La princesa renacida

Capítulo 29

No soy muy buena narrando batallas, pero hice lo que pude.

Hacia un calor infernal.

Comenzaron a marchar cuando los primeros rayos de sol fueron vistos por la primera reina, quien se aseguró de despertar mucho antes que todos, de ese modo avisaría a los demás que era hora de comenzar la batalla.

Los soldados se aseguraron de portar atuendos que representarán a sus reinos, los del príncipe reino usaron colores rojos, trajes de mangas largas con un gran clavel bordado en el centro, pantalones un poco claros y con tres tablones colgando de sus caderas. Los pocos soldados del segundo reinos usaron tonos azules fuertes, con pantalones oscuros y dos tablones colgados de sus caderas, junto con unas cuantas campanillas color oro. Los del tercer no era tan diferentes como los anteriores, prendas moradas con un poco de negro, mangas largas y una capa que tenían sobre uno de sus hombros, pantalones un poco entubados y un tablón colgando de su cadera, las mujeres tenían grandes botas que llegaban hasta sus piernas, por lo que quedaban un poco descubiertas. Los quinto reino usaban sus llamativos hanfus blanquecinos y celestes que resaltaba entre todos los demás, aunque no eran largos y con muchas capas, las mujeres usaban hanfus pequeños para lucir sus piernas o sus hombros, aunque los hombres eran los que iban más cubiertos. Los saldos del sexto reino usaban sus llamativas prendas que dejaban mucho a la vista.

Arwen se negó a usar una armadura, en su lugar, el quinto príncipe le había dado una especie de abrigo esponjoso, que se lo colocó en su hombro y caía por su espada. Naekian le había dicho que funcionaba como un escudo, ya que suele extenderse por el cuerpo, y que tenía regeneración. Al principio pensó que no le sería de utilidad, pero al final decidió dejárselo puesto.

La sexta princesa mayor despertó antes de que su madre se diese cuenta, Sulin estaba aturdida y no podía hablar bien debido a que tenía su garganta demasiado seca. El principe Jaeronil se aseguró de darle un severo vistazo a las heridas que tenía en el cuerpo, por mera suerte se tomó muy bien el hecho de que tendría que usar un parche en su ojo debido a que tenía una gran herida, una vez que le colocaron el parche se dieron cuenta de que las heridas seguían sobresaliendo un poco, pero a la sexta princesa Sulin no le importó. En una ocasión llegó a comentar que mientras estaba dormida soñó con una misteriosa chica de ojos morados, a la cual le intentaban sacar uno debido a lo hermosos que sus ojos eran. Nadie fue capaz de saber porque había soñado algo como eso.

Una vez que cruzaron la muralla del sexto reino, escucharon a la sexta reina decir que muy pronto llegaron al territorio del sexto reino, por lo que deberían estar muy atentos en lo que pisaran, ya que podría haber minas que se activan cuando son pisadas. Todos miraban el suelo con sumo cuidado, tenían miedo de llegar a pisar una maldita mina, la cual podría acabar con la vida de casi veinte soldados.

Las reinas iban en frente, aunque el primer rey estaba detrás de su esposa, los soldados detrás de ellos y los príncipes y las princesas hasta atrás.

Pasaron por un pequeño río, el cual resultó no ser tan hondo como habían pensando, así que cruzaron sin ninguna dificultad. Pero, tan pronto como lo cruzaron se dieron cuenta de que había algo realmente mal.

La tierra tenía un color negro, lo cual fue extraño para todos, se suponía que la tierra del sexto reino era blanquecina. La segunda reina se inclinó para tomar un poco de esta tierra, quería comprobar su no se trataba de pólvora o cenizas. Unto la tierra en sus dedos, frunció el ceño al ver que sus dedos no se habían manchado como había supuesto, por lo que dejó caer la tierra que tomó sin más.

Pese a esto aún seguía estando en alerta, no sabían que podría ser esta tierra negra que estaba por todos lados. La tercera reina estaba a nada de decir que sería mejor dejar de marchar por un momento, ya que sería mucho mejor saber primero que era lo que estaban pisando ahora mismo. Pero, antes de que pudiese decir algo, fue capaz de escuchar un gran estruendo viniendo de abajo.