Capitulo 5: Juegos inocentes

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Jungwoo lo tomó de la mano y lo guió hasta la cama, se sentaron frente a frente, Doyoung tenía la cabeza agachada, sentía sus mejillas enrojecer, jamás había hecho eso así que estaba muy nervioso, pero tenía que aprender si pretendía decirle de esa forma sus sentimientos a Taeyong.

Por otro lado, el mayor estaba disfrutando de verlo así de sumiso y nervioso al menor, haciéndolo más adorable y por poco, deseable ante sus ojos. Le agarró del mentón y le hizo levantar la mirada, necesitaba tener bien colocados esos labios.

—Ahora te quedaras quieto y me dices que sientes ¿de acuerdo? —el pelinegro asintió—Ok, ahora cierra los ojos—le ordenó.

Doyoung le hizo caso a lo que ordenó, cerrando los ojos lentamente, la habitación estaba tan silenciosa, que podía escuchar sus propios latidos, sintió la cama hundirse al acercarse cada vez más su primo, cuando ya estuvo lo suficientemente cerca para tomar los labios de menor, se detuvo, lo miró con detenimiento, su primo en verdad era muy bello.

Antes de besarle decidió que era mejor calmarlo, por eso le dedicó una caricia en la mejilla, lo más suave posible, para luego chocar su aliento con el rosado labio inferior del menor, notó como el compás de la respiración se aceleró, sonrió divertido y por ultimo posó sus gruesos labios sobre los ajenos, apenas era un roce insignificante, pero bastó para que el otro joven se tensara.

—¿qué sentiste? —le preguntó al alejarse un poco.

—pues la verdad, no mucho, solo un cosquilleo.

—está bien, ahora le agregaremos un poco más de presión — una vez más buscó esos labios rosados que estaban entregados a él, aprisionó el labio inferior y luego el superior, repitiendo dos veces el mismo proceso. Se alejó para ver la reacción, sonrió de lado y volvió a besarle; pero esta vez un poco más intenso, quería dejarlo deseando más.

Tomó el mentón de Doyoung con sus delgadas manos y lo acercó más para así, repitió los mismos pasos varias veces, un roce, presión sobre ambos labios, otro roce más certero, permitiendo escapar una exhalación por parte del menor, besándole tiernamente, por ser su primer beso, para terminar, se permitió añadir algo así se quedaría con ganas de más el rosado, y succionó el labio inferior, sacando un jadeo en el otro individuo.

Sus mejillas estaban totalmente encendidas.

—entonces ¿qué te pareció Doyoungie?

—pues...me gusto, hyung tus labios son exquisitos y se siente muy bien ser besado.

—y eso que solo fue la primera parte, esto no es nada comparado con el verdadero beso.

—¿en serio? entonces un beso de verdad ¿será mucho mejor?

—por supuesto, eso ten por seguro, mañana seguimos, tienes que dormir para ir al colegio.

—hyung... —susurró avergonzado—¿cuándo podré besar a Kyunnie?

—aún es muy pronto yo te diré cuando estés listo, por ahora a dormir—se acercó de nuevo haciendo que se recostara sobre la blanda cama del "conejo", lo arropó con la manta y lo besó en los labios una vez más.

—que tengas dulces sueños, hyung—cerró esos oscuros y tiernos ojos, Jungwoo aún no podía creer hasta donde era capaz de caer , pero empezaba a sentir también atracción por ese pequeño, algo que nunca le había pasado, quizás esa forma tan inocente de ser, no hacía más que tentarle y darle ganas de pervertirlo.

Apagó las luces y se fue alejando de ese dormitorio, el cual sería cómplice de muchas cosas por venir.

Aun no tenía sueño, cuando estaba en casa gustaba de quedarse hasta tarde jugando en la PS o viendo cualquier programa que llamara su atención, o si no, se dedicaba a llamar a quien entonces era su amante, su profesor de intercambio el chino Yukhei, bufó molesto, por andar de romántico con él en el colegio, los pillaron y se enteraron, provocando un escándalo donde solo él salió ileso, pero su amante tuvo que ser despedido.

—si tan solo se hubiera calmado y no hacer el ridículo, esta noche no me sentiría tan "solo" y sin un poco de calor-—pensó que lo mejor era ir a tomar un vaso de leche tibia, quizás eso le ayudaría a conciliar el sueño temprano. Bajó sin hacer mucho ruido por las escaleras pues al parecer no había nadie abajo.

Entró a la cocina y abrió un cartón de leche, llenó una taza con esta y lo metió al microonda y calentó a la temperatura deseada, se tomó de un sorbo, lavó la taza usada y volvió a regresar a su recamara, estuvo a punto de entrar cuando unos ruiditos lo distrajeron, su curiosidad fue tanta que se acercó, buscando de dónde provenían.

Cruzó el cuarto de Doyoung y el de Jake, los sonidos se intensificaban, estaba cerca, y entonces llegó hasta donde era el dormitorio de su tía. La puerta estaba cerrada, así que despacio y con cuidado, la abrió poco a poco, tuvo que morderse la lengua para no gritar por la escena desagradable frente a sus ojos.

Frente a él estaba un Jaehyun sudado, con una cara de placer y sobre su mujer, no era tonto para saber bien qué estaban haciendo, la cama sonaba por las embestidas que el hombre arremetía contra su esposa, provocando gemidos que, de no ser porque los estaba amortiguando con la mano en su boca (seguro para no despertar a sus hijos), despertaría a todos en la casa.

Jungwoo apretó sus manos disgustado, enfadado, celoso. "Yo soy quien debería de estar gimiendo para él, sintiendo ese miembro dentro de mí" pensó; se dedicó a ver la desnudez de su tío, esos brazos fuertes y fornidos, capaz de protegerlo de cualquier bestia, pero a la vez, ser una bestia con él, se excitaba de solo pensarlo, ese hermoso y varonil cuerpo perlado en sudor con la expresión más hermosa que pudo haber visto en ese día.

Cerró sus ojos y se imaginó así mismo debajo de él, estando en el lugar de su tía, sintiendo como el calor de apoderaba de su cuerpo de solo imaginarse en esa posición. Siendo embestido por ese macho, por ese hombre que lo volvía loco.

—Definitivamente ese hombre será mío—pensó—debo empezar aponer cartas en el asunto, mientras juego con mi primito.

—¿qué haces ahí? —casi se muere de un infarto ahí parado, había sido sorprendido por el menor de la familia, lo miró de forma asesina, primero por interrumpir sus pensamientos ideando su plan y segundo por provocarle ese susto.

Estaba por responderle en voz baja para no ser escuchado; pero entonces se percató que su primo menor, no estaba viéndolo directamente sino que mantenía los ojos cerrados y balbuceaba cosas sin sentido, resulta que era sonámbulo. Lo tomó de los hombros y lo guió de nuevo a su cuarto.

Y el pecado entró por esa puerta * Jaewoo (NC-21)/Dowoo-DotaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora