El primer reino estaba en caos.
Ha corrido lo más rápido que sus pies se lo permitieron, los gritos de las personas lo han dejado un poco desconcertado, no le molestan, solo piensa que un poco ruidoso.
Mientras se encuentra corriendo, una mujer con su hijo de cinco años en brazos cayeron en frente de él, un ave de fuego se acercó a ellos con la intensión de atacarlos. Para evítalo, alzó su mano haciendo que saliera un poco de hielo de ella, ni siquiera había lanzado un ataque en sí, pero sabía que ese hielo haría que esa ave se deshiciera.
—¿Se encuentran bien?— tomó el rostro de la mujer entre sus manos, ella hizo una pequeña mueca ya que sus manos siempre están frías. Sacó un pañuelo que tiene en uno de sus bolsillos y comenzó a limpiar el rostro sucio de la mujer, ella no sabía cómo reaccionar.—Vayan al palacio, ahí les brindaran atención médica.
—G-Gracias...— apenas pudo murmurar.—Mu-Muchas gracias, quinto príncipe.
—Vayan — la tomó de las manos junto con su hijo para ponerlos de pie, no dejó de verlos hasta que se aseguró de que estuviesen bien.
¿Donde están aquellos que usan magia de fuego? Preguntó, mirando las grandes olas de fuego que se veían a lo lejos.
—¡Quinto príncipe! ¡Quinto príncipe!— escuchó los gritos de una mujer joven, se trataba de una general.—¡Tenemos que ir a Las cascadas de lava lo antes posible!
Asintió.
—¿Que hay de los que usan magia de fuego?
—Quinto príncipe, debe saber que, la mayoría de las personas que viven en el primer reino son nacidos con magia de fuego, otros con otro tipo de magia y el resto no tiene magia — dijo mientras le mostraba el camino,— esto sonará extraño, pero hemos descubierto que, los que usan magia de fuego fueron los que crearon las olas.
—Debieron haber sido obligados.
—Es una posibilidad.
—¿Falta mucho para llegar a Las cascadas de lava?
Ella asintió.—En realidad, no iremos a las cascadas en si, solo a la entrada para que la lava no llegue a las casas.
El príncipe Naekian se sintió un poco — por no decir demasiado — mareado debido a todo el calor que se sentía en el primer reino debido a las grandes olas de fuego que están quemando las casas y también porque la barrera protectora qué hay en las cascadas de lava se ha roto, dejando salir todo el calor.
Su cuerpo no está tan acostumbrando a sentir calor, ya que, en el quinto reino hace frío todo el año y cuando es época de invierno no se siente la diferencia.
Normalmente su cuerpo siempre está frío, cuando toca a alguien con sus manos le dicen que sus manos se encuentran heladas, por lo que casi siempre evita tocar a alguien. Pese a que está acostumbrado a vivir entre la nieve, ama demasiado la primavera y los climas cálidos. Cuando era niño solía ir muy a menudo al cuarto reino para así poder estar un poco en calor, jugaba con el cuarto príncipe, ellos siempre estaban de un lado a otro haciendo todo tipo de averías.
Ayudó a las personas que se caían debido al miedo que sentían en ese momento, debe admitir que él también siente algo de miedo, ¿quien no tendría miedo de quemarse?, debes de todo el también es humanos y no puede librarse de estar intacto.
—¡Eira!— exclamó.
Una ráfaga de viente sopló por encima del quinto príncipe y los guardias que lo acompañan, vieron cómo esa ráfaga de viento poco a poco se iba convirtiendo en nieve hasta que tomó la forma de búho. El búho es de color blanco con una que otra pluma de color azul claro, tiene un collar que tiene unas cuantas cuencas hechas de hielo puro. Sus ojos con azules como los de Naekian.
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La princesa renacida
FantasiEn su primera vida fue la joven maestra del séptimo príncipe, Círdan. Al enamorarse de él, no pensó que el séptimo rey la asesinaría al acusarla de traición. Durante sus últimos alientos, sucede algo que le da una segunda oportunidad. Renace como la...