-Capitulo 5: La noche-

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Zack

Verla con ese tío que sabía a lo que iba me hizo sentir como se me hervía la sangre, no entendía porque me pasaba eso pero era como una especie de imán, no me gustaba verla con cualquier tío, sé que la acababa de conocer pero no entendía lo que me pasaba al lado de ella. La agarré del brazo y solo oí sus quejas pero la llevé a mi cuarto, la peste a alcohol inundó mis poros se notaba que había bebido más de 3 copas y sabía que era su primera vez, se notaba en su forma de beber mientras tonteaba con ese tío. En el camino observé como mi prima entraba a la habitación con el idiota de James pero en ese momento quién me interesaba era ella. Cuando llegamos le quite el traje y me contuve cualquier hormona para no cometer un error, la metí a la ducha y abrí el chorro de agua fría.

— Uhhh, el demonio es un ángel en realidad— me dijo ella metida en la ducha mientras le caía agua encima — no me mires, vete, sé ducharme sola —

— No me voy a ir, ¿no te has visto? —

— Me da vergüenza —

— ¿El qué? —

— No te conozco de nada, vete...— dijo ella abrazándose a sí misma.

— Me importa una mierda que no me conozcas de nada, estás muy borracha y necesitas ayuda — dije yo sacando una toalla y enredando a Luna en ella.

— ¿Tu ex se puso celosa? — dijo ella riéndose.

No contesté solo me di la vuelta para no hacerla sentir incómoda mientras se vestía, le di mi camiseta preferida de ACDC y la acosté, pero pasó algo que yo no me esperaba.

— Eres un idiota — dijo mientras cogía el cuello de mi camiseta y me acercó a ella aún más, sentía su respiración chocando con la mía y sentirla tan cerca era superior a mis fuerzas. Desde esa perspectiva podía ver todos sus lunares. — Entonces quieres besar a este idiota — dije yo sabiendo que así mas no podíamos aguantar así que le cogí la barbilla y la besé. Un cumulo de emociones ocurrieron en ese beso, sabía un poco a ron con cola y supe que era eso lo que había bebido, sentí su lengua contra la mía y eso fue demasiado para mí, la coloqué encima mío y ella se separó.

— No, no, esto no está bien — dijo levantándose y tambaleando.

— Quieta, acuéstate, lo entiendo — dije yo un poco desanimando. Quería más de ella pero no la iba a obligar.

La cogí y la coloqué en la cama y de su boca solo salió un gracias antes de dormirse. No podía estar ahí, ¿me había rechazado? Pero qué coño pienso, no me gusta de esa manera. Salí de la habitación y cerré con llave, comprobé que la habitación de Luna estaba cerrada y que Bimba estuviese bien, no sé porque pero tenía la necesidad de comprobarlo, bajé las escaleras y me encontré con una tía pesada que había estado loca por mí desde hacía ya tiempo, le estampé los labios y ella solo me siguió. Nos adentramos en el cuarto de invitados y seguimos besándonos un rato, era muy guapa pero no podía, ¿qué coño me estaba pasando? Me aparté lo más rápido posible, ella me miró, se notaba lo muy borracha que iba y yo solo salí de esa casa esquivando a todo tipo de adolescentes que dentro de poco iban a cualquiera de las habitaciones a hacerlo y me subí a mi furgoneta y comencé a conducir sin rumbo, necesitaba ir con la única persona que siempre estaba cuando la necesitaba, Jess es la típica que te quiere una noche y nuestra relación se basaba en eso, solo sexo y siempre me iba al día siguiente pero yo sabia que me podía quedar todo el tiempo que pudiera, si Jess me hacía olvidar esos lunares era capaz de echar los polvos que quisiera. Conduje por la autopista y llegué a su casa, me paré con mi coche y me recosté en el volante, hacía 3 meses que no cruzaba esa puerta y sabía que Jess no me iba a recibir con los brazos abiertos, pero bueno que más da solo me quiere para lo que quiere y yo igual. Salí de mi coche y un aire frío me chocó en el pecho, volví a mirar mi furgoneta y pensé en volver y terminar lo que habíamos empezado pero no pude. Le toqué a Jess que me abrió un poco enfadada.

— ¿Qué mierdas haces aquí? Lo dejaste todo claro — dijo ella con los brazos cruzados.

— Lo siento, necesitaba aprobar la uni ya sabes, el primer curso es chungo.—

— Vete no quiero verte —

— Acordamos que solo sexo y ya no sé porque mierdas te enfadas — dije mientras entraba y cerraba la puerta.

— No sabes nada...— dijo ella sentándose en su sillón.

— Yo solo sé lo mucho que te he echado de menos — y después de decir eso nos besamos.

Ay lunares que has hecho...

La llave de tu puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora