Había perdido la noción del tiempo después de subir al tren, la mayor parte del camino durmió y para cuando despertó se podían divisar los enormes arrozales imponiendo su belleza antes de llegar a las montañas donde se veían las casas de los ricos, Gon recargó su cabeza en la ventana e intentó relajarse, el viaje desde ese punto no duraría más que otra media hora y en ese tiempo tenía que despejar su mente de cualquier cosa que pudiera traerle recuerdos. Cerró sus ojos pero una voz gruesa y tranquila le hizo una pregunta; «¿Por qué dejó de pintar?» entreabrió los ojos viendo su reflejo en la ventana y entre el silencio del vagón no pudo evitar recordar su conversación con Chrollo.
odiaba recordar.
odiaba el silencio.
odiaba no poder mantenerse solo.
se odiaba.
Nunca quise dejar de hacerlo, la respuesta que había entrado a su cabeza pero no había salido de su boca, ¿Qué lo había detenido de decir esas palabras? ¿Qué después de eso se iban a formular más preguntas? ¿Fue la indulgencia en la mirada de Chrollo? ¿Fue esa mirada que hablaba no desde la prepotencia sino desde la genuina curiosidad? no supo cómo reaccionar al momento y cuando el silencio se prolongó, Chrollo caminó a la salida, pasó a su lado y le dio un leve golpe en el hombro como si dijera «ey, está bien, no tienes porque responder»
Pero ese gesto compasivo de alguna manera lo hizo sentirse mal por no poder responder.
No quería dejar de pintar pero lo hizo, lo hizo porque Mito se lo había pedido cuando su madre enfermó, tenía que ser un buen niño, tenía que aceptarlo. Ese era su trabajo, tenía que aceptar eso porque amaba a Mito, amaba a su madre y sabía, vaya que lo sabía, que todo eso era un castigo por haber besado a un niño, lo supo desde el primer momento en que su madre cayó en cama y aceptó la responsabilidad de abandonar algo que amaba, era adecuado, era lo menos que podía hacer. Pero al final de cuentas no fue suficiente, al final de cuentas perdió todo lo que amaba. No había sido justo pero para ese punto no le importaba obtener el enojo de Dios. Incluso ahora que se acostaba con Killua tenía por sentado que no había nada que Dios pudiera arrebatarle para hacerlo sentir mal, y tal vez fue esa idea la que impulsó a Gon para continuar los encuentros sexuales con el albino.
ಠ_ʖಠ
Killua creía que tal vez estaba tomando una decisión apresurada, un día antes estaba tan convencido de lo correcto, pero hoy, más tranquilo, su decisión balanceaba entre un qué dirán y un qué quiero. Hace mucho tiempo no dudaba en tomar acciones. No iba a mentir, ese miedo que regresó de manera repentina lo hizo sentir un poco extasiado, lo que era bastante contradictorio para él y para cualquier persona a la que se lo intentara contar. Quería tomar la decisión sin chistar, creía que era lo correcto, era lo que quería pero si algo salía mal no solo sería afectado él sino también Alluka, su madre y Kalluto. La muerte de su padre le había dejado a él toda la responsabilidad de mantener a su familia y su legado, hacer esto no era algo que se pudiera encubrir tan fácilmente, si las cosas no iban por el camino trazado, entonces, incluso si fingía no saber las intenciones verdaderas de Gon quedaría mal parado, si el plan de la abolición de la esclavitud no salía de manera adecuada sería más difícil enmendar ese error a una acusación de sodomia.
Lo arriesgaría todo sin dudar si esto se tratará solo de él.
Pero no era así, no era así y tenía miedo de joder todo lo que había construido.
-¡Killua Zoldyck! -, salto de susto en su asiento, su grito tan repentino y chillón había logrado borrar cualquier pensamiento, vio como su hermana entraba con pasos pesados a su oficina, mientras caminaba no pudo evitar notar que ese día no llevaba vestido, sino una levita rojo oscuro con detalles dorados bastante formal y un pantalón marrón. Cuando Alluka llegó al escritorio del albino arrojó un sobre blanco arrugado.
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Solo un Fallo ~KilluGon~
FanfictionA veces, las personas evitan enfrentar sus heridas; otras veces, se aferran a ellas sin dejarlas cicatrizar. Cuando dos personas heridas se encuentran, instintivamente intentan repararse mutuamente. Sin embargo, no se puede dar lo que no se tiene. G...