Capítulo 2

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Atraveso el pasillo con pasos apresurados, su madre enloquecera si llega unos minutos tarde al desayuno. Arreglo su traje antes de cruzar la puerta del comedor, su madre y hermana ya se encontraban sentadas en la mesa, al parecer esperando a que llegase. Hizo una leve reverencia como saludo antes de ocupar su lugar en la mesa, en la cabecera de la mesa.

  —¿No dormiste bien querido?—pregunto la matriarca Jeon—¿La "señorita" con la que pasaste la noche no te dejo descansar?

Miro a su madre a los ojos unos segundos buscando en su cabeza una respuesta que pudiese dejarle claro a su madre que no debía meterse en sus asuntos.

  —¿Esta cuestionando mis acciones madre? Hasta donde se como cabeza de esta familia no me he metido en tus reuniones en las que apuestas—dijo con voz monótona.

La mesa quedo en silencio después de sus palabras, su hermana menor se entretuvo en su plato y su madre le lanzaba miradas mientras bebía lentamente su té. Comio su desayuno tan rápido como pudo intentando ignorar la incomodidad que sentía por las miradas de su madre. Dejo los cubiertos a un lado del plato preparándose para levantarse.

  —Jungkook—lo llamo su madre impidiéndole que pudiera escapar del comedor—Ahora que cumpliste los 25 años y que eres la cabeza de esta familia necesitas formar una familia y tener un heredero del apellido Jeon.

Al tema había llagado más rápido de lo que había pensado, según penso su madre no intentaría obligarlo a ir a la cuudad para cortejar a un omega hasta que faltarán dos días para el concierto del rey.

  —Pensare en tus palabras madre.

Escapo de la habitación antes de que su madre pudiese hablar. No quería casarse en este momento, en realidad no quería casarse en ningún momento, no era bueno con las relaciones sentimentales y los cortejos, mejor dicho no le agradaban ya que ni siquiera había intentado cortejar a un omega. Se encerro en su oficina fingiendo trabajar en el papeleo que era requerido para ciertas exportaciones, la realidad es que iba a beber whisky hasta que no pudiese ni siquiera ponerse en pie.

Su familia era dueña de una gran cantidad de barcos de exportación, su apellido era muy reconocido en ciudades e incluso países.

Dio un brinco en su silla al escuchar un par de toques en la puerta y como alguien intentaba abrirla, guardo la botella de alcohol y la copa que utilizaba debajo de su escritorio antes de que su hermana ingresara en el lugar a pasos lentos.

  —¿Qué sucede?—pregunto intentando que sus palabras no se escucharan arrastradas.

  —Se que estas bebiendo Kook—dijo su hermana mientras levantaba sus hombros restándole importancia—Mamá esta preocupada.

¿Su madre había enviado a su hermana para hablar con él sobre el tema del matrimonio? Giro sus ojos mientras un resoplido escapaba de sus labios.

  —Ella realmente quiere que consigas un omega.

  —Si, pude notarlo—dijo—Sabes que te amo, pero no te metas en mis asuntos.

  —Yo también creo que es momento de que te cases.

Al parecer su hermana estaba ignorando cualquiera de sus palabras, tan parecida a su madre, lo único que le quedaba era levantarse e irse a otra habitación de la casa para no ser molestado, pero se encontraba lo suficientemente mareado como para saber que no lograría ni ponerse en pie.

  —Hasta el momento has realizado todo lo que quieres, pero llego el momento en que te concentres en tu deber como el único varón de esta familia—dijo la menor—Iras a la ciudad y no volveras hasta que estes comprometido.

Antes de poder pronunciar una palabra la menor salio del lugar cerrando la puerta con fuerza detrás suyo. Ella era su hermana, la única que podía hablarle de esa forma sin dejarle defenderse o negarse. Su madre lo había logrado, sabía que su hija era la única que sería capas de convencer a su testarudo hijo.

  —¿Señor?

Miro en dirección a la puerta encontrándose con el mayordomo de la casa, un hombre anciano que habia estado trabajando para los Jeon mucho antes de que él naciera.

  —La señorita Jisoo me ordeno preparar un viaje a la ciudad para usted.

  —Si... hazlo por favor, iré a la ciudad en una semana.

No tenía posibilidad de escapar de su hermana, al menos podría divertirse en  las morbosas fiestas que los de la alta clase solían realizar. Pensaría en una escusa para las mujeres de su madre del porqué no se logro comprometerse.

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Espero les guste este segundo capítulo, disculpen cualquier error ortográfico.

Cortejo de un alfa |Kookgi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora