Capítulo 1. Ausencia

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El atardecer se pronunciaba por la ventana, había sido un día hasta el momento de bastante papeleo como de rutina en la oficina del Hokage, el aire entraba y cubría la habitación cálidamente, lo tentaban las ganas de salir a caminar por los alrededores de la aldea para despejar un poco la mente, sin embargo, era un lujo que no podría realizar ya que aún el trabajo no cesaba.

Lo más probable era que no regresaría a casa temprano para cenar con la familia, en cambio tendría que optar por que Shikamaru mandara a pedir unos cuantos tazones de ramen al Ichiraku y avanzar lo más rápido que pueda para llegar a dormir, puesto que últimamente pasaba tanto tiempo detrás de su escritorio que casi olvida lo que es descansar en una cómoda cama.

No obstante, eso no era lo que tenía a Naruto inquieto desde hace algún tiempo, sentado con una pluma en mano firmaba documentos de los comerciantes a los que daría acceso para ofrecer sus productos provenientes de aldeas vecinas, su mirada se fijaba en aquellos escritos pero su mente se encontraba perdida en sus pensamientos.

Hace casi tres meses que no he recibido noticias de Sasuke, sé que no debería preocuparme es fuerte, se puede cuidar el solo y si estuviera en problemas sin duda me lo haría saber, pero entonces por qué estoy tan intranquilo.

Cada vez es más frecuente voltear a la ventana como si esperara ver a su halcón que viene a darme razones de su paradero.

No sé cuántas veces le he preguntado a Shikamaru si no ha recibido algo y aunque nunca le digo que estoy esperando en específico sé que él lo sabe, por cómo me mira, aun no puedo creer que la misma cara de fastidio tenga tantas interpretaciones, como sea, definitivamente debo resistir las ganas de volver a consultarle, tampoco pretendo que se percate de mi incertidumbre.

Ni siquiera yo mismo entiendo por qué me siento tan nervioso al respecto.

Pero que cosas pienso, es mi amigo y como tal, es claro que me preocupa, además él debe entregar reportes cada mes, ese teme, es que cree que puede hacer lo que quiera.

En fin, no es como que yo quiera verlo, es que no debería dejar tanto tiempo sin razones a Sarada o Sakura, me preguntan y luego no sé qué decirles ¡Si claro, es eso! Yo soy el que da la cara por él cuando demora tanto.

— ­ ¡Nar­uto! — Habló Shikamaru alzando la voz después de haber mencionado el mismo nombre en dos ocasiones anteriores, sin éxito.

Naruto salió de sus pensamientos con un brinco por el susto, levantó la mirada y volteó a ver a su consejero pelinegro que estaba parado frente a él con una ceja enarcada y expresión de duda.

— En que tanto piensas, entre a pasos agigantados y no te diste cuenta.

Shikamaru conoce perfectamente a Naruto y sabe que es lo que lo tiene tan distraído, no es muy difícil de saberlo puesto que ambos pasan mucho tiempo juntos en la torre del Hokage y lo ha visto en numerosas ocasiones así, y por lo regular siempre se trata de Sasuke cuando pasa tiempo y no se ha reportado, sin embargo, el séptimo no ha querido ser muy claro en sus preguntas, y dado a que todo eso le parece problemático no ha querido prestar mucha atención en el tema, a él no le provoca tanta preocupación como al rubio.

— Pronto nos hará llegar su reporte, nunca tarda más de tres meses cuando ha tenido algún retraso, él sabe que puedes preocuparte y seguro no quiere que vuelvas a ir detrás del él, pensado que otra vez abandonó la aldea— dijo Shikamaru con un tono bromista, antes de que siquiera el rubio pensara en lo que iba a responder.

Naruto se rio y negó con la cabeza, de alguna manera las palabras de su consejero lo tranquilizaron un poco y decidió cambiar de tema para no seguir dándole vueltas al asunto.

— Bueno, y me llamabas ¿Qué sucede?

— ¡Ah sí!, vine a traerte las misiones que se asignarán, para mañana tienen que estar listas a primera hora.

— Pero si todavía no termino con todo el papeleo que tengo aquí ...ttebayo.

— Mira que te estoy haciendo un favor para que mantengas la mente ocupada, además ya te pedí tres tazones de ramen, no tardan en llegar.

— Pero te vas a quedar aquí conmigo, estando solo se me hace el tiempo una eternidad, más cuando me siento cansado.

— Todavía recuerdo cuando ibas por las calles de la aldea fanfarroneando que serias Hokage, que ese era tu sueño y mírate ahora, me has arrebatado el trono de quejumbroso.

— ¡Cállate! Claro que quiero proteger siempre a la aldea y hacer muchos cambios para bien, pero yo siempre vi al viejo Sarutobi paseando sin preocupaciones, viejo perezoso como demonios le hacía— dijo Naruto haciendo un puchero inflando los cachetes y frunciendo el ceño.

— Pues no lo sé, pero esas eran otras épocas, tu a lo tuyo, vamos yo te ayudo— afirmó Shikamaru con una sonrisa reconfortante.

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