Capítulo 4

168 36 11
                                    

—Nos han traído a algunas personas que iniciaron las olas — el guardia más cerca al primer príncipe se colocó de rodillas ante el,— ¿a donde deberíamos llevarlos?

—Llévenlos a la prisión de fuego, ahí serán juzgados por todo lo que han cometido.

Asintió.

—Primer hermano — escuchó las suaves palabras del tercer príncipe, quien caminó hacia él para tomarlo por los hombros y obligándolo a sentarse en su trono.— Será mejor que descanses por un momento.

—No puedo hacerlo.

—¡El primer príncipe Daeisel está despertando!— exclamó la sanadora.

El príncipe comenzó a mover su cabeza lentamente, después llegó una de sus manos a su frente para poder sobarla debido al intenso dolor que siente. Sintió como su hermano lo envolvía en sus brazos, de pronto sintió una gran corriente cálida recorrer todos su cuerpo, Thane le estaba compartiendo magia para que se recuperara aún más pronto.

—Hermano...— murmuró, tomando las mejillas del príncipe mayor,— no sabes lo preocupado que estaba por ti.

El príncipe Daeisel sonrió débilmente.— No tienes que preocuparte por pequeñeces.

—Pequeñeces dices.

—¿Que pasó mientras estuve inconsciente?

—Diría que no tengo ni la menor idea — ayudó a su hermano a sentarse de forma apropiada en su trono, le hizo señal a la sanadora para que se asegurara de que se encontrara del todo bien,— nuestra hermana perdió el control de su magia, transformó su fuego en lava y esto hizo que su anillo sellador se deshiciera.

Daeisel suspiró.

—Después se crearon grandes olas de fuego, mande a dos de nuestros hermanos para que resolvieran este asunto. Me quedé aquí para ver por ti, por nuestros padres y por las personas  del palacio.

—Bien hecho.

El príncipe Thane sonrió de felicidad, lo más que le fascina en la vida — además de siempre estar de un lado a otro buscando una doncella linda con la cual pasar el rato — es recibir un comentario de afirmación por parte de su hermano.

También le dijo que, Arwen y el príncipe Rave fueron a la sección prohibida de la biblioteca, el príncipe Daeisel casi se le sale el corazón del pecho al escuchar esas palabras. Ni siquiera él, por ser el príncipe mayor había puesto un solo pie en la sección prohibida de esa biblioteca.

Avisaron que trajeran a todos los sanadores del reino al palacio para que pudieran ayudar a los heridos.

El príncipe Daeisel hizo varios espíritus de fuego para que ayudaran a las personas que aún seguían allá afuera. Estos pequeños espíritus de fuego son muy hábiles, pueden hacer todo tipo de trabajo, aunque hay unos que incendian todo a su paso sin la intención de hacerlo.

—Hermano Shimhir.

—¿Si?

—Gracias por ayudarnos.

—Siempre será un honor para mi y el tercer reino ayudar al primer reino — le sonrió a Thane.

El príncipe Thane se acercó un poco hacia el príncipe Shimhir.— Kael nos dijo que, si todo sale bien podremos tomar Lágrimas de príncipe.

—¿Que no te prohibieron tomar ese vino?

Se alzó de hombros.

El primer príncipe Daeisel está en la entrada del gran salón, tiene sus manos juntas simulando un ying y yang, al parecer está tratando de hacer algo que nadie puede entender.

La princesa renacida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora