La princesa renacida

Capítulo 11

Una corriente de aire fresco revoloteó su cabello.

La luna luce realmente hermosa, tan brillante y grande. Todavía recuerdas las noches en las que veía la luna junto a su príncipe, quien en ese momento le decía los nombres de las estrellas y le contaba muchas historias que se inventaba en ese momento.

Hubo una vez en donde ella le escribió una canción a Círdan, la cual se convirtió en la canción de ambos. Cada vez que ella tocaba para él la flauta lo hacía con tanta devoción que parecía ser un alma tocando la flauta, un alma que dedicó su vida a tocar la flauta hasta el final.

Camelia congelada, era el nombre de la canción que le escribió a Círdan. Lleva ese nombre debido a que la belleza del príncipe era como una camelia, tan lindo y perfecto. Al séptimo príncipe jamás le gustó el invierno y las camelias no logran soportan climas tan fríos, por lo que en más de una ocasión llegó a referirse a él como Camelia o Camellus. Hubo una vez en donde Arwen en modo de broma de dijo a Círdan: El príncipe de las camelias, lo cual enfureció al séptimo rey, ya que ese título le pertenecía.

Suspiró.

Escuchó unos cuantos pasos que se hacían cada vez más fuertes, de inmediato supo que se trataba de uno de los príncipes.

—En una linda noche — escuchó la suave voz del quinto príncipe, quien se detuvo a un lado de ella para así poder contemplar la bella luna que había esa noche.—Tengo una luna de hielo en mis aposentos.

Le dio una leve mirada al quinto príncipe, quien tiene su vista plasmada en la luna. Su cabello blanco y largo está húmedo, lo que le indica que acaba de salir de ducharse, pudo haber jugado que los príncipes habían terminado de ducharse hace unos minutos. Fue en ese momento en donde ella se dio cuenta de una cosa, Naekian viste prendas que le cubren todo su cuerpo, sus manos son las únicas que están a la vista, pero debido a lo grandes que sus prendas es fácil esconder sus manos. Siempre usa prendas que lo cubran a la perfección, incluso su cuello. Como si tratase de ocultar algo.

Esto le hizo pensar si el quinto príncipe podría tener baja autoestima, aunque esto sería casi imposible teniendo en cuenta lo bello que es. En más de una ocasión le han dicho que sus rasgos son tan delicados y perfectos que es fácil confundirlo con una chica, esto siempre lo hace sonrojar y finge enfadarse. Aunque no es único chico que tiene rasgos tan delicados, en todo Corazón hay muchos más chicos con sus mismos rasgos.

Su voz también es delicada y hay veces en donde toma un tono grueso como la voz de los demás príncipes, quienes parecen importarle poco cómo es su quinto hermano. Desde que lo conoció ha estado fascinada con la belleza y la actitud del quinto príncipe, siente que es alguien reservado y que nunca dice lo que realmente tiene en mente.

Vio un pequeño bulto en el pecho del príncipe, lo cual le hizo fruncir un poco el ceño. Se preguntó si él escondía algo debajo de sus prendas, quizá algo que siempre lleva consigo y que se niega a soltar.

—¿Eira se ha quedado dormida?— volvió a hablar, esta vez su tono fue más suave y delicado. Era como escuchar el canto de una ave por las mañanas.

—Se quedó dormida junto con Arhm. Ella parece gustarle pasar tiempo con ese pequeño susurro y él no dice nada al respecto porque come los ligeros copos de nieve que ella desprende — suspiró.

Naekian soltó una pequeña risa.

Se ha dado cuenta de que siempre que está con ella puede expresarse libremente, no tiene miedo a decir algo que piensa o a reírse. Le agrada mucho estar junto con Arwen, quien parece también disfrutar de su compañía.

—¿Cuando crees que lleguemos a El reino de las almas?

La princesa hizo un mohín.—No lo sé. Podríamos llegar esta noche o mañana, quizá en una semana o un mes. He estado leyendo el libro que habla sobre El reino de las almas, las personas que han logrado encontrar dicho reino dicen que, han llevado en un día o en una semana, incluso en un par de horas. Lo me que da a entender que El reino de las almas está en constante movimiento para mantenerse oculto.