Capítulo 6. Ataque

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La puesta de sol se veía a lo lejos, apenas habían llegado a la quinta dimensión que visitaban y Naruto ya había percibido una presencia en dirección a uno de los templos de Kaguya, para no alertar al enemigo escondieron su chakra y avanzaron a toda velocidad, tanto como les era posible, esta era su oportunidad, el terreno era rocoso y montañoso, los arboles muy distantes unos de otros.

Debían tener mucha cautela para que no escapara una vez más, el plan consistía en que Sasuke sería el primero en atacar, en caso de fallar en acertar al objetivo, le harían creer al enemigo, que, igual que antes el Uchiha estaba solo, de ese modo antes de que intente huir Naruto tendría una apertura, lo tomaría por sorpresa y lo acorralaría para terminar de acabar con él, solo era cuestión de que la estrategia se llevara a cabo como se pensó.

— El objetivo está a las 2 en punto, mantente cerca, pero no dejes que te vea, voy a acercarme— dijo el Uchiha con una voz nociva. — Una vez que lo tenga frente entras y te colocas detrás, tenemos que evitar a toda costa de que se vaya.

— ¡Entendido, dattebayo!

Era claro que el tratar de interactuar con el individuo ya no era una opción después de que Sasuke se hubiera enfrentado con él anteriormente, dejando claro que no daría ningún tipo de información.

El Uchiha corrió y llegó de un salto, activo su Magekyo eterno sharingan y desenvaino la Katana, canalizó su chakra para realizar kasanagi con la intensión de paralizar al enemigo.

— ¿Otra vez tú? Realmente eres muy molesto— dijo el enemigo con la ceja enarcada y una mueca que reflejaba una sonrisa.

— No te preocupes, esta será la última— contestó Sasuke frunciendo el ceño con coraje y determinación.

— Ya lo veremos.

El Uchiha saltó hacia el individuo, intentando insertar un ataque, pese a los movimientos rápidos no lograba ejecutar algún impacto, el sujeto no atacaba en cambio retrocedía ante los insistentes golpes y estocadas del pelinegro que era consciente de que si alcanzaba a tocarlo y hacerle daño bastaría para inmovilizarlo, la frente de Sasuke empezaba a sudar, como si se tratara de un rayo apenas y podía ver como se desplazaba de un lado a otro, en algunos momentos solo giraba su cabeza para seguirlo con la mirada, aun y cuando sus poderosos ojos distinguían el traslado del enemigo, su cuerpo no trabajaba del mismo modo.

Naruto por su parte, estaba esperando tener una apertura para entrar cuando el enemigo bajara la guardia, ese momento no era el más adecuado ya que se encontraba girando en torno al pelinegro así que lo visualizaría de inmediato, solo tenía que esperar. Al poder solo observarlo moverse, Sasuke recurrió en varias oportunidades a su técnica amaterasu, pero no tuvo éxito ni una sola vez.

Fue entonces que en un abrir y cerrar de ojos el posible Otsutsuki aprovechó una brecha de segundo donde el Uchiha acomodaba su Katana para sujetarla con fuerza en la mano que le sudaba, que éste se la arrebató y lo apuñaló con la misma, atravesando su cuerpo justo entre medio de su pulmón derecho e hígado, el dolor generado era intenso, lo hizo doblar las rodillas y caer al suelo, al ver la escena en un instante el Hokage apareció con una ōdama rasenshuriken en la mano, mientras gritaba el nombre de Sasuke preocupado, el enemigo se había confiado de haber acabado con su perseguidor, así que no tuvo tiempo de esquivar la técnica de Naruto recibiendo el impacto directamente y pereciendo en el acto.

Pese que el impacto aun no terminaba de ejecutarse, después de haber lanzado su ataque Naruto de un saltó llegó al sitio donde Sasuke se encontraba arrodillado agonizando de dolor, de inmediato lo tomó entre los brazos y corrió en busca de un lugar donde acogerlo.

— Na... Naruto— susurró Sasuke con la voz entre cortada y sumergido en el dolor.

— No digas nada, se logró, se acabó, nos iremos pronto a casa.

— Es... estoy b... ien, puedo ca...minar— contestó frunciendo el ceño, apretando los ojos, y dientes.

— No es necesario, ahora cállate y déjame ver donde nos podemos resguardar.

La inquietud y preocupación del rubio denotaba a simple vista, volteaba a todos lados buscando donde llevar a Sasuke, a lo lejos pudo ver en una montaña una apertura que podría ser una cueva y se dirigió hasta ella, la oscuridad de la noche ya había caído, al entrar sentó al Uchiha para posteriormente encender fuego e iluminar el interior de la gruta, luego se volvió al pelinegro.

— Lo lamento Sasuke, lo lamento mucho, pero me temo que te voy a volver hacer daño, necesito sacar la Katana y evitar una hemorragia, revisarte y curarte la herida, por lo menos en lo que regresamos a Konoha— dijo el rubio con remordimiento — Me gustaría llevarte ahora mismo, pero yo no puedo abrir portales, tendremos que esperar a que te sientas un poco mejor, ahora mismo estas muy débil por la pérdida de sangre.

— Lo sé, adelante has lo que tengas que hacer.

Trataba de evitar lastimarlo, saco con mucho cuidado la Katana, estaba muy nervioso no soporta ver sufrir a Sasuke, sentía remordimientos de conciencia pues pensaba que debió haber actuado más rápido, no era propio de él seguir indicaciones al pie de la letra y emboscar al enemigo, siempre da la cara en los enfrentamientos, pero sabía que esta vez no podía correr ningún riesgo, así que cumplió con el plan, pero eso no lo hacía sentir nada bien después de ver al Uchiha herido. Después de retirar el arma, desnudó el cuerpo del pelinegro de la cintura para arriba para poder detener rápidamente la hemorragia.

— Al parecer no alcanzó a tocar ningún órgano vital, era lo que me preocupaba más. ¡Tsh, ese maldito, como pude dejar que te hiciera esto! — dijo el rubio desviando la mirada al piso con rabia en su rostro.

Terminó de vendar al Uchiha y darle de beber agua ya que se encontraba muy deshidratado, seguía sudando y con escalofríos, colocó el futon de dormir en el suelo, se arrodillo en el, recargó a Sasuke en sus brazos y piernas, realmente quería tenerlo cerca, sentirse su protector ahora que más lo necesitaba

— Naruto, no tienes por qué culparte, lo puedo ver en tu rostro, fue un descuido mío, me voy a reponer enseguida.

— Me duele Sasuke, todo lo que te pase a ti me duele, ya te lo había dicho y si yo puedo hacer algo para evitar que sufras, lo haré, y hoy no pude.

— Pero estas aquí, con eso estoy bien.

Ambos se miraban fijamente a los ojos, el dolor de Sasuke era intensó, pero no odiaba del todo a ver sido herido, no era tan malo si estaba cerca de Naruto, se sentía completo, aunque estaba muy débil.

El rubio tocaba y acariciaba el cabello negro azabache del Uchiha, sentía un fuerte impulso, quizás no era el momento, pero su corazón empezó a latir acelerado, el deseo de besarlo lo embargaba, acercó su rostro al pelinegro con el temor de ser rechazado o perder la amistad que tenían los dos, aun así las ganas eran más poderosas que él mismo, no podía contenerse más y mientras tocaba su mejilla y se perdía en su mirada, sus labios tocaron los de aquel hombre que sostenía junto a él, en un principio Sasuke reaccionó con sorpresa, era algo que jamás había esperado ser propiciado por el dobe que tanto amaba y deseaba.

Cerraron sus ojos, sus corazones sentían estallar, la emoción les recorría como electricidad por cada centímetro del cuerpo, con cada movimiento de sus bocas y el sabor de sus labios provocaba que el beso se tornaba más intenso, el brazo de Sasuke se aferró al cuello del rubio atrayéndolo más hacia él, quería sentirlo suyo aunque fuera solo por esa ocasión, tomaba con fuerza la dorada cabellera enterrando sus dedos en él, Naruto con su mano en el rostro del azabache, pedía entrar a lo más profundo del interior de su boca, quería probarlo todo, conocer el sabor de su saliva, abrieron los labios y sus lenguas hicieron contacto erizándoles la piel, comenzaron a jugar dentro salvajemente, el calor en sus cuerpos incrementaba a cada paso, algo deseaban, pero sea lo que fuera no estaban en condiciones para llevarlo a otro nivel, sin embargo eso no les impidió permanecer besándose por mas tiempo aunque les faltara la respiración, finalmente después de un rato, fue el Uchiha quien se detuvo, el cansancio le estaba haciendo una mala jugada.

No se dijeron ni una sola palabra, en cambio Sasuke comenzó a perder el conocimiento, y recargando su rostro en el torso de Naruto se quedó dormido. Naruto solo se apoyó en la pared de piedra, volteó al techo, cerró los ojos y suspiró intensamente.

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