El pequeño nos había dejado entrar al cuarto, seguramente ya estaba al tanto que lo irían a cuidar.
- ¿Cuál es tu nombre?- pregunté cuando se sentó en su cama. Este me miró ladeando la cabeza hacia un costado curioso.
Me dio ternura la forma en la que me miraba. En silencio se levantó y fue a su escritorio donde tomo un lápiz y papel para luego escribir.
Se colocó delante de ambas y dio vuelta la hoja con timidez mostrando el nombre escrito en este, algo desprolijo pero que podía leerse.
- Inumaki Toge- leyó Dai- que lindo nombre- dijo esta sonriendo- igual de lindo que su portador- toco con su dedo índice la pequeña nariz del niño el cual se sonrojo y automáticamente se escondió detrás mío mirando por sobre mi hombro a mi amiga.
- No lo asustes Dai- dije entre risitas- muy bien pequeño, a partir de hoy te cuidaremos y ayudaremos en lo que sea, ¿si?- pregunté, este asintió y sonrió un poco.
El resto de la tarde la pasamos conociendo al pequeño. Cuando este tomo confianza nos pedía que lo alzaramos o tengamos a upa.
Por poco y nos peleabamos con mi amiga para tenerlo. Ahora me encontraba leyendo un libro mientras Dai estaba con la televisión.
El pequeño se había quedado dormido arriba mío. Le acaricie el cabello y este abrazo más al pequeño oso de peluche que portaba.
- Ya deberíamos de irnos, además de que debes preparar las cosas, mañana es la boda de tu padre- dijo esta.
-¿Qué haremos con Toge?- pregunté mirando al pequeño, tu también irás a la boda y alguien deberá cuidarlo.
- Ya pareces una madre y apenas tienes 17 Y lo conoces hace algunas horas- dijo esta.
- Perdón- dije entre risas- deje el libro a un costado y con cuidado tomé al pequeño y lo dejé en su cama, tapandolo para que no tuviera frío.
Le di un beso en la frente, acción que Dai imitó y salimos de allí. Caminamos hasta salir de la escuela yendo a su casa.- Bien, nuestros roles serán así- comenzó a hablar la contraria. La mire con diversión por ver su idea- tu serás su madre, quien le dará una casa, hogar y familia- dijo alegre- y yo seré la tía luchona, multimillonaria y soltera que lo va a malcriar.
- Vaya roles- dije entre risas- pero enserio, hay que organizar para mañana, se que hoy estará en la escuela, pero....
- Satoru se pondrá celoso de que cuidas más a un niño que recién conoces que de él- dijo esta divertida- ¿te acuerdas lo que pasó con el gatito?
- Como olvidarlo- dije entre risas.
Hacia un aproximado de un año, en una de nuestras misiones, había encontrado un pequeño gato blanco, este en situación de calle lo lleve conmigo donde lo alimente y le di amor.Uno de los días, Satoru había entrado a mi habitación en la escuela para tener una pijamada, ese día casi no le hice caso o le preste Atención por estar centrada en el felino.
Obvio se molestó reclamando que debía de darle atención y amor a él por ser mi mejor amigo. Fue gracioso ver su berrinche de niño pequeño.
Para mi mala suerte tuve que llevar al gatito a un refugio de animales ya que no se nos permitía tener mascota en la escuela.
-Le preguntaría a mi madre- dijo la contraria- pero haría preguntas del porque no habla o tiene esas marcas en sus mejillas y lengua.
- Lo se- suspire- aún que, creo que ya se quien puede ayudar- dije sonriendo.
-¿Quién?- pregunto curiosa.
- Nanami, me debe un favor así que se lo encargaré- dije alzando los hombros- no será difícil.
- ¡Llevame cuando le demos al pequeño!- dijo con emoción- ¡Quiero conocerlo en persona! No más por fotos- dijo esta haciendo un puchero.
- Esta bien- dije riéndose un poco por lo infantil.
Nos separamos y cada quien por su lado fue a sus respectivas casas. Como se lo había prometido a mi padre, dormiria en casa.
Al llegar abrí la puerta sin hacer mucho ruido. Deje mis zapatos en la entrada y fui hacia la sala. Allí mi futura hermanastra estaba con sus amigas.
- Vaya que ya llegaste- dijo esta mirando sus uñas. Sus amigas me miraban recelosas.
- Buenas tardes a ti también- dije sin enojarme- si me disculpan, iré a mi habitación.
-¿Tú amigo irá a la boda?- pregunto Jun con interés, el resto de sus amigas esperaban mi respuesta.
- Lo dijo en la cena la vez pasada- bufe ante tener que responderle, pero debía llevarme lo mejor posible- si irá.
- Perfecto- dijo emocionada- espero que no te metas en nuestro camino- dijo amenazante.
- ¿Meterme en su camino?- pregunté mirandolas- sólo quiero dejarles en claro esto- me acerqué hacia donde estaba la contraria, la mire fijamente a los ojos amenazantemente- si llegan a siquiera mirarlo de forma para nada apropiada, les asegurare que les sacaré los ojos a todas y cada una de ustedes.
Con miedo asistieron sus amigas, en cambio Jun también me devolvía la mirada amenazante.
- Cuando el venga a mi rogando por acostarse conmigo, no quiero ver tu cara de sufrida- dijo divertida- todos quieren conmigo.
- Es de esperarse cuando el ganado esta facil - hable cortante. Sin esperar fui a mi cuarto.
Me cambié el uniforme y me tiré en la cama. Cerre los ojos y sólo espere a que los brazos de Morfeo me llevarán, pero el sonido de la computadora sonando hizo que girará para tomar el aparato.
Lo coloque en mi piernas y lo abrí. Una videollamada entrante del albino, suspire y atendi.
-¿Como esta la chica más hermosa en toda la tierra?- pregunto este de forma cantarina. Según lo que veía estaba en su habitación en su casa.
- Super bien- dije sonriendo- ¿Y tú?
- Por suerte Yaga no nos mando nada muy difícil- dijo en un suspiro.
- Me alegro...
La pasamos hablando de estupideces o cosas que nos pasaron en el día, claro que le conté con respecto a Inumaki. Dijo que quería conocerlo y que yo debía conocer a Megumi.
- Pareceremos padres solteros- dijo divertido. Solté una risita como respuesta- ya es tarde.
- Si- dije viendo el reloj que marcaban las tres y media de la mañana- Deberíamos de dormir, será un día ajetreado mañana.
- Tienes razón- contesto para luego bostezar- que sueñes con los angelitos bella durmiente.
- Tu también mi Príncipe de ojos azules- bromee como hacíamos siempre. Cortamos la llamada y cerré los ojos.
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💔Made of honor💙// Satoru Gojo [Pausada]
Fiksi PenggemarLos mire con asombro, no sabía si había escuchado bien lo que dijo, era una gran sorpresa, pero aún así el dolor en mi pecho incrementaba. -¿Como?- pregunté sin creérmelo, esperaba que fuera mentira. - Quiero que seas mi dama de honor en la boda...