Capítulo 6

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Llegó la noche y pasara lo que pasara, Childe tenía bien cargado su teléfono y esperaba la llamada impaciente de Zhongli.

Se metía en la cama arropándose y pasaba el rato navegando hasta que la llamada de Zhongli llegaba.

No había noche que Zhongli no le llamara y conversaran un poco hasta que al joven le entrase sueño.

Esto realmente relajaba a Childe. Era agradable hablar con Zhongli, contarle como le ha ido el día, comentarlo o incluso contarle cosas sobre él mismo.

No podía negar que la voz tranquila y educada de Zhongli le hacía sentir mucho mejor. Mejor con todo, consigo mismo. Era casi terapéutico.

La melodía del teléfono sonó.

La voz de Zhongli suena por este saludándole.

A veces, hablar con alguien suele ser de mucha ayuda para liberarte del estrés. Aunque en caso de Xiao es todo lo contrario. Pero Zhongli era...

Se queda mirando al techo imaginando como seria tener a Zhongli a su lado cada noche y no hablar por teléfono. Oía su voz hablarle todas las noches, pero siempre a través del teléfono.

La noche en la que se acostó con él, ellos dos hablaron un poco, aunque en ese momento Childe estaba algo exhausto.

—Ey, me preguntaba si te apetece mañana ir a la cafetería de la otra vez —propuso Childe —. Aunque si no puedes, lo entendería...

En realidad, Zhongli le comentó que su esposa llegó de viaje hacia ya días, casi después de su noche en el hotel. Aunque ha querido verle, no se atrevía a decirle de quedar porque ella estaba ahí, pero, realmente, Childe ardía en ganas de verle de nuevo, aunque solo fuera para hablar.

—Claro, me encantaría. ¿Mañana te parece bien?

—Um, sí. Está bien.

—Entonces mañana, ¿sí?

—Si.

Ambos se despidieron y Childe se queda emocionado.

Era como tener una cita, ¿no?

Tomo aire.

Childe sabía perfectamente que estaba pasando por su cabeza. No era tonto. No era la primera vez que se enamoraba de alguien. En cierta forma, no era algo que pasara muy frecuentemente pero cuando se enamoraba, sentía esa sensación.

Era agradable y cálida...

Al día siguiente, Childe acudía al lugar donde había quedado con Zhongli.

El sonido de los truenos le sorprendió y al mirar, unas nubes grises cubrían el cielo. Pronto iba a llover. No había problema si estaba dentro de la cafetería, pero... Quizás Zhongli se había quedado en casa al ver el mal tiempo que hacía.

No era tarde, pero...

—Siento el retraso —dijo una suave voz.

Una mano toco su hombro.

Al girarse el corazón de Childe se relajó un poco.

—No llegas tarde. Acabo de llegar —dijo Childe.

Lo último era mentira. Había llegado demasiado pronto y había esperado bastante, pero a Childe le daba igual eso. Zhongli llevo a la hora acordada.

En realidad, no sabía realmente como debería actuar. Era la primera vez que quedaban desde aquello y... ¿debía darle un beso? No, quizás eso sería algo atrevido e inapropiado. ¿Un abrazo? Mejor no...

Estaba algo confundido.

De nuevo, oyeron la tormenta acercarse y unas cuantas gotas empezaron a caer.

Ego-Instinct  ℤ𝕙𝕠𝕟𝕘ℂ𝕙𝕚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora