34. Apuesta

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Niall había imaginado mil veces aquella noche, la noche en que por fin destruiría a Harry Styles, pero nada había salido acorde a su plan. La sorpresiva llegada de su prometido lo había arruinado todo y es que había llegado un punto en el que ya ni sabía por qué seguían juntos.

A Jake no le parecía cómo se vestía, muchas veces lo llamaba vulgar por usar ropas femeninas siendo un omega masculino. Las únicas veces que se mostraba cariñoso era cuando las cámaras estaban cerca de manera que pudiesen captar su "hermoso romance" pero lejos de ello era frío y distante. Aún así no sabía cómo vivir sin él.

Por muchos años culpó a Harry por el cambio de su alfa, creía que ese año que estuvo con él se había vuelto así, pero ese día por fin pudo darse cuenta lo tonto que había sido, pudo escuchar de la propia boca del alfa todas las cosas espantosas que había hecho y como se jactaba de ello. Estaba completamente asqueado y es que aunque él no era una santa paloma, realmente no podía imaginar que clase de persona enferma estaría orgullosa de actos tan deplorables.

Al volver a su departamento se metió a la ducha intentando borrar de su cuerpo cualquier huella del tacto de su novio. El imbécil se había atrevido a besarlo y acariciarlo después de que supiera que ya sabía la verdad, como si estuviese completamente seguro de que las cosas continuarían como si nada. Niall entonces se dio cuenta que aunque se creía un rey, al final del día no era más que un bufón, un mal chiste, pero eso no se quedaría así por mucho tiempo.

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Al abrir la puerta frente a ellos se encontraba un alfa ya entrado en años con un par de guardaespaldas. Harry no esperaba verlo, es más, la única vez que lo había visto en persona fue cuando el sujeto intentaba convencer a Jake de dejarlo ir, claro no por bondad, sino porque un matrimonio por con alguien de la familia Horan era mucho más conveniente que aquella unión con un don nadie.

—¿Qué hace usted aquí?— preguntó Louis sin vacilación ni cortesía, Harry sabía que no debía dejar que su alfa tomara las riendas del asunto en su estado, le hacía falta aquella agudeza que lo caracterizaba situaciones normales.

—Señor Austin, estas no son las horas adecuadas para una visita, si necesita algo venga mañana.

El hombre frunció el ceño y se acercó a Louis, este le gruñó haciendo que incluso los hombres que acompañaban a Troy se alteraran. Un silencio incómodo se produjo, era una tensión casi asfixiante, Austin no dejaba de escudriñar a un Louis que estaba cada vez más visiblemente alterado y luego sonrió como si hubiera encontrado algo interesante.

—Tienes razón, creo que nuestros asuntos pueden esperar, después de todo, siempre hay lugar para la familia ¿no es así?— dijo mientras giraba para dirigirse a su vehículo.

Los puños de Harry se tensaron ¿acaso se había dado cuenta del secreto de Louis? Es decir, la poca iluminación que había en su patio ocultaba perfectamente los cambios físicos en su alfa e incluso si no fuera así ¿Cómo podría saberlo?

Louis estaba agitado, pero esta vez era una emoción diferente a la ira, era más bien una especie de pánico, sus ojos y su cabello comenzaron a volver a la normalidad.

—Lo arruiné— dijo casi en un susurro, parecía ido, perdido en su propia mente —Lo arruiné, repitió, adentrándose a la seguridad de la casa.

—¿De qué hablas Lou?

—Él lo sabe, sabe que es una finta, por eso estaba aquí....

—Lou, cálmate, no entiendo nada......

—Harry, hice algo estúpido...

El rizado lo tomó del rostro obligándolo a mirarlo. —Louis, necesito que me digas qué sucede.

My little  secret (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora