XVII

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Hope se levantó muy temprano a la madrugada siguiente, ni siquiera se podía ver un rayo de sol asomándose por las bellas montañas, así lo prefería.

Ver el cuerpo desnudo y despreocupado de Yoongi le provocó algún tipo de amargura en lo profundo de su pecho, quizá, esos no eran sus sentimientos sino los de su antiguo yo, Hoseok, quién parecía vivir dentro de su alma, sediento de venganza y no lo culpaba, Yoongi se merecía todas las otrocidades del mundo.

Tomó su ropa y se dirigió al baño para darse una ducha rápida con agua fría para despejar su mente.

Cuando hubo terminado, echó una última mirada a Yoongi y salió fuera de la habitación, encontrándose con Jungkook caminando por el pasillo.

— Mi señor, buenos días— Hizo una reverencia a la que Hope no respondió.

Observó a su sirviente de pies a cabeza, parecía que estaba entrando en la etapa de adolescencia, su voz se comenzaba a escuchar ronca, sus hombros anchos y la mandíbula gruesa. Se preguntó cómo era el desarrollo de un humano es ésa época, entonces recordó que Hoseok estuvo embarazado. Un hombre embarazado.

— Jungkook, necesito hablar contigo. Acompáñame.

Sin esperar una respuesta, tomó a Jungkook del codo y lo llevó xasi a rastras al patio trasero, donde se encontró a Suga, la noche pasada.

Escondidos tras de los arbustos, donde nadie podía verlos o si quiera escucharlos, se encontraban ambos acuclillados.

— Vas a ser completamente sincero conmigo, Jungkook.

El mencionado se removía nervioso de tener a su señor tan cerca de su rostro. A esa distancia podía notar su belleza y sensualidad, especialmente por la voz ronca, acompañada de susurros, provocándole un ligero cosquilleo en el vientre. Parpadeó muchas veces para alejar la idea tan peligrosa.

— Sí, señor.

Hope sonrió.

— Quiero que me digas todo lo que sabes de Hoseok y su muerte, y no omitas ningún detalle o me veré obligado a atarte a un caballo para que te arrastre por todo el pueblo ¿Entendiste?— El joven abrió los ojos asustado. Hope le dio una bofetada suave. — Responde.

— Sí, mi señor.

— Estoy esperando.

Jungkook pasó saliva.

— El difunto Hoseok era hijo del rey del Oeste, mismo que murió en batalla para defender sus tierras del imperio chino junto al padre del emperador Yoongi— Hoseok iba tomando nota mentalmente. — Una vez que murió, su convenenciera madre, ofreció a Hoseok para desposar a Yoongi. Al principio, se sabía que Hoseok no quería unirse en matrimonio pero ambos estaban enamorados, así que-

— ¡Espera! — Lo detuvo Hope. — ¿Cómo que estaban enamorados? ¿Ya se conocían?

— Sí. Se criaron, prácticamente, juntos debido a que sus respectivos padres eran buenos amigos. Por eso es que les fue fácil a ambos contraer matrimonio. Se casaron y el día de su boda, hubo una emboscada dónde asesinaron a los padres del emperador y dónde Hoseok mostró tener un poder dado por los dioses.

— ¿Poder? — Hoseok recordó la vez en que protegió a Yoongi con un especie de rayo, porque no era casualidad que cayese en ése instante.

— Sí. Mi señor Hoseok me contó que era el poder del gran dragón— Contó mirando al cielo. — Era un regalo divino desde que nació. Era capaz de crear campos de fuerza y hacer que llovieran serpientes en forma de rayos. Era un gran As bajo la manga del emperador Yoongi para mantener alejados a los enemigos.

THE KING & THE BOSS 【YOONSEOK】 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora