Capítulo 3

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—Supongo —dice Zhongli curioso —¿Realmente estas bien?

—Estoy bien. ¿Tu estas bien?

—Podría estar mejor —comenta pensativo.

—Entonces... ¿si es así quieres que te enseñe un lugar oculto en este bar? —pregunta el joven.

Zhongli se extraña un poco y mira a todos lados sin saber a qué se refiere exactamente.

—Dame un momento —dice Childe levantándose.

El hombre lo ve acercarse a la barra para decirle algo al pelirrojo que la entendía. Este parece poner mala cara y le mira molesto. Desde allí no oía lo que Childe estaba hablando con él hombre. Al final, este suspira y asiente.

Childe se da la vuelta sonriente y agarra la mano de Zhongli.

—Ven, te llevaré a un escondite secreto.

Este le mira con curiosidad levantando una de sus cejas. Movido por la curiosidad y por el joven, se levanta y coge sus cosas.

El joven le llevo por un pequeño pasillo cubierto por molduras de madera oscura. Al llegar a una de las molduras esta tenía un tirador de metal y el joven lo abrió.

—Nadie se da cuenta de esto nunca.

Al mirar dentro, hay unas escaleras que bajan al sótano.

Justo en frente se veía un cartel advirtiendo de que esta zona estaba restringida al personal. Quizás por eso Childe tuvo que pedirle permiso al joven de la barra para acceder a este lugar.

—Tranquilo, no es una sala de tortura ni voy a secuestrarte —ríe Childe.

Zhongli baja con cuidado las escaleras hasta llegar a la puerta. Childe saca unas llaves de su bolsillo y abre la puerta.

Sintió un poco de frio al entrar.

—¡Tachan! —dice Childe y prendió las luces.

La luz era tenue, pero permitía ver un poco el interior.

Tras esa puerta había lo que parecía una pequeña sala. No desentonaba mucho con el resto del local teniendo esa apariencia vintage.

Las paredes estaban cubiertas por cuero negro y terciopelo emulando el patrón de un sillón Chesterfield. El mismo tipo de sillón que había en la habitación. Había un sofá y varios sillones antiguos de diferentes tipos. En medio de estos, una mesa de cafe bastante grande. También había una especie de calefactor y una televisión.

—¿A que es chulo? —pregunta Childe — Diluc, el dueño suele traernos aquí cuando estamos el grupo de amigos al completo. Dice que somos unos escandalosos y que aquí nadie nos oye.

El joven cierra la puerta dejando las llaves puestas y se acerca al calefactor para encenderlo. En esta época del año suele hacer frio y este cuarto, quitando ese calefactor, no debe tener ningún tipo de forma de mantenerse caliente.

—También solemos jugar a cualquier juego o a veces usamos la televisión. Antiguamente esto era un casino o era parte de uno. Esta era una de las salas privadas.

—No sabía de esta zona. Ciertamente es bastante privada siendo que casi esta oculta.

Childe deja escapar una risita.

—Si... Diluc me ha dejado usarla.

—¿Qué le has dicho? —pregunta Zhongli curioso.

—Em... solo le he pedido que me cobre un favor. Es un buen amigo, aunque algo cabezón.

Ego-Instinct  ℤ𝕙𝕠𝕟𝕘ℂ𝕙𝕚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora