🍁 Trilogía de Highlanders 🍁
Para terminar la guerra entre Escocia e Inglaterra los clanes más fuertes de las tierras altas deciden unir fuerzas, para esto el Laird del clan McAllen envía a sus dos hijas para que Duncan, hijo del Laird Blair escoja...
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Maisie miró a Duncan serenamente, en el fondo ella sabía que no estaba haciendo nada, simplemente hablando con Brad, quien se estaba despidiendo de ella, lo peor es que Duncan apareció en el momento menos indicado escuchando lo que no tenía que escuchar.
—¿Qué quieres cuando dices que Mi mujer te vio desnudo? — preguntó él seriamente.
—Fue un momento que nadie planeo, fue el mismo día que regresaste, había rumores de que algunos ingleses estaban en nuestras tierras y fui a echarlos, fue cuando conocí al Capitán, y desgraciadamente desnudo, y no solo a él, sino a todos sus hombres, ya que se estaban dando un baño en el lago.
—Le dije que no lo quería cerca de mi mujer — volvió a hablar Duncan.
—Nada más se está despidiendo, Duncan — respondió Maisie con voz neutra.
—¿Despidiendo? — dijo él acercándose a Maisie y tomándola de la cintura.
—Mañana parten hacia sus hogares, yo me quedo, tengo que atender asuntos de estados, por ejemplo, mi boda — esta vez quien respondió fue Brad y Duncan levantó una de sus cejas con expresión divertida.
—Claro, por cierto, espero que escojas a la hermana sensata y sumisa, las rebeldes no son recomendables — dijo Duncan y Maisie lo miró ceñuda —, mírame a mí, rendido ante esta mujer que me lleva al borde de la locura. Pero no la dejaría ir por nada, ni por nadie.
—Entonces te gusta estar al borde de la locura — dijo Maisie sonriendo, Brad pudo darse cuenta del amor entre ellos, y muy dentro de él, deseó lo mismo.
Rieron un poco más, aunque la tensión entre Duncan y Brad nunca se fue del todo, pero Maisie se conformaba con eso. Brad se despidió completamente, dejando solos a Maisie y a Duncan, que decidieron disfrutar un poco más de la celebración.
Al día siguiente, bien temprano partieron hacia el clan Blair, esperaban llegar sin contratiempos. Esta vez Maisie viajó al lado de Duncan, aunque no tuvo mucha elección, ya que él exigió su compañía.
Dos días después ya estaban de vuelta en el clan, Maisie tomó a su hija queriendo que pasara más tiempo con su padre, y viceversa, claro está que la niña extrañaba el calor paterno, y para Duncan fue fácil adorar nuevamente a su pequeña.
—¿Sabes dónde está ese tal Edzel? — preguntó Duncan a Drostan, ambos estaban en el establo con los caballos, habían acabado de llegar del pueblo.
—Realmente no lo sé, y no me interesa — respondió su amigo.
—Pero a mí sí, porque cuando lo tenga de frente, lo voy a matar — Drostan miró a Duncan alzando las cejas.
—¿Qué me perdí? — preguntó Drostan.
—Te perdiste el hecho de que soy un idiota.
—No, eso lo sé de sobra — Duncan miró a Drostan realmente mal —. Como también sé lo estúpidamente idiota que fuiste al no querer escucharnos a Creed y a mí, solo diste por sentado de que Edzel decía la verdad, y todo porque querías levantarle el vestido a esa mujer, Iveth.
