Lo único que supo de su jefa fue que entro en la oficina de mal humor. Solo escuchar el sonido repiqueante de sus tacones y su mirada más fría que el hielo se lo dejo muy claro.
Y como buen chico listo, no iba a buscarle las cosquillas a quien le puede despedir.
Aunque le encantaría vacilarle de vez en cuando para hacerla rabiar. Rosalyne es de esas personas que tienen una personalidad frívola y egocéntrica. Esa mujer era capaz de reírse de cualquiera por su inferioridad y para su desgracia, era su jefa.
Oyo a su compañero de al lado preguntarse qué demonios le pasa hoy. Childe simplemente no iba a preguntarse eso. Solo siguió con su tarea como si nada pasara.
A lo que regreso a casa, se dejó caer sobre la cama rendido.
Le había costado llegar al fin de semana, pero ahí estaba, luchando por sobrevivir. Y aun así...
Su apartamento no era muy grande.
Solo tenía una sala y una habitación aparte del baño, claro. Para una persona ese espacio era más que suficiente, pero... en ese preciso momento casi sentía que las paredes se empezaban a estrechar a su alrededor.
Hacía tiempo que no sentía esa sensación.
No era claustrofóbico, pero... La soledad de ese lugar lo mataba poco a poco. Hoy era uno de esos días donde estar allí metido le mortificaba. La ansiedad le devoraba.
A veces se le pasaba mientras estaba tirado en la cama, otras veces simplemente tenía que convivir con ella durante las horas restantes del día.
Sacudió su cabeza y decidió salir a dar un paseo.
Quizás así se tranquilizase un poco.
Definitivamente prefería quedarse en casa. Antes solía salir bastante, pero lleva ya tiempo que prefiere estar en el interior, en su pequeño cubículo de seguridad.
El viento le chocó de cara cuando salió del bloque de apartamentos.
El sentimiento de ansiedad no desaparecía, pero al menos, se hacía más soportable. Caminando, casi llamado por la sed, acabo en el bar de Diluc. ¿Cómo no? Se sentía mal y el primer sitio que visitaba era este lugar.
No era el mejor lugar para combatir la ansiedad. Tampoco el alcohol haría algo contra esta. Realmente podía pasar de allí y marcharse a otro sitio mejor.
Iba a irse cuando vio a través de la cristalera que el amigo de Xiao estaba sentando en una mesa al fondo del bar. Este estaba solo, sentado frente a una copa de vino. Su mirada estaba fija en la copa.
Childe sentía un cierto aire de melancolía alrededor suyo.
No podía decir qué era o como se veía la melancolía, pero era lo que esa imagen le producía. El otro día se lo dijo a Xiao aunque no insistió más el en tema.
Volverlo a ver... le causaba curiosidad.
Entro dentro del bar.
Zhongli ni se inmuto para ver quien era. El joven pidió cualquier cosa a Diluc y se acercó al hombre.
—Eres... Zhongli, ¿no?
Al escuchar su nombre, este levanto la cabeza para verle. Un leve gesto de sorpresa y luego una pequeña sonrisa.
—Oh, tú eres el amigo de Xiao, ¿no es así? Childe, si no mal recuerdo.
—Recuerdas bien —responde este.
—Entonces, ¿Xiao no vino hoy contigo?
Xiao tenía una cita con su pareja hoy... más bien, iban a ver una película juntos. Por lo que, si, era él solo consigo mismo. Ah, y su ansiedad, esa es su compañera actual.
ESTÁS LEYENDO
Ego-Instinct ℤ𝕙𝕠𝕟𝕘ℂ𝕙𝕚
FanfictionDespués de superar una depresión a raíz de una antigua ruptura, Childe parecía encontrar un equilibro en su vida. Aun teniendo que lidiar con algún que otro ataque de ansiedad, iba por buen camino. Hasta que el destino le hizo conocer a Zhongli. En...