Cortejo de un alfa |Kookgi|

Capítulo 4

El día había llegado demasiado rápido, en el momento en que se cubrió con las sábanas deseo que el siguiente día no llegase, pero sus suplicas no fueron escuchadas. Su madre se movía de un lado a otro hablando de lo que debía comportarse para atraer un alfa, en específico el tal Jeon, ella realmente deseaba que su hijo se uniera a él. Se mantuvo en un sillón de su habitación observando a su madre correr de un lado a otro.

Apenas y pudo comer, su madre había insistido en que no comiese mucho en el día pues los trajes debían quedar bien ajustados a su cuerpo, y al no estar su padre o su hermano para defenderlo tuvo que complacerla, no era como si tuviese mucha hambre desde días atras.

Faltando tres horas para que el evento del rey diese inicio se le preparo una bañera con esencias y jabones especiales que harían relucir su piel blanquecina. El tiempo en la bañera fue el unico momento en que pudo tener una hora del día a solas, un momento en que podría perderse entre sus pensamientos y calmar sus emociones. Esparcio un par de cremas por su cuerpo dejando su piel suave y brillante, no era como si las necesitase pero la insistencia dd su madre comenzaba a molestarlo.

  —Irás con el traje azul, la pedrería es hermosa—dijo su madre.

Tardo un tiempo en acostumbrarse al corsé, que le impedía respirar con normalidad y moverse con facilidad. Su cabello fue peinado y decorado con un broche de diamantes. Cuando su madre estuvo conforme con su apariencia decidió que era el momento de irse. Tuvo que sostenerse del barandal de la escalera para no caer rodando, el ajustado traje le impedía hacer hasta el más mínimo movimiento.

  —¿No esta demasiado ajustado el traje?—pregunto su hermano mayor.

Su madre nego de inmediato mientras le daba una mirada. El rostro de desagrado por parte de su hermano hacían notar lo conforme que estaba con su apariencia.

  —¿Hace cuanto volviste?¿Padre vino conmigo?—pregunto.

  —No, tuvo que quedarse en la oficina en el centro—respondio el mayor de los hijos Min—Yo ire con ustedes esta noche.

Lo agradecía, agradecía mucho la compañía de su hermano, no tenía tanto control sobre su madre como su padre, pero lograría mantenerla tranquila y sin que lo estuviese fastidiendo a cada momento de la noche. Subió junto a su madre al carruaje que los esperaba, su hermano cabalgaría hasta el evento.

...

Dio un suspiro mientras terminaba de acomodar su traje, no se había esforzado mucho en elegir un traje, simplemente había tomado uno de sus trajes negros que solía llevar en las juntas de trabajo, tampoco era como si quisiese llamar la atención. Salió de la casa y subio en su caballo, había estado encerrado en un carruaje durante mucho tiempo y no quería volver a estarlo.

No tardo mucho en llegar al castillo del rey, su caballo fue llevado al establo por algunos encargados. La noche ya había llegado, por lo que las luces de los jardines guiaban su camino al lugar. Al momento de ingresar en el salón el calor de este cubrió su cuerpo.

Una tenue melodía se escuchaba por el lugar, en un pequeño escenario varios instrumentos eran tocados, unas cuantas mesas de bebidas y bocadillos se encontraban instaladas alrededor del salón. El lujo estaba en cada rincón que mirase, inclusive las paredes tenían trozos de oro y joyas como decoraciones en estas. Los candelabros iluminaban el salón junto con otras velas que se ajustaban en las paredes y mesas.

  —Señor Jeon, es un gusto verlo.

Giro su cabeza, aun lado suyo una mujer rubia de avanzada edad y junto a esta una joven omega de vestido blanco y con pedrería que le hacía saber que se trataba de una participante de la temporada. Hizo un leve asentimiento como cabeza en forma de saludo, retrocedió un par de pasos para mantenerse alejado de las dos omegas.

  —Hace mucho que no se le a visto en la ciudad—dijo la mujer.

  —Prefiero el campo a la ciudad—sonrió con incomodidad—Si me disculpa...

Intento escapar de la mujer pero al momento en que intento dar el primer paso la joven omega se paro aún frente suyo impidiéndole el paso y obligándolo a retroceder para volver a poner una distancia.

  —Le quiero presentar a mi hija—hablo la mujer—Su nombre es Lili.

La joven hizo una reverencia mientras una sonrisa se extendía en sus labios. Asintió como saludo mientras buscaba con la mirada algo que pudiera ayudarlo a escapar.

  —Un gusto haberlas conocido.

Dio media vuelta y con pasos presurosos abandono el lugar, saliendo del castillo. Al menos en las pocas veces que habia estado en tales eventos quienes pretendían atrerlo se presentaban y no le impedían el paso. Esquivo a varias personas que recién llegaban al lugar y se escabullo a los jardines. Pasaría un tiempo en el jardín, antes de volver a ingresar.

  —¡Eres patético!

Detuvo sus pasos ante la voz de una mujer a pocos metros, con pasos silenciosos se acerco hasta el lugar donde había escuchado la voz.

  —No fue mi culpa madre, el hombre intento sacarme del salón, dijo cosas terribles que me asustaron.

En su campo de visión se encontro con una mujer adulta vestida con un vestido rojo y un joven con un elegante traje azul. Permaneció escondido escuchando lo que estos decían, al menos podría entretenerse.

  —No debiste a ver gritado Yoongi, me pusiste en vergüenza—dijo la mujer en dirección al menor—Y mira como volviste el traje.

Desvió su vista de los rostros de los desconocidos a los que espiaba en dirección al traje del menor, una gran mancha rojiza de encontraba en el frente de este, no la había notado antes.

  —Pues lamento haberme defendiendo de aquel asqueroso hombre que decía que me utilizaría como un prostituto, lo que sea que signifique eso—dijo el joven, Yoongi, segun lo que había escuchado.

Su boca se abrio con sorpresa cuando la mano de la mujer azotó contra la mejilla del chico haciendo que este cayera en el césped. El rostro del menor se transformo en una mueca de sorpresa y terror. La mujer se mantuvo en silencio unos segundos mientras, según su opinión, analizaba lo que había hecho.

  —¿Acaso ves lo que provocas?

Su rostro cambio a una mueca de molestia al momento de escuchar las palabras de la mujer.

  —Eres una madre horrible—dijo el menor aún en el suelo.

Espero un ataque de irá por parte de la mujer pero en ves de eso esta giro de sus pies y se fue por otro pasillo del jardín.

  —¿No sabe que espiar a las personas es maleducado?

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Espero les haya gustado este capitulo, disculpen cualquier error ortográfico.