Capítulo 8

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Todo está en silencio.

Las concubinas se encuentran dormidas ahora mismo, unas se están abrazando tan amorosamente. Es extraño ver cómo unas de ellas se llevan bien, teniendo en cuenta de que la mayoría de las concubinas se odian, por lo que no es raro verlas pelearse entre entre sí.

Se sentó sobre la cama con cuidado. Vio hacia todos lados ver si no hay una de esas chicas despiertas.

Una vez que se puso de pie comenzó a caminar lentamente hacia la puerta trasera del harem. Sabe cómo ser sigilosa, también ha memorizado todos los pasillos del palacio, incluso los pasadizos secretos que suele usar el príncipe.

Hace unos días se infiltró en el séptimo reino, una vez adentro se vistió como una concubina y comenzó a hacer lo que las demás hacen; limpiar, lavar la ropa, hacer la comida que será servida al séptimo rey. Tuvo la mera suerte de no estar bajo las sabanas del rey, por lo que escuchó, el séptimo rey no ha tocado ni una sola vez a su harem, las chicas no le dieron tantos detalles como lo esperaba.

Durante estos días ha tratado de averiguar cualquier cosa sobre el séptimo príncipe, pero no lo ha visto ni mucho menos ha escuchado nada de él. Es como si el séptimo príncipe no existiera.

Todo en el palacio es extraño.

Las concubinas sólo hacen limpieza y comida, dicen ser felices en el palacio y que no quieren ir a otro lugar. Los guardias viven con miedo, evitan decir cosas de más cuando están en frente del gran rey, también suelen tener sus miradas hacia abajo. No le tienen respeto al séptimo rey, le tienen miedo.

Vio a unos cuantos guardias en el pasillo para ir a los aposentos del rey, ellos le dieron una mirada extraña.

—¿Que haces aquí?

—Regresa al harem ahora mismo.

Fingió tambalearse.

—Soy nueva en el palacio. Quiero ir al baño pero me perdí — trató de hacer que su voz fuese débil, como si acabara de levantarse.

El guardia más alto empujó al más bajo hacia ella.

—Llévala a los baños.

Asintió.

—Camina — la empujó.

Comenzó a caminar detrás del guardia. Él no le dedicó ni una sola mirada, lo cual agradeció de inmediato. Pese a que es más bajo que él otro guardia, él logra ser unos centímetros más alto que Arum.

Cuando llegaron a los baños, se abalanzó contra el guardia. Él trató de defenderse a toda costa, Arum terminó noqueándolo al darle un fuerte golpe detrás de la nuca.

Arrastró el cuerpo adentro de los baños, casi se resbala debido a que el piso estaba mojado, también porque todo el baño está hecho de mármol. Limpió toda la sangre del rostro de aquel guardia con una toalla que encontró por ahí. Es atractivo. Su piel es perlada, tiene una barba negra y cuadrada que podría volver locas a las chicas del palacio, lo más probable es que esté en forma.

Una vez que limpió el rostro del hombre, se arrodilló enfrente de él y lo observó durante unos segundos. Colocó sus suaves y delgadas manos sobre el rostro del guardia, una pequeña luz amarilla comenzó a emanar de las palmas de sus manos.

Estaba copiando el rostro atractivo del guardia.

Una vez que terminó de hacer una máscara se la colocó en su rostro. Sacó un pequeño espejo que tiene siempre lleva consigo, comenzó a acomodarse la máscara con sumo cuidado, lo menos que quieres es que alguien se dé cuenta de que es una farsante.

La princesa renacida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora