Capítulo Quince

956 52 64
                                    

De verdad se sentía incómodo con esa ropa, por ello a pesar de que había pagado un asiento cómodo en ese viaje prefirió quedarse parado en un cubículo en medio de la entrada de los vagones, recargado mirando las ventanas que tenían las puertas por dónde entraban la gente del andén, de alguna manera se sentía más observada vestido así que cuando llevaba vestidos ampones.

El paisaje que miraba no era particular ni hermoso pero sí familiar, después de todo cuando había huido de casa se había grabado cada paisaje y siendo que el escenario en el que habían huido no había sido agradable, fue más fácil para ella recordarlo. No solía recordar ese momento pero no porque le fuera desagradable hacerlo, solo no le agradaba la idea de vivir bailando entre recuerdos del pasado como Killua lo hacía, le parecía un destino deprimente arrepentirte por lo que tenías y ya no tienes, ella atesoraba sus recuerdos pero no se encontraba soñando con regresar a ellos y aunque podía comprender por qué su hermano se aferraba tanto a su pasado no podía aceptar que Killua no viera el panorama completo porque a lo que Killua se aferraba solo era una parte de lo que había vivido, pero ella había sido un espectadora cercana y silenciosa y podía decir que no todo era tan perfecto y resplandeciente como el albino lo recordaba.

Quería que Killua se olvidara de Canary, lo deseaba con todo su corazón porque en cierta parte sentía que solo hasta que su hermano pudiera superar la muerte de Canary ella podría estar en paz, ella podía perdonarse. Dio un suspiro cansado cuando escuchó el sonido del tren anunciando su llegada, las puertas frente a ella fueron abiertas y a penas salió de la estación un carruaje la esperaba, el hombre de apariencia dócil que conducía le sonrió con sus mejillas regordetas y las marcas de expresión en su rostro se notaron aún más.

- Joven Alluka, es un placer verlo de nuevo.

Alluka colocó detrás de su oreja un mechón de cabello rebelde que había salido de su coleta, joven Alluka, había estado pensando de él como ella durante todo el camino y escuchar cómo volvían a referirse por su género de nacimiento fue un golpe de realidad bastante duro, pero era inevitable aquí la gente sí sabía que él era hombre.

- Sí, ha pasado mucho tiempo, me alegro de volver a casa de nuevo - sonrió cerrando sus ojos y ladeó su cabeza para darle más expresividad a su actuación, un rostro gentil y comportamiento adecuado, su personaje en casa era el de un hombre sereno y amable, una contraparte perfecta de su hermano, y al parecer fue una buena actuación ya que el hombre rió animado. Claro que era una actuación perfecta, después de todo él trabaja en el teatro.

- se extrañaba su energía aquí, su madre estará muy feliz de verlo.

- No lo dudo, madre estará muy interesada en saber qué he hecho este tiempo.

- ha preparado todo un cuestionario para usted. - rió echando su cabeza hacía atrás.

- Entonces será adecuado no dejar esperando a madre así - Alluka marcó el fin de la conversación pero gracias a su tono de voz tan calmado el hombre ni siquiera sé percató de la urgencia del chico por terminar la charla, así que solo asintió con una sonrisa y abrió la puerta del carruaje para que Alluka entrara.

(ಠ_ಠ)━☆゚.*・。゚

Dos hombres que pasaron a lado de la oficina de Killua no pudieron evitar voltear a ver cuándo notaron el silencio que abundaba y creyeron en la posibilidad de que el albino también había ido lejos, la tranquilidad no era común, daba miedo. El silencio no era grato y se podía notar una penumbra oscura saliendo de su oficina queriendo absorber a cualquier indefenso. La mayoría no logró animarse a pasar por enfrente. Eso hasta que Netero se paró frente la puerta y de un golpe la abrió.

-¡ARRIBA!

dentro de la oficina se escuchó el grito de Killua, el sonido de una silla siendo arrastrada por el suelo y después un golpe. Netero rió acariciando su barbilla y pasando su mano hasta el último mechón de sus barbas. Nadie vio lo que sucedió dentro pero todos dedujeron la situación desde fuera y miraron otra dirección como si ver esa escena fuera algo indebido, no era gracioso, tenían a ambos hombres en un pedestal y nunca habían comprendido del todo esa relación.

Solo un Fallo ~KilluGon~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora