MY DEAREST DARLING Donde viven las historias. Descúbrelo ahora