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El día había amanecido más rápido de lo que se esperaba. Aunque se habían ido a dormir temprano al despertar se sentía cansado.—Siervo Magnus, ¿qué te sucede? —Rafael escrutaba su rostro.
—No dormí bien, escuchaba que alguien me estaba llamando.
—La noche fue tranquila.
—Lo sé, pero igual no pude dormir.
—Buenos días, mis queridos siervos, ¿cómo se preparan para el día de hoy? —Alaric había entrado y se veía muy emocionado.
—Bien, ya preparamos el desayuno —Magnus sonrió.
—Solo esperamos por ustedes para lavar los platos y salir tarde como siempre... —Alaric subió su cejas—... es verdad.
—Nunca me quedo dormido —se dirigió hacia la olla de avena—. Tengo un presentimiento en mi pecho que no me dejó...
—¿Presentimiento?, ¿cómo de qué?, ¿cómo? —Rafael se veía interesado.
—El chisme es pecado, siervo Rafael —objeto Alaric.
—¿Cuál pecado?, solo estoy preocupado por usted —lo miró con recelos.
—Te conozco bien —se sentó en la mesa—. Pero, bueno el tema es que necesito que estén conmigo siempre.
—Padre Alaric, no se preocupe nosotros siempre estaremos con usted en todo momento —Magnus sintió su pecho estremecer.
—Ahora que te veo siervo Rafael, de verdad necesito que te portes bien —le pasó la mano por el brazo—. Siento que uno de ustedes les puede pasar algo...
—¡Cómo qué! —Rafael no se aguantó.
—No sé, pero los demonios siempre están cerca y ustedes son unos niños todavía.
—Estaremos bien, se lo aseguro —dijo Magnus.
—De ti estoy seguro que estarás bien, siempre sigues las normas, estás al pendiente, pero tú, siervo Rafael...
—Soy inmaduro, imprudente, importuno, quizás en otra vida fui irresistible...
—Eso es lo que me preocupa, que digas algo inapropiado que atente contra tu vida...
—¡¡¡Atentar contra su vida!!! —Magnus se asustó.
—Es descabellado, pero con siervo Rafael puedo esperar de todo —suspiró comiendo su última porción de avena—. Por lo menos voy a contar con siervo Ragnor.
—Por cierto, ¿dónde está el guisante roncador? —dos pares de ojos lo miraron con sorpresa—. No miento, ronca horrible.
—¡Siervo Rafael! —exclamó Alaric.
—Es verdad, está noche siervo Magnus debería de dormir con él o yo de verdad voy a cometer una locura.
—Si eso te hace sentir bien, no tengo problemas de dormir en tu habitación está noche —Magnus se mostró comprensivo.
—Por eso te quiero —los ojos de Rafael se iluminaron—. Y por cierto, ¿donde esta? Cuando me desperté ya no estaba en su cama.
—Creo que también tuvo una mala noche... —Alaric fue interrumpido por Rafael.
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Destinados . 😇😈
Fanfic✿*:・゚ 💖 ゚・:*✿ Advertencia: La presente historia tiene contenido para adulto, en el caso de ser sensible por favor abstenerse de su lectura. La autora no se responsabiliza por los daños o de la sensibilidad del lector. ✿*:・゚ 💖 ゚・:*✿ ☬ 。 • ° ❤ ° • 。...