Zack
Al día siguiente me desperté en la cama de Luna. Ella seguía profundamente dormida pero oí ruido en la cocina así que bajé. Mis tíos, mi prima y mi madre comían charlando pero en el aire noté que la cosa no iba bien. Noté el aire tenso y Alexa me suplicaba ayuda con sus ojos. Me senté a su lado y sonreí pero sus miradas me aterrorizaron.
— ¿Qué pasa? — susurré yo.
— No lo sé. Llevan así desde que llegué... —
— ¡Silencio! Estoy tratando de mantener una conversación — pegamos un brinco mi prima y yo al oír el grito de mi tío. Marta nos miró a lo lejos suspirando. Edwin estaba serio en una esquina. La cosa no pintaba bien. Le mandé un mensaje a Luna para que no bajase pero, cuando le di a enviar estaba en frente de la mesa.
— Buenos días — dijo animadamente. Le hice señales de que la cosa no estaba bien pero, solo sonrió.
— ¿¡No ves que estamos manteniendo una conversación!? ¡Nadie respeta aquí! — dijo marchándose. Luna miraba aterrorizada a mi tío que cerraba la puerta principal de un portazo. Mi tía corrió tras el y el silencio inundó la sala.
— Lo siento... — noté como Luna aguantaba las lágrimas.
— No importa Luna. No es buen día — dijo mi madre.
— ¿Pero qué coño pasa? — grité.
— ¡Esas palabras Zack! — me contuve las ganas de volver a gritar porque mi madre estaba bastante afectada —. No pasa nada, tu tío ha tenido una mala noche nada más —
— No es normal que mi padre esté así. ¿Qué pasa? —
— Después hablamos, estoy muy cansada — dijo huyendo de ahí. Mi atención se la llevó Luna que, seguía en el mismo sitio con la cabeza gacha.— Lunares... —
— Mejor subo —
— ¡Espera! — dijo Alexa.
— Déjame seguirla pequeña —
— Zack. Termina de comer — dijo yéndose también. Qué guay, otra vez solo.— La cosa va mal — dijo Marta sacándome de mis pensamientos.
— ¿Sabes algo? —
— No. Solo oí los gritos anoche —
— ¿Qué decían? —
— No sé. Me mantuvieron despierta toda la noche — la observé en silencio. Ocultaba algo, así que mi mirada suplicó por mí —. Oí algo como... —
— Señorita vuelva al trabajo — dijo Edwin en su aire más serio —. Zack regrese a su habitación — me levanté arrastrando la silla con fuerza. Ellos me miraron con pena y yo subí a la biblioteca. Busqué mi libro favorito y volví a la habitación de Luna.— ¿Puedo pasar? —
— Claro engreído. ¿Estás bien? —
— Bueno... no sé que pasa en esta casa —
— Es como si no pintásemos nada — bufó Alexa.
— ¿Qué habrá detrás? — pensó Luna en voz alta.
— Nunca había visto a nadie tan serio —
— ¿Me lo dices a mi? Mi padre derrocha felicidad — hubo un silencio tan tajante que se podía cortar con un cuchillo. Estábamos todos raros.
— Les dejo solos. Jose me estará esperando —
— Adiós — dijimos al unísono y ella salió de la habitación tan silenciosa que hasta me dolió.— Lo siento — dijo cortando el silencio —. No leí el mensaje y la cagué —
— Nunca la cagas lunares — sus lágrimas caían despacio —. Ey, no llores —
— No sé, vi en sus ojos como si no me quisiesen allí —
— Pensé lo mismo cuando me miraban — agarré su barbilla haciendo que me mirase —. No te sientas mal —
— ¿Qué haría yo sin ti? — dijo abalanzándose y abrazándome tanto que casi no pude respirar.
— Si me sigues abrazando así me matarás —
— Eres un osito de peluche — se acurrucó en mi pecho y sonreí en silencio —. ¿Moriste? —
— Todavía te queda Zack para rato — me dio cálidos besos en el cuello y yo solamente pude disfrutar el momento.
— Te quiero Zack, estoy muy enamorada de ti. Solo quería que lo sepas —
— Ay lunares, estamos en las mismas. Creo que me has hecho un hechizo — rió como una niña pequeña. Noté ese brillo en sus ojos que me volvía loco y volvió a acurrucarse en mí.
— Nunca me dejes sola por favor —
— Aunque estemos, yo en la uni y tú en el instituto, siempre me tendrás. No dejemos que la distancia pueda con esto. No podría vivir sin ti — asentió en silencio y le di un suave beso en la cabeza —. Nunca te dejaré sola. Viviremos en la granja, te lo prometo. No es lo que soñaba pero, me conformo con estar a tu lado por el resto de mis días —
— Siento que eres mi lugar. Que duraremos siempre, lo siento Zack. Tengo miedo a la distancia pero, contigo es mucho más fácil todo. Haces que los problemas duelan menos solo con una sonrisa tuya y eso, es lo que más me gusta de ti —
— ¿Solo eso? —
— Si empiezo no acabo engreído —
— Y pensar que me odiabas —
— ¿Cuándo he dicho yo eso? —
— Lo notaba, al principio. Después de que me besaras pues, la cosa cambió. De odio a deseo —
— Muy observador — comenzó a acariciar mi pelo con tanta lentitud que pensé que me derretiría ahí mismo.
— Observo que haces eso cuando estás relajada —
— ¿No te gusta? —
— Eres lo más bonito del mundo. Verte encima mío mirándome con esos ojos tan iluminados — esbozó una sonrisa tan bonita que me quedé sin habla. Se sentó cerca de mi tobillo y lo observó con detenimiento.
— Nunca me cansaré de mirarlo. Es lo más bonito que nadie ha hecho por mi —
— Quise tenerte para siempre, marcada en mí. En estos meses has significado tanto que, no dudé en hacérmelo —
— Yo no tengo nada —
— ¿Y qué? —
— No sé —
— No te sientas obligada solo porque yo lo tengo —
— Vale — acarició lentamente la parte donde estaba. El dolor había desaparecido hace tiempo y solo quedaba una hermosa luna marcada en ella.
— Vamos a la piscina —
— Cortas todo lo cursi —
— Estoy muy blanco —
— Pero si pareces un chocolate —
— ¿Por la tableta? —
— ¡Engreído! —
— ¡A ponerse el bañador! — tras decir eso desapareció tras el baño y tuve miedo de verdad de entrar a mi habitación. Observé mi alrededor, aquí había mas ropa mía que en mi propia habitación. Noté un bañador celeste en el suelo tras un tacón y rápidamente me lo puse. Luna tardaría mucho como siempre así que decidí visitar a mi madre, dejando el miedo de lado. Antes de llegar ella iba saliendo con el teléfono en la oreja. Me escondí tras la puerta oyendo atentamente.
ESTÁS LEYENDO
La llave de tu puerta
RomanceCuando acepté esa escapada no sabía que mi vida daría un auténtico giro de 180 grados. No supe a ciencia cierta lo que mi amiga quiso decir cuando dijo que este iba a ser nuestro viaje... Esta historia narra el viaje que cambió mi vida, ¿quieres des...