Misión . 😵

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Al día siguiente
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Tres mujeres se encontraban en su habitación, solo con la excusa de medir el horrible traje que debía utilizar para la boda; aunque la idea lo atormentaba sabía que le quedaba a la perfección.

La costurera y sus ayudantes salieron para dejarlo que se cambiara por su ropa habitual, con solo abrir la puerta escuchó a Dorothea en la sala conversando animadamente con su madre. Tomó varias respiraciones cuando escucho a Izzy en el pasillo.

Alec, ¿cómo estás? —preguntó con cuidado.

Igual que tú...

Ella solo bajó su mirada no tenía ganas de recordar su fatídico destino.

Mi madre me pidió que bajarás, ya llegaron Jonathan y Dorothea, están esperando por el almuerzo.

El chico no dijo nada solo dio un gran suspiro y se encaminó con tristeza, ya ninguno de los dos hablan; el silencio se había establecido en ellos. En el comedor, Jonathan se levantó para recibir a su prometida, Dorothea realizo una pequeña reverencia.

Todos se sentaron junto con sus parejas, para tomar la comida. Ya iban por el postre en una conversación claramente fingida, cuando entró el esclavo del pelirrojo con un mensaje para su amo. El corazón de Izzy se detuvo al ver al chico.

Te he dicho que no me interrumpas cuando estoy en público —gruñó entre dientes.

Disculpe, amo —extendió una nota—, es importante.

El chico jaló el trozo de pergamino, golpeando la mano del otro. Con mala cara lo abrió bajo la mirada expectante de todos los presentes. Al leerlo lo doblo con fastidio y se lo regreso al esclavo.

—¿Ya sabes lo que tienes que hacer? —Simon asintió—, Ve tú, por los momentos estoy ocupado.

—Como ordené, mi amo —hizo una reverencia para salir del comedor casi corriendo.

—¿Todo está bien? —preguntó Robert.

Sí, no se preocupe, señor Lightwood —mostró una pequeña sonrisa—, mi esclavo se encargará.

—¿Desde cuándo tienes a Simon? — Maryse tenía gran interés.

—¡Simon! —exclamó sorprendido—. El viejo Lewis es un apostador nato que perdió todo en una noche de borrachera... Me iba a pagar con su hija, la señorita Rebeca, pero Simon no lo permitió —sonrió con maldad—. Un día vino a mí y se ofreció como mi esclavo.

—¿Le falta mucho para pagar la deuda? —la voz de Izzy se escuchó.

Mi amada novia... La realidad es que la cuenta ya fue saldada, pero me quedé con él, por diversión —contestó con una gran sonrisa.

—¿Por qué? Es injusto —Isabelle no aguantó su molestia.

El miedo da poder, él no lo sabe y me parece que es un excelente esclavo, lo quiero conservar —se vio la satisfacción en su rostro.

Deberías de darle la libertad —opinó Maryse.

—¿Dónde voy a conseguir otro esclavo sumiso como él?

Destinados . 😇😈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora