1. Nuevo trabajo

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Era la séptima entrevista de trabajo de Louis en lo que iba de la semana, estaba frustrado y un poco cansado, pero aún así no perdía su sonrisa, es decir no iba a desgastarse por las trabas que le ponía la vida no, no se dejaría derribar tan fácilmente, poco importaba si no lo tomaban demasiado en serio por ser joven, él no se rendiría, el buscaría ser un periodista de investigación cueste lo que cueste, incluso si tuviese que ganar experiencia en un campo completamente ajeno al suyo.

Louis estaba enfocado en temas como política y crítica social, el mundo de la moda le parecía algo ajeno y superficial, sin embargo era la única oportunidad que se le presentaba, una oportunidad que no podía dejar ir, sus cuentas no se pagarían solas y la persona para la cual trabajaría tenía tanta influencia que con su sola recomendación podría trabajar donde quisiera. El alfa de hecho tenía demasiada suerte de tener agendada una entrevista con Harry Styles, muchos matarían por una oportunidad como esa y él únicamente la obtuvo porque su primo, el anterior asistente de Harry, lo recomendó personalmente cuando decidió renunciar para enfocarse en su futura familia con su reciente esposo.

Se vistió lo mejor que pudo, no era alguien fashionista, de hecho era del tipo de personas que preferiría usar un chándal todo el día, pero tenía que hacer el esfuerzo, incluso si no era su trabajo soñado él estaba dispuesto a dar lo mejor de sí y demostrar lo mucho que vale, así que se atavió con un traje azul marino ceñido a su cuerpo. A pesar de ser un alfa era bastante bajito en comparación a otros y demasiado curvilíneo, si no fuera por su fuerte aroma a tabaco, madera y un sutil toque de vainilla probablemente pensarían que es un omega, es más, Louis estaba casi seguro que su apariencia había influido en el hecho de que no lo contraten pues los omegas a pesar de que legalmente tenían los mismos derechos, la verdad es que en la vida real, en muchos trabajos eran despreciados tan solo por su condición.

Llegó a la empresa 15 minutos antes de la hora acordada, estaba nervioso, no porque no confiara en sus capacidades, si no por la reputación del señor Styles, nadie había durado trabajando con él más de dos semanas, se decía que era exigente, prepotente y arrogante, con esas características nadie diría que realmente es un beta, en realidad se tenía la loca teoría de que en realidad era un alfa y que fingía pues era más común que omegas y betas trabajaran en ese tipo de industria. El único asistente que pudo soportarlo fue Liam, su querido primo, y la verdad no le sorprendía, el ojimiel era un ángel básicamente, el omega más dulce y paciente que había conocido, Louis tenía que llenar unos estándares muy altos, solo esperaba no defraudar la confianza que le había sido depositada.

Intentaba mantener su fachada serena, pero había algo que le molestaba, un olor peculiar, no sabía de dónde venía, pero sentía que inundaba el lugar, podía sentirlo por encima de todos los olores que vagaban por la oficina, pero al mismo tiempo era tan débil que no podía distinguir la fuente de donde provenía, pero necesitaba hacerlo.

—¿Señor Tomlinson? —una voz profunda y ronca lo llamaba, Louis se tensó de inmediato al oírlo, sus pupilas dilatadas por aquel aroma volvieron a la normalidad, no entendía por qué había perdido el control de esa manera tan solo por un perfume.

—Si, soy yo, mucho gusto en conocerlo señor Styles. —le contestó forzando una sonrisa, mientras el rizado lo miraba de arriba a abajo haciendo una mueca de asco antes de dirigir la mirada a otro sitio e invitarlo a pasar. Louis tenía varios complejos con su imagen, por lo que decir que no le afectó el evidente desdén de Styles sería una mentira, pero esta vez era diferente al resto, pudo sentirlo muy en su interior, como si su propio lobo estuviese siendo herido por ello.

—Payne dejó realizando la programación para las próximas dos semanas de mi itinerario, todo está sujeto a cambios claro está, pero es tu base, deberás hacer al pie de la letra lo que te diga y deberás acompañarme a varios lugares si así lo requiero ¿Está claro?

—Sí señor.

—Además quiero que estés aquí a las 7:30 cada mañana y tengas listo mi café, organizados mis documentos y que tengas programado todo aquello que realizaremos durante el día.

—Creí que la hora de entrada era a las 8:30.

—Tal vez para los otros empleados, tú eres mi asistente y espero de ti que llegues una hora antes y te vayas una hora después, por supuesto eso se verá reflejado en tu salario ¿Tienes algún inconveniente con ello?

—No señor, será un placer....

—No es necesario que beses mi culo, no te pago para eso, te pago para hacer tu trabajo, que te quede claro.

Louis asintió con la cabeza, la verdad es que su jefe era incluso más antipático de lo que hubiese creído, el rostro de un ángel con la personalidad de un demonio, eso es lo que era Harry Styles y aún así Louis no pudo evitar perderse en aquel verde de sus ojos.

* **

Para el castaño no fue difícil acoplarse al ritmo del trabajo en las semanas siguientes, lo que sí era difícil era acoplarse a su jefe y su volatilidad, sus excentricidades y sus constantes cambios de humor. Muchas veces esperaba que haga cosas sin siquiera molestarse en explicarle lo más mínimo los detalles y Louis tenía que hacer hasta lo imposible por adivinar lo que hiciera falta porque preguntar no era una opción, Liam se lo había advertido y él lo había constatado cuando quiso saber qué tipo de té desearía tomar el rizado, por un segundo creyó que estaría despedido, pero no, en ese momento precisamente al rizado le llegó una llamada y su semblante cambió completamente, pudo ver un atisbo de ternura en sus ojos cuando respondía, bueno eso antes de que lo fulminara con la mirada y lo mandara a verificar que todo estuviese programado para el photoshoot que debía realizarse para la portada de la revista.

Por más soberbio y mandón que fuera el rizado, Louis no podía evitar simplemente admirar a aquel hombre, no era solo su belleza, era su astucia, su experiencia, su forma de mantenerlo todo bajo control, no pudo evitar sentirse como un adolescente teniendo un crush imposible con alguno de sus profesores, porque efectivamente era imposible que el rizado le prestara atención a su simple asistente al que parecía querer tener lejos a toda costa, además estaba la cuestión de sus géneros, él era un alfa y Harry un beta, un beta masculino, Louis no tenía problemas con ello, pero la sociedad sí y no sabía lo que Harry pensaba acerca de eso, es decir lo comúnmente aceptado eran uniones en donde se pudiera procrear, el cual obviamente no era el caso de ambos; suspiró pesadamente, intentando dejar de pensar en lo bien que se veía su jefe con aquellas trenzas recogiendo su largo cabello. Entre su fijación por Styles y su lobo intentando perseguir al dueño de la fragancia que lo hipnotizó la primera vez que llegó a la oficina, iba a terminar enloqueciendo.

El trabajo ahí era mucho más agotador de lo que hubiese imaginado, incluso él siendo un alfa resentía un poco el atareado sistema al que era sometido por Harry y es que con la semana de la moda tan cerca no podían tomarse un respiro, pero no era como si el rizado fuese cruel con sus empleados, no, incluso en él podía notarse el extremo cansancio y la presión.

Un instinto dentro de sí le empujaba a cuidar del mayor, bufó confundido, es decir era coherente preocuparse por un colega de trabajo, por alguien con quien pasas la mayor parte del día, pero eso era muy diferente a que activase el sentido de protección de manada, lo segundo era mayormente activado por las feromonas liberadas o en caso de que familiares y seres queridos cercanos se encontrarán en problemas y Louis definitivamente estaba lejos de considerar cercano al rizado, aunque le gustaría.

—¿Cómo que tengo que viajar a Italia? ¡Eso no está programado!....Sabes muy bien Horan que yo... —oyó gruñir al rizado antes de colgar violentamente, lo observó colocarse las manos sobre el cabello con frustración.

—¿Se encuentra bien señor?— se acercó al mayor rápidamente liberando su aroma de manera inconsciente, eso hizo que su jefe se tensara de inmediato, su respiración se aceleró y un sutil olor a fresas con un toque de menta se hizo presente, era aquel aroma, el mismo aroma que había buscado sin cesar y sin éxito, ahora todo tenía sentido y se sentía aterrado por ello. Su jefe no era un beta, no, era un omega y uno al que su lobo se había imprimado, lo peor de todo, ambos habían entrado en celo.

My little  secret (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora