Luna
Seguía sin creerme que Jess estuviera mal. A pesar de los celos que a veces me ocasionaba, los dejé de lado, ella necesitaba a Zack. Era la única persona que le quedaba, la única en la que podía confiar y la que de verdad la conocía más que nada.
— ¿Desde cuándo está así? — dije rompiendo el silencio creado en aquel inmenso abrazo.
— Desde que lo dejamos — millones de sentimientos de culpa inundaron mi pecho y un pinchazo de dolor se apoderó de mí. Sabía que no era mi culpa pero, ¿por qué me sentía como tal? Zack al ver que no hablaba, se separó de nuestro abrazo y me miró preocupado —. Eh, ¿qué pasa? — rodeó mis piernas en su cintura y me acarició la mejilla —. No es tu culpa, ni la mía — esforcé mi mejor sonrisa y sin decir ninguna palabra salimos de casa hasta su coche. Traté de ocultar los sentimientos de culpa, al menos en frente de él, pero mi cabeza me carcomía. Por un momento, decidí ignorar mis pensamientos y averiguar a dónde íbamos, obviamente Zack ni si quiera lo había dejado caer. Se veía tan seguro yendo a ese misterioso sitio y eso hacia verlo bien, aunque empeñase todo su esfuerzo en algo siempre se veía realmente sexi. Sus ojos avellana se iluminaban con la poca luz que había convirtiéndose así, en los ojos mas hipnotizantes que había tenido el placer de presenciar. Su pelo rubio, ya bastante largo a cómo solía tenerlo, caía sobre su frente cubriendo sus cejas. Yo sabía que él sabia que lo miraba pero, era algo tan maravilloso, amaba mirarle durante horas o lo que fuese.Aparté mi mirada al camino solo para saber la gran ruta que tomábamos porque, de todas formas, confiaba en él y todos los sitios que me llevaba eran sumamente increíbles. El suave olor a campo inundó mis poros y me sentí un poco más entusiasmada.
— ¿Camping? — pregunté yo mirando sus maravillosos ojos.
— ¿Te gusta? — dijo a modo respuesta.
— Es precioso engreído — no hablamos más porque sabia que estaba bastante afectado y no le quise molestar. La música acompañaba al campo en cada segundo y cuando aparcamos para estacionarnos en ese sitio, el lugar no podía ser más ideal. Un gran césped verde con muchos árboles haciendo un círculo donde en el centro estaba una campaña, allí se verían las estrellas genial. Corrí rápidamente y Bimba me siguió, amábamos el campo y no me había dado cuenta de por los motivos por los que la habíamos traído. Zack comenzaba a sacar las cosas mientras yo me adueñaba un poco del lugar, corría de allí pa acá con una rama mientras Bimba me perseguía y Zack reía a lo lejos.La noche cayó y con un movimiento de mangas, Zack encendió las millones de luces que había colocado y aquello parecían más estrellas. Le sonreí a lo lejos pero estaba perdido.
— ¿Estás mejor? —
— Si...—
— No te preocupes por estar mal. No siempre se tiene que estar bien —
— ¿Por qué no has intercambiado más de dos palabras conmigo lunares? —
— Pensé que te sentaría bien —
— ¿Por qué? —
— Bueno, siempre que estoy mal prefiero estar sola —
— Pero, Luna. Tú siempre eres la que me hace sentirme bien. Aunque el día sea una mierda, cuando te miro, me dan ganas de continuar sonriendo — mi corazón pasó de estar triste a latir como un loco.
— Lo siento —
— Nunca me pidas perdón por nada —
— ¿Y si te rompo el corazón? —
— Tampoco lo pidas porque, estaré encantado de que seas tú la que me deje con un vacío en el pecho continuo — nos reímos a carcajadas y lo besé sin importarme nada.
— Vamos dentro — le indiqué, más traviesa de lo normal.
— Ya sé a dónde va esto — dijo besándome cada parte de mi cuerpo y luego... estábamos los dos desnudos dándonos todo el placer posible que llevábamos días aguantando. Esta vez fue distinta. Había deseo, sí, pero también había mucha tristeza, bastante y mucha culpa por Jess... y estábamos evitando pensarlo en el sexo. Me acosté sobre él y acarició mi espalda desnuda, hasta que sentí que todo el cansancio venía de golpe y no aguanté más.A la mañana siguiente, un rayo de luz golpeó mi párpado haciendo que este se abriera. Bimba dormía a mi lado. Me esforcé a mirar a mi alrededor y ahí estaba él, con una libreta en la mano. Su precioso cuerpo me dejaba sin aliento y verlo de esa manera, con sus gafas de Don escritor, era precioso en todas las maneras de la palabra.
— Hola futuro escritor ganador de millones —
— Hola futura esposa — joder, casi me atraganto con el agua que me estaba tomando. Me puse roja como un tomate y él apartó la libreta para reírse de mi.
— ¿Qué escribes? — dije tratando de ocultar mis nervios.
— Nada — me acerqué e intenté meter mis narices en su libreta pero comenzó a apartarme.
— ¡Engreído, déjame verlo! — y ahí empezó lo peor, las cosquillas. Guardó su libreta y cuando fui a cogerla empezó a hacerme millones de cosquillas que me dejaron sin respiración —.¡Para, para Zack! — y como si alguien me hubiese oido, llamaron a Zack dejándome ahí recobrando el aire.
— No toques mi libreta o... más cosquillas y menos besos — joder era malvado. Me senté con los brazos cruzados y él se rió de mi saliendo de la campaña. Pasaron bastantes minutos pero no estaba muy preocupada porque Bimba acaparaba toda mi atención. Él volvió con una sonrisa un poco apagada y le miré preocupada.— Jess ha pedido cita para mañana —
— Bueno, mejor — me miró un poco impresionado al ver que no tenía nada de celos —. Ey, así hoy aprovecharemos el día en el campo —
— Tienes razón lunares — nos pusimos una ropa, yo tardé mucho más que él, pero antes de salir Zack tenía otra sorpresa que me dejaban sin palabras... subimos una colina y ahí había una mesa de picnic con mucha comida, pero de donde sacaba este chico las cosas. Le miré impresionada y le besé sin darme cuenta que su móvil grababa capturando cada momento —. ¿Foto nueva? —
— Primero tengo que verla — nos reímos y corrimos para comernos toda esa comida. Luego pasamos todo el día recorriendo el campo, sacando fotos y besándonos como cualquier pareja haría en nuestro caso.
Eramos él y yo, bueno y Bimba. Creo que nunca había sido tan feliz como lo era con él. Pero al volver, toda la felicidad acabó...
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La llave de tu puerta
RomanceCuando acepté esa escapada no sabía que mi vida daría un auténtico giro de 180 grados. No supe a ciencia cierta lo que mi amiga quiso decir cuando dijo que este iba a ser nuestro viaje... Esta historia narra el viaje que cambió mi vida, ¿quieres des...