Capítulo 5. Deseo

505 56 23
                                    

Al cuarto día después de partir de Konoha llegaron a una tercera dimensión, aún no habían tenido algún acercamiento con el individuo pero era cuestión de tiempo para que dieran con él, desde la última vez que se detuvieron a dormir no volvieron a descansar evitando perder tiempo, Sasuke podía continuar sin problema gracias al chakra de Naruto, solo cesaban para alimentarse, el tema del beso no desapareció para ninguno de los dos, Sasuke por su parte, mientras viajaban de un lugar a otro recordaba ese momento y en ocasiones cuando tenían un breve reposo al ver comer al rubio era incapaz de evitar llevar su mano a la altura de su boca y con sus dedos frotar sus labios como si con ello lograra revivir ese momento.

En cuanto a Naruto, había decidido olvidar el asunto, sin embargo, aquel beso le hacía pensar en mil cosas, ya no era solo el por qué fue besado por Sasuke, sino todo aquello que le hizo sentir, para él fue mucho más significativo que cualquier otro beso que hasta en ese instante haya experimentado, tenía un extraño deseo porque volviese a repetirse, recordó esa vez en la academia y en la cascada durante una misión cuando accidentalmente se besaron, apenas eran unos niños, rememoró que los nervios que noches antes padeció no eran la primera vez que los vivía, Sasuke lo inquietaba con mucha regularidad, tenerlo cerca le hacía feliz y completo, lo extrañaba siempre ¿Se supone que los amigos se extrañaban, o no? El Hokage comenzó a cuestionarse esa y muchas otras cosas, que antes no había analizado.

Pese a todos los pensamientos que a ambos los embargaban, su convivir era tranquilo y apacible, se comunicaban con mayor fluidez y se abismaban en su objetivo, y eso les bastaba, no era necesario preguntar o mover alguna pieza del tablero.

— Es un chico difícil, sé que no soy el padre que él espera, no voy a justificarme, sé que fue un cambio muy significativo, de pronto su papá es Hokage y ya no pasa el tiempo que solía darte, no sé, puede ser duro.

— Nadie nos enseñó a ser padres, no intento justificarte y nuestros problemas como huérfanos no tienen porque comparase con su sentir, sería tonto de mi parte decirlo, siendo que fui yo quien tantas veces te decía que no me entendías, justo no estamos en sus zapatos para entenderle, pero estas ahí, bien o mal, estás presente en su vida.

— Lo intento de verdad, velo porque no les falte nada y su seguridad— dijo el rubio con una cara visiblemente afligida para continuar — Quizás le he fallado y no me había dado cuenta, pero tampoco me permite acercarme, me llama el tonto de papá, realmente hay mucho trabajo, la aldea está en pleno desarrollo, ahora que gobierna la paz y las aldeas están unidas, hay mucho que hacer, trabajamos en conjunto, es muy diferente a lo que fue años atrás.

— Es una etapa de rebeldía, no comprende porque no sabe el camino que has recorrido para estar donde estas, hoy y siempre has sido tú quien ha protegido la aldea, nadie mejor que tú para ser el nanadaime, verás que un día lo entenderá, quizás no soy el más indicado para darte un consejo— le dijo el pelinegro bajando la mirada e inclinando la boca con tristeza— si tú tienes esos problemas y estas ahí, no quiero ni imaginar el odio que debe tenerme Sarada.

— Sarada no te odia, te anhela, te necesita, tiene deseos de saber de su papá, me siento un poco responsable de eso, siempre intento hablarle de ti, pero hay cosas que no me corresponden, aun así, estoy al pendiente de ambas, Sakura y Sarada.

— No te sientas responsable, yo acepte la misión y conocía muy bien las consecuencias, Naruto te agradezco que las cuides por mí.

— Estamos trabajando en conjunto Sasuke, siempre ha sido así, solo lamento que no puedas pasar más tiempo en la aldea, puedes intentar pasar más tiempo con ellas— dijo Naruto mientras sonreía.

— No te preocupes, dobe.

— ¡Oi! Sasuke, cambiando de tema, ¿Qué piensas del sujeto que buscamos?

REVELACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora