capítulo 33

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Seungmin se despertaba al sentir las caricias de Minho sobre su espalda. Sus dedos parecían dibujar trazos sin sentido y con parsimonia sobre su piel. Él se encontraba boca abajo y sentía la pierna del empresario sobre las suyas. Sentía su aroma cerca y cuando giraba a verlo lo veía con los ojos cerrados pero sonriendo de forma tan pacífica. Las caricias de Minho no cesaban, aún sabiendo que el universitario se había despertado por qué reía de forma ronca por las cosquillas causadas.

—Tus ojos siguen cerrados —mencionaba Seungmin—, te ves tranquilo...y es increíble que con ese rostro inocente me estés tocando el culo como si nada.

Minho no aguantaba y comenzaba a reír. Se estiraba y volvía a la misma posición de recién pero mirando a Seungmin—. No te das una idea lo que me encanta haberme despertado de esta forma

—En serio sigues amasando mi culo —soltaba el universitario de nuevo.

— ¿Quieres que me detenga?

—En lo absoluto. Lo digo en voz alta para asegurarme que es cierto que tengo a Lee Minho en mi cama, desnudo luego de una noche de sexo y me desperté con su mano acariciando mi tesorito —exclamaba.

—Un terrible cofre diría yo... —replicaba el castaño, viendo cómo la espalda de Seungmin era una curva acaramelada que se levantaba en la parte de sus glúteos y se veía extremadamente sensual aquella mañana con su cabello azabache revuelto y sus labios hinchados—. Eres precioso. Pero déjame corregirte una cosa

— ¿Qué?

—No fue solo sexo. ¿Lo deje bien en claro, cierto? —mencionaba, subiendo su mano por la espalda del menor y enredando sus dedos en las ondas del pelo negro de Seungmin.

El universitario se levantaba para apoyarse sobre sus codos y antebrazos y así mirar mejor el rostro de Minho.

—Tan claro como el agua. Y me veo en la obligación de enamorarme —exclamaba.

Minho se levantaba sorprendido, tomando a Seungmin de la parte posterior de su cabeza—. ¿Puedes repetirlo para mí? —pedía, besando la mejilla de Seungmin. Muy cerca de sus labios.

Seungmin acortaba la poca distancia y sobre sus labios exclamaba un—: No.

Y se adueñaba de los labios extra carnosos que Minho tenía aquella mañana. Besándolo lentamente para comenzar a devorarlo con más ímpetu y acorralando al empresario bajo su cuerpo y la cama que estaba más caliente que en otras mañanas. Sus besos comenzaban a delinear la mandíbula de Minho, con suaves mordidas de por medio. Encaminandose a su cuello, dónde daba una fuerte succión y mordida, deshaciendo a Minho en un gemido ahogado y sintiendo sus largos dedos clavarse en sus muslos.

— ¿Por qué sabes tan bien por las mañanas, Min? —susurraba en su oído. Jugando ahora con el lóbulo perezosamente.

—Es que tuve una dosis de Seungmin. Me lo comí de pies a cabezas —respondía Minho, arañando la espalda y muslos del azabache y besando el hombro que tenía a su merced—. Escuché por ahí que si comes algo delicioso luego tú sabrás igual de rico —se mofaba, mordiendo el hombro de Seungmin.

— ¿Que tan rico era Seungmin? —susurraba el azabache encima de él. Moviéndose lentamente, eran dos miembros que estaban como rocas aquella mañana.

—Su piel canela es jodidamente dulce

—Nadie puede ser dulce —reía Seungmin.

—Tú lo eres —el empresario buscaba el rostro de Seungmin—. Eres adictivo. Siempre voy a volver por más, nunca tendré suficiente de ti ¿Entiendes eso? —besaba castamente a Seungmin, pero le propiciaba una mordida certera que le ardía al contrario.

erotofonofilia ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora