Dolor . 🔥

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Tres semanas después

🏡 En Idris
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Apenas faltaban tres días para celebrarse las tres bodas. Como cada tarde Alec había llegado a la laguna, con la única diferencia que esa sería la última vez que vería a su amante, afligido solo deseaba ver la llegada de Jace y que el tiempo se detuviera. Unas manos cálidas taparon sus ojos, su corazón brincó con emoción.

—¡Llegaste, mi estrella! —su voz salió cariñosa.

Sin perder tiempo Jace besó su cuello, para quedar sentado de ahorcajada en él.

Te extrañé.

Jace besó sus labios, para luego pasar a su cuello, la pasión crecía con cada segundo y sus cuerpos se calentaba con cada roce. De un impulso Jace quedó sin camisa sobre la piedra, mientras que Alec, devoraba su pecho.

Creo que debemos detenernos —susurró Alec.

No, deseo que tú seas el primero -abrió sus ojos para ver el cielo—, quiero entregarme a ti.

Clary será tu esposa, a ella te debes entregar —le recordó con tristeza.

Lo sé, pero deseo tenerte a ti, tu recuerdo en mi piel —sus ojos eran suplicante—. Sé que estuve con otras chicas con anterioridad...

—No es lo mismo...

—Lo sé... luego que nos casemos no podremos estar juntos, como lo hacemos ahora —estaba aferrado al cuerpo de su amante—, necesito llevarme este recuerdo.

—¿Es por qué te vas a ir del pueblo? —preguntó con tristeza.

Luego que me casé, me iré a vivir a otro pueblo, para administrar la hacienda de mi padre.

—No te vayas...

—Alec, no pienses en eso y hazme tuyo —lo interrumpió con un beso.

Alexander olvidó todos sus miedos y se aferró a él para besarlo con deseo y pasión. Los besos duraron un buen rato, hasta que Alec dudó y preguntó:

¿Mi estrella, estás seguro de esto?

—Lo estoy, deseo sentirte dentro de mí.

Alec bajo sus labios hasta los pantalones del rubio, pero se volvió a detener con sus mejillas sonrojadas.

Me da pena que me veas haciendo esto.

Jace se levantó con una sonrisa, llegó hasta su bolso, lo abrió para sacar tres sábanas.

—¡Tienes una sábana! —Alec exclamó sorprendido.

En realidad traje tres —al ver el rostro de sorpresa sonrió— vine preparado, lo he deseado por mucho tiempo y creo que está es mi última oportunidad de tenerte para mí antes que cualquier otra —tenía una sonrisa triste.

Los dos caminaron hasta el césped seco y acomodaron las sábanas. Con delicadeza Alec colocó el cuerpo del pequeño en el piso para subirse en él y colocar la otra sabana por encima y cubrir su intimidad.

Destinados . 😇😈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora