Capítulo 3. Frío

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Transcurrió por lo menos una hora después de haber llegado a una de las dimensiones donde había edificación de Kaguya, los héroes de Konoha se encontraban a varios kilómetros de distancia, por lo que les tomaría unas cuantas horas acercarse al lugar, ambos avanzaban apresuradamente sin excederse para evitar cansarse innecesariamente.

A pesar de no tener la seguridad de encontrar con éxito al enemigo tenían que descartar cada zona, tarde o temprano tendrían que localizarlo, a Sasuke le había tomado bastante tiempo seguirlo, en casi tres meses se habrían enfrentado en cinco ocasiones, y cada vez que lograba ubicarlo, el Uchiha no podía seguirle el ritmo por haber hecho uso excesivo de los portales, pero esta vez sería diferente.

Naruto habría activado su modo sennin para detectar al sujeto, iluminaba con su cuerpo el camino oscuro por el que transitaban, el ambiente era frio, el suelo estaba cubierto por una manta blanca, pasaban entre grandes pinos macedonia, las estrellas de la noche parecían poder tocarse, realmente el sitio era muy hermoso pensaba el rubio, instintivamente volteó a ver a su lado, a menos de un metro de él, estaba Sasuke, parecía estar bastante concentrado en el camino, denotaba la prisa que tenía por salir rápido de la situación.

El cabello negro azabache contra el viento se impulsaba hacia atrás dejando el rostro del Uchiha al descubierto, su mirada se posó en él por algunos minutos contemplando cada rasgo de su atractivo rostro, Naruto siempre fue consciente de lo apuesto que era el Uchiha, no por nada le seguían por montones, no dejaba de tener admiradoras pese a que toda la aldea sabía que tenía un matrimonio con Sakura, eso no le impedía levantar suspiros entre las mujeres, aunque claro, pensaba Naruto, él tampoco se quedaba atrás pero no a la misma magnitud que su amigo, era innegable que sobresalía entre los hombres por su físico e inteligencia, pero sobre todo ese aspecto fúnebre, serio, y misterioso que tanto le caracterizaba y que despertaba tanto interés, le admiraba con tanto fervor que no pudo evitar pasar saliva, de pronto vio como de reojo Sasuke lo miró, en seguida dirigió su mirada al frente.

— Dobe, no te distraigas. Mientras más rápido terminemos, más pronto regresaras a la aldea.

— Perdóname teme, solo pensaba en que el lugar es muy tranquilo y de buena apariencia. — contestó, sin voltear de nuevo a verlo.

A diferencia de Sasuke, el rubio no tenía prisa por terminar la misión. Era verdad, en todo el tiempo desde que salieron de la aldea apenas y cruzaron unas cuantas palabras, solo para dar indicaciones, sin embargo, era normal, el pelinegro es un hombre callado y ya no podían comportarse como cuando tenían misiones de niños, que su forma de comunicarse era a través de peleas tontas y competencias, de eso ya había pasado muchos años, aun y con eso, quería estar ahí.

Realmente Naruto siempre tiene algo que decir, pero por ahora no salía nada de su boca, en cambio tenía la mente llena de recuerdos y pensamientos.

— Ah, sí, no lo había notado — continuó el moreno.

— ¿Cómo puedes ser tan indiferente siempre? Viajas tanto, por lo menos deberías apreciar el panorama de tu alrededor.

— Y tú ¿Cómo puedes pensar en el panorama en plena misión? Cabeza hueca — habló el Uchiha, entre cerrando los ojos.

— No me digas así, que no se te olvide que soy el nanadaime.

— Pues compórtate como tal y concéntrate en lo que venimos hacer, cabeza hueca.

El rubio puso sus ojos como platos frunciendo el ceño, dejó sus dientes a la vista y levantó su puño a la altura del pecho, pero finalmente no pudo contenerse dejó salir una risa y bajó su puño, de alguna manera el reclamo de su amigo lo alegró.

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