El nuevo rey era anunciado gracias al comité del trebol, quienes se encargaron de dar la noticia en medio de una gran tristeza debido a la muerte de los padres de Yoongi, convirtiéndolo a su vez en emperador junto a Hoseok.
En lugar de verse una gran celebración donde todo el pueblo adornara el lugar con magníficas flores de temporada y fuegos artificiales, lo único que podía verse era el silencio y el llanto silencioso de algunos devotos al imperio Min. El reino no era más que lantristeza misma, la devastación de perder a grandes líderes que forjaron con sudor y sangre la proyección y la producción magnífica de tantas bendiciones juntas, convirtiéndose en la mira de otros reinos interesados en sus tierras y de posibles amenazas de una guerra de poderío.
Yoongi era quién cargaba la peor parte de todo el dolor teniendo la responsabilidad de buscar a quiénes se atrevieron a asesinar a sus padres y encima de ello, dar la cara al pueblo para mantener su tranquilidad, incluso a su ahora esposo dotado por un don regalado a los dioses. Sin embargo, mantenía la cabeza fría en momentos como ése dónde se veía observando por los ministros de su reino.
— Majestad, ¿Qué debemos hacer ahora? — Preguntó uno de ellos con un deje de nerviosismo en su voz. — Estamos recibiendo amenazas de guerra, el pueblo está agonizando la pérdida de los monarcas y la producción de alimentos que se importarían están deteniéndose. Además, la economía está por los suelos, nadie desea regatear nuestro productos.
Yoongi cruzó sus manos y apoyó su barbilla en ella mientras observaba el mapa de las cuatro regiones en Corea, extendida sobre la mesa redonda donde se postraba.
— No regateareís nada, los precios no se moverán por ningún motivo. Avisad al pueblo que todo aquel que deje su trabajo en vano será despojado del mantenimiento por el reino.
— Pero, majestad, no podemos amenazarlos con tal cosa que les pertenece por ley.
Yoongi miró fijamente al ministro de finanzas.
— ¿Teneís una mejor idea?
El ministro de desarrollo agregó algo más.
— Si os amenazamos con eso, entonces no brindarán sus servicios ante una posible guerra.
Yoongi se puso de pie tomando por sorpresa a sus dos ministros.
— Escuchad bien, que no volveré a repetir mis palabras— Tomó un largo respiro. — Soy el nuevo rey, luché junto a mi padre por estas tierras y protegerlas, mi pueblo no será capaz de darme la espalda. Así que, mandad el anuncio de trabajo y quiero al primer general aquí para hablar de una estrategia de guerra.
Sin decir nada más, los ministros asintieron, se levantaron de sus asientos cuando las puertas dobles de su sala fueron abiertas por el primer general en defensa del clan Min.
— ¡Majestad!— Se inclinó sobre sus rodillas mientras gritaba. — Tenemos un ataque sorpresa del Este.
Yoongi gruñó por lo bajo.
— Organiza a los guerreros. Estas tierras no serán de nadie mientras esté vivo.
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Para entonces, Hoseok se enteró por su fiel eunuco y guardián Jungkook, que las tierras estaban siendo atacadas por sorpresa.
— Su majestad, tieneís que quedaros aquí con vuestra madre. Tengo que salir y proteger el palacio.
A pesar de ser joven, Jungkook se convirtió en un hombre de confianza debido a su lealtad y sumisión en pocos días de haberlo conocido y presentado por Yoongi. Congeniaron rápido, así que, podía hablarle con libertad en momentos como ése.
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THE KING & THE BOSS 【YOONSEOK】
Fiksi PenggemarDonde la líneas del pasado y el presente es dividida gracias a la maldición de la muerte debido a una confusión que llevará al arrepentimiento. Yoongi, el rey de la dinastía Joseon. J-Hope, el asesino rebelde del siglo XXI. Suga, el jefe de una mafi...