4. Mi primera enamorada

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Abril, el mismo año.

Tenía un raro sentimiento por ella, por Alice, y escribirlo con palabras es mucho más fácil notarlo. Sólo ahora me atrevo a escribirlo, ahora sé bien cuál era cuál. Tenía unos sentimientos invertidos, convergentes, uno tras otro, uno sobre el otro. Aveces estaba tan feliz que llegaba a mi casa llorando, pero sonriendo y dejando lágrimas caer, así como cuando fui al My World Tour.
–Venus, cachaí que en este poco tiempo te quiero caleta y no sé hueón, como que llego a mi casa y te extraño y vengo al colegio con puras ganas de verte –me dijo Alice, y yo sólo chillé con una sonrisa de oreja a oreja y la abracé por el cuello y mientras ella se reía entremedio dijo: Sólo por ti me levanto más temprano todos los días para bañarme, siéntete especial conchetumare.
–Tú me haces especial Alice, te quiero  –le respondí y nos besamos bien rico.
Después miramos para todos lados en el baño y una niñita nos había visto y salió toda cohibida mirando para abajo. Alice era muy burlona y al momento en que la niñita se fue se cagó de la risa, no sé que habrá sido tan gracioso, pero ella era así. Hacía cosas que a uno lo tomaba desprevenido, estar con ella era conocerla todos los días de distintas formas. Ella era un laberinto cúliao sin salida que mientras más adentro estas, más perdido te encuentras, pero por sobre eso hay como una luz que te dice "no estas perdida" ¿Me entendí?
Alice estaba loca y supongo que eso fue lo que me enamoró de ella. Alice siempre estaba feliz, sonreía y yo creo que lo hacía tanto que su boca se había quedado de esa forma porque sus ojos demostraban una pena que me daba dolor de espalda. Yo sentía que debía ayudarla, sentía que debía de ser su pilar para sobrevivir en esta vida tan repleta de agonía e hipocresía, con asesinos cúliaos y ladrones cara dura.
–Es que yo te amo, no sé que haría sin ti –me dijo y me volvió a abrazar, y lo hizo con tanta fuerza que casi quedo sin aliento.
Alice estaba obsesionada con hacer deporte, con vomitar toda su comida y en oler bien. Aunque le gustaba mucho la lasaña y las papas fritas, como a cualquiera. Le gustaba tomar bebida en exceso y toda la saga de ''Los juegos del hambre'', su amor platonico era Chad Micheal Murray y una vez tuvo sueños mojados con uno de nuestros profes de Taller Deportivo.
Cuando estaba con ella sentía un rico calorsito en el estómago que me hacía creer que eso era estar enamorada, con ella tenía tanta confianza que incluso creía que era mi alma gemela, llegué a creer que mi vecina, Júpiter, había pasado a ser historia y que la nueva amiga mía y mujer de toda mi vida era Alice, la loca Alice.
¿Quién mierda me creo yo? Tratando de loca a Alice... posiblemente las dos competíamos por el título de la locura, aunque en estos días tan extraños, no estar locos sería una locura, posiblemente en días como estos la cordura es algo inexistente. La cordura es algo así como un pequeño síntoma que sólo a veces siento.

–¿Alguna vez me dejarías sola? –me preguntó ella.
Las dos veníamos saliendo del cine, acabábamos de ver la tercera película de su saga favorita y supongo que su mente quedo en la película porque por la forma en la que me veía, suponía que no dejaba de pensar en esta; Al escuchar su pregunta mi estómago se volcó entero y ahí fue cuando me pregunté si de verdad ella me gustaba.
Entonces antes de responderle en mi mente resonó una grosería que significaba problemas, CONCHETUMARE.

CONCHETUMARE | TelenovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora