Luna
Pasó la semana bastante rápida, más de lo que me esperaba. Descubrí el amor que tenían los padres de Alexa por ella y también sus nombres ajaajajja, él era Mark y ella Alice unos padres maravillosos que se preocupaban por ella, todos los días le preguntaban a su hija si no le importaba que se fueran pero no conocían los planes de la pillína de Alexa...
Sus planes prácticamente constaban en la super fiesta del siglo, con amigos de la zona y gente que iba a coger viajes para solo venir, mientras mi amiga me contaba todos los detalles pensé en invitar a James principalmente para no estar sola y porque lo echaba de menos ahora que estaba en la ciudad quería verle, pero mi estúpida mente no supo que iba a estar más con Alexa que conmigo. Pensaba que sus padres se iban a tomar la fiesta mal pero nos animaron a hacerla y la presencia de James en la casa les sentó bastante bien diciendo la frase los amigos de Luna son admitidos aquí cosa que me encogía el corazón, ese mismo jueves iba a estar James estaba entrando por la puerta, había hablado con él y no pensó dos veces en venir y mi amiga no dejaba de saltar.
Ahí estaba con su polo puma y su pelo pelirrojo despeinado, sus ojos negros color azabache se encontraron con mis ojos azules.
— Jimmy, Luni — gritamos al unísono y corrimos a fundirnos en un gran abrazo.
— ¿Qué tal todo? — dije yo dándole besos en su frente.
— Ahora que te veo estoy bien — dijo él acariciándome el hombro
Al separarnos vi cómo mis amigos intercambiaban diferentes miradas y yo me emocioné — Bueno... aquí estorbo — dije yo mirándolos sonriendo.
Me alejé con la excusa de ponerle comida a Bimba, que ella bajo corriendo y saludó a mi amigo con un gran beso en la cara, subí las escaleras escondiendo mis risas al ver la cara de sorpresa de mi amigo y Bimba me siguió. Pasamos bastante tiempo juntas corriendo por toda la casa y me choqué con mis amigos que estaban charlando, mi amiga me susurró un gracias, sonreí y me dispuse a dar una vuelta por el vecindario con Bimba.
Llegó el viernes, James y Alexa habían pasado mucho tiempo juntos y yo no podía estar más feliz por ella, estaba un poco desilusionada porque pensaba que James iba a pasar tiempo conmigo pero veía a mis amigos muy ilusionados así que no me importó. Ese día se iban los padres de Alexa y venia Zack, en ese momento no sabía que ese nombre iba a cambiar tanto mi vida, pero bueno sigamos en el pasado, me fui a desayunar con mis peores pintas de acabada de levantar y de repente lo vi entrar, ¿tu sabes esos momentos en los que entra el capitán del equipo al instituto? Pues era igual. Alto mas o menos 1,87 por ahí, rubio con toques dorados, ojos marrones claros que te quitaban el aliento. Mientras entraba se quitaba sus gafas, seguramente carísimas y yo lo vi todo en cámara lenta, me sacó de mi embobamiento un, ¿y tú quién eres?
— Soy amiga de Alexa — dije sin poder moverme del sitio.
— Ah, hola chica desconocida, bueno mejor dicho, hola lunares — dijo mientras me picaba un ojo y observaba fijamente los miles de lunares de mi cara.
No había comentado que mi cara tenia muchos, digo, demasiados lunares, la verdad que no me avergonzaba de ellos, era una de las pocas cosas de las que me sentía segura de mí al 100%
— Mi nombre es Luna — dije yo poniendo los ojos en blanco.
— Bueno Luna o lunares, como te llames, donde está mi prima — dijo él y como si tuvieran telepatía o algo ella bajo acompañada de mi amigo y corrió a abrazarle, yo di un paso atrás y me reuní con mi amigo. Vi de lejos como él hablaba con su prima mientras no podía apartar la mirada de mí, me sentí un poco incómoda pues decidí irme a mi habitación y bajar después para despedirme de los señores de la casa.
Me pasé toda la mañana haciendo los deberes que nos habían marcado para esas vacaciones, estupendo, los profesores no tienen vida o qué, lo envié todo al correo y respiré acostándome en la cama la cual Bimba vino enseguida a acostarse al lado mío. Decidí bajar a comer algo para luego despedirme de los padres de mi amiga, me dieron un abrazo amigable y sonreí al ver cómo abrazaban a los de su familia, ese cariño paternal se me hincho el corazón, ojalá vivir yo eso.
Las semanas pasaron rápido, James y yo compartimos unos cuantos momentos juntos cuando no estaba con Alexa, me sentía un poco sola, intenté llevarme bien con Zack pero su actitud arrogante hacía que me costara relacionarme con él y también veía que yo no le caía muy bien. Pasaba la mitad del tiempo entre la piscina y mi cuarto, solo me relacionaba con Marta la mas joven de los empleados y con Bimba. Un día decidí jugar un rato al baloncesto en el jardín de la casa, tenía una canasta tremenda y una servidora tenía que probarla, no era tan mala en baloncesto pero al menos me divertía practicarlo. Me vestí con mis mallas rosas y una camisa ancha lila y me hice una coleta alta que dejaba ver mis facciones a la perfección, bajé y fui directa a jugar pero para mi sorpresa no era la única que lo había pensado, ahí estaba Zack y para mi sorpresa estaba sudado, sin camiseta, con las Jordans negras y con unos pantalones cortos grises. Si chicas, sí creen que solo con describirlo es guapo imagínate tenerlo en frente, tenía un cuerpo bastante musculoso y muy definido, el típico que iba al gimnasio y levantar una pesa la levantaban como una pluma.
Buscándole tantas cualidades no me di cuenta que estaba en frente a él sin moverme.
— ¿Te gusta lo que ves? — dijo él cogiendo su pelota bajo su hombro y sacudiéndose el pelo con su actitud arrogante.
— Perdón por quedarme quieta, no te esperaba — dije yo mirándole a los ojos.
— Te he hecho una pregunta — dijo él acercándose más a mi.
— No seas tan engreído — le dije apartándole. Luna 1 Zack 0.
Se río, su risa era ronca como su voz pero muy tierna.
— Bueno, sé nota que no te caigo muy bien — dijo él.
— No es eso es que no te conozco —
— Ah entonces, ¿me quieres conocer? — otro paso para adelante.
— Solo quiero jugar un rato — dije yo chocando su hombro contra el mío.
— Oh así que eres dura, ¿te gustan los retos? —dijo él acercándose a mí.
Soy una persona bastante competitiva y ver que una persona que había sido tan maleducado conmigo nada más conocerme retarme era como una adrenalina.
Tiré una canasta y la encesté perfectamente sin ningún tipo de complicación.
— ¿De qué reto me estás hablando? —
— Mi prima me ha vuelto loca con que sea majo contigo y veo que eres importante para ella que no entiendo el porque pero te propongo que nos intentemos llevar bien esta semana, sé que no lo vas a lograr pero... —
— ¿Una apuesta? — dije yo cortándole
— Bueno si lo ves así —
Sonreí victoriosa, las apuestas eran lo mejor que se me daba, había ganado miles de apuestas con Alexa y supe que no podía rechazarlo.
— Vale me apunto pero, ¿y si ganas o yo gano qué? —
— Bueno, si gano... pues no sé que pedirte, bueno cuando gane lo veré y si ganas tú lo mismo, ¿trato? — dijo alzando la mano.
No sé que mierda estaba pensando pero le estreché la mano, sabia que iba a ganar esa apuesta así que no me importó demasiado sus aires de superioridad.
Se marchó dejándome ahí exhausta y seguí encestando alguna canastas hasta que me cansé, mientras seguía pensando en las palabras que habíamos cruzado antes, me marché a ducharme y ponerme un bañador para ir un rato a la piscina que era lo único que me alegraba en esa gran casa. Bajé las escaleras con un vestido playero que se ajustaba a mis curvas, vi como estaba el engreído en la mesa de la cocina desnudándome con la mirada, seguí caminando como si no me importara y supe que esas semanas iban a ser la mar de difíciles intentando llevarme bien con él.
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La llave de tu puerta
Storie d'amoreCuando acepté esa escapada no sabía que mi vida daría un auténtico giro de 180 grados. No supe a ciencia cierta lo que mi amiga quiso decir cuando dijo que este iba a ser nuestro viaje... Esta historia narra el viaje que cambió mi vida, ¿quieres des...