Capitulo 11: De helados y reencuentros.

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Se despidió de Wendy, su tía, con las más hipócrita de las sonrisas, la mujer le respondió de igual manera (es decir con una sonrisa), dentro de ella estaba feliz, pues al parecer su sobrino la estaba pasando bien y temía que fuese lo contario, cuanto le agradaba poder ayudar a su hermana, aunque aún no entendía bien por qué envió a Jungwoo con ellos. Restó importancia y regresó donde su marido.

—amor ¿seguirás metido en la cama?

—creo que si cariño, estoy molido casi no pude dormir anoche.

—está bien, cuidaste muy bien de Jake, eres un buen padre—le besó en los labios—Me alegro de haberte escogido como mi esposo—se abrazó a él, mientras Jaehyun sentía claramente la voz de su conciencia.

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Llegó a tiempo a la universidad, lo suficiente como para dar una vuelta por los alrededores, sin saber que alguien aguardaba por él.

Apenas divisó su arribo y comenzó seguirlo, al parecer Jungwoo era muy distraído pues ni cuenta se había dado de los pasos ajenos, que le iban siguiendo. El muchacho no cabía en su emoción, reconocería ese rostro a pesar de ahora llevarlo de color naranja, pero nunca olvidaría a su amor de secundaria.

—creo que es hora de regresar, no quiero que me regañe la vieja gorda fea esa—se giró pero al hacerlo chocó con esa persona.

—idiota, fíjate por donde caminas—se quejó, alzó al vista para ver quien había sido el ignorante que había interrumpido su paso.

—Hola—lo saludó a la vez que mostraba una sonrisa de 10.

—¿¡Hola!?, perdón ¿nos conocemos? —la cara del más alto se desencajó ¿no lo recordaba?

—¿Ya se te olvidó? Bueno no importa—se recompuso, su orgullo no iba a ser herido—Veo que también estudias aquí-

—Es obvio ¿no?, si no, no estuviese aquí—pensó que solo era un tonto que le quería hacer perder el tiempo, ganas no le faltaban de darle un golpe a esa cara y de paso romper esos lentes que llevaba —Me voy a clase—estaba dispuesto a irse, pero una mano lo detuvo.

—¡Espera ,no te vayas! —le dijo.

—Mira, no sé qué pretendes, pero yo me voy—podía parecer débil pero no lo era, se soltó del agarre y salió caminando lo más rápido que pudo hasta desaparecer de su vista.

—te veo luego Kim Jungwoo.

.........

En toda la clase se quedó pensando en el sujeto con el que había tropezado la mañana, no era alguien especial, aunque le recordaba "algo", pero no sabía bien a qué; puso algo de atención a lo que decía su profesor, pero apenas vio que estaba explicando de nuevo lo mismo a ese alumno tonto, regresó a sus pensamientos.

Después de tanto querer recordar y no obtener nada a cambio, pensó que lo mejor era olvidarse de ese ser insignificante, y mejor era pensar qué mismo iba a hacer para poder acostarse con su tío.

—Si desean entender mejor, pueden ir a la biblioteca y pedir el libro, que seguro estará a su disposición—los alumnos asintieron. El profesor tomó su maletín y se retiró, la mayoría del curso le imitó, otros permanecieron en los pupitres.

—Creo que iré por ese libro, por estar pensando en Jaehyun, no entendí casi nada—agarró sus cosas para salir de ese salón, con suerte era la última clase del día. No faltaron los afanados compañeros que lo invitaban a salir al karaoke o alguno otra cosa, a todos se negó, solo quería llegar a casa.

Tal como dijo, pasó antes por la biblioteca, hasta el mismo se sorprendió de verse en ese lugar tan de nerds, pero era por su bien. Se acercó hasta la bibliotecaria, otra vez lo mismo, era joven y algo simpática, pero aun así, no sentía nada por ella, en vano trataba de llamar su atención, notó como con "disimulo" se alzaba la falda para provocarlo....¡Error! hasta él tenía mejores piernas, sin nada de celulitis.

Agradeció a la joven por darle la dirección donde estaba el dichoso libro, tenía que ir por él, para luego hacerlo firmar y poder llevárselo a casa. Pasó por cada uno de los estantes, casi le da un infarto al saber que tenía que ir al del fondo, con pesadez se dirigió al lugar, donde casi nadie había, excepto él.

Lo divisó muy rápido, se sintió feliz de haberlo encontrado a la primera, iba a tomarlo cuando otra mano lo agarró antes que él.

—Pero que mierd...—otra vez el mismo joven de la mañana. Lo miró molesto.

—¿qué? ¿necesitas esto? —alzó el libro—pues ven por él.

Se llenó de coraje, como osaba en retarlo de ese modo y justo ahora que lo tenía y podía marcharse y llegar temprano a casa.

—¿podrías hacer el maldito favor de dármelo? —espetó con furia, si había algo que carecía era de paciencia—¿Qué quieres? —preguntó ante la negativa del otro joven.

—nada solo quiero conversar contigo ¿no puedo?

—pues no, mira no quiero perder mi tiempo y más con perdedores como tú.

—¿perdedores como yo? —su sonrisa fue torcida, se acercó al pelinaranja, el otro retrocedía pero se vio obstaculizado, quedándose entre el muchacho y el estante, la mano que tenía el libro la desocupó para poder tomar las muñecas ajenas contra el estante, tratando de no dejarle escapatoria.

Jungwoo lo miró desafiante ¿qué pretendía ese muchacho con él?

—Veo que ya no te acuerdas de mí, qué ingrato de tu parte princesa.

—No me digas princesa, estúpido.

Y el pecado entró por esa puerta * Jaewoo (NC-21)/Dowoo-DotaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora