Gon se encontraba ansioso, iba de un lado al otro por su oficina y jugueteaba con sus dedos, se encontraba repasando en su cabeza cada escena que había ocurrido el día anterior; desde el momento en que fueron sacados del debate hasta la mirada de Killua recorriendo su cuerpo. Miró la ventana y en ese instante Kurapika entró.
Con una sonrisa en el rostro y mostrando un sobre en sus manos el rubio recitó;
-ha llegado otra carta.
Gon titubeó antes de tomar la carta.
-Gracias por traerla.
-has estado recibiendo cartas durante dos semanas enteras, parece que las cosas van bien con ella.
-no sabía que eras un entrometido.
-muy graciosos, Gon. Ahora hablá.
-después de que me diste la dirección de su casa, envié la primera carta. Ella la respondió al instante y se ha vuelto una rutina, me responde un día después de que yo envío las cartas.
Gon abrió la carta y dejó el sobre junto a una lámpara en el escritorio. Al leerla con detenimiento rió.
-¿Qué te causa risa?
-ha escrito que su vida es mejor con cada carta que le envío.
-apasionada y directa, es una combinación bastante peculiar.
-Es refrescante, hablar con ella no es como hablar con las jóvenes inglesas con su sofisticada opera y lunares falsos a lado de los labios. Ella es...simple.
-ser simple no es algo especial.
-he ahí el encanto de la simpleza, en un mundo donde todos quieren ser especiales lo simple termina convirtiéndose en especial.
Gon inflo su pecho orgulloso, incluso él se sorprendió de sus palabras, quizá tal vez Retz sí era la luz que buscaba en su vida. Giró su cabeza para ver la expresión de Kurapika ante sus palabras, tal vez recibiría un halago. Pero kurapika solo miraba la carta que Gon sostenía, parecía perdido en pensamientos, ajeno a la conversación. Gon quería reprocharle; acababa de decir algo digno de un poeta y había sido totalmente ignorando. Dejó caer su cuerpo en la silla igual que un niño malcriado.
El sonido de la puerta interrumpió los pensamientos de Kurapika y la rabieta de Gon.
-Adelante.
Cuando Gon vio a Killua pasar inconscientemente se levantó de su asiento.
-Kurapika -inclinó su cabeza en forma de saludo, el rubio solo entrecerró sus ojos. Killua trató de ignorar la hostilidad del rubio, miró a Gon.- Netero nos espera en su oficina, quiere tratar un tema con nosotros.
Gon se quedó estático unos segundos y después agachó las cabeza lentamente; con sus ojos abiertos y su rostro serio solo dijo un «ya veo», Kurapika dió un paso adelante para tomar el hombro de Gon y preguntarle si todo estaba bien pero a centímetros de tocarlo, Gon volteó, le dió una helida sonrisa a Kurapika.
-perdón Kurapika, tendré que ir.
El rubio aún tenía la mano extendida hacía el moreno pero al ver su sonrisa fue dejando caer su brazo poco a poco. Algo andaba mal: la sonrisa de Gon parecía obligada y Gon jamás había tenido la necesidad de fingir una sonrisa frente a él.
-sí, está bien, de todos modos yo tenía que ir a terminar mi trabajo.
Kurapika salió de la habitación después de darle una palmada en la espalda a Gon, con ese golpe intentaba brindarle confianza.
Cuando Kurapika salió Gon soltó el aire que tenía guardado en sus pulmones, estaba tan nervioso que había olvidado respirar.
-¿Es para lo que yo creo que es?
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Solo un Fallo ~KilluGon~
FanfictionA veces, las personas evitan enfrentar sus heridas; otras veces, se aferran a ellas sin dejarlas cicatrizar. Cuando dos personas heridas se encuentran, instintivamente intentan repararse mutuamente. Sin embargo, no se puede dar lo que no se tiene. G...