The Originals Book One

DOLOR REINANTE EN NUEVA ORLEANS

Compuesto Mikaelson

Klaus había preparado una mesa para cenar en el patio para celebrar su regreso al liderazgo sobre Nueva Orleans y su recuperación del complejo de manos de Marcel.

El ejército de vampiros, incluidos Marcel y sus amigos más cercanos, están sentados alrededor de la mesa.

Klaus y Daniela están sentados en cada extremo. Klaus llama la atención de todos para dar un discurso golpeando su vaso con su tenedor.

Klaus: Comencemos con un brindis por nuestro regalo compartido de inmortalidad.
Después de mil años, uno podría esperar que la vida se sintiera con menos intensidad, porque sus bellezas y sus penas disminuyen con el tiempo. Pero, como vampiros, sentimos más profundamente de lo que los humanos podrían imaginar.

Klaus hace un gesto hacia un grupo de camareros para que se unan a ellos en la mesa, uno por cada invitado.

Klaus: Necesidad insaciable, dolor exquisito.

Los sirvientes se cortan las venas con cuchillos, llenando las copas con sangre para los vampiros.

Klaus: Nuestro victorias y nuestras derrotas.

Klaus mira a Marcel, quien retrocede a un recuerdo con Rebekah y Klaus levanta su copa en un brindis por los demás.

Klaus: Por mi ciudad, mi hogar otra vez. Que la sangre nunca deje de fluir.

Marcel: [Levanta su copa] ...y la fiesta nunca termina!

Marcel mira a Diego, que tiene su propio flashback.

Diego: [Levanta su copa] A Nueva Orleans.

Klaus: [Repite] ¡A Nueva Orleans!.

Todos: Nueva Orleans.

Todos en la mesa beben.

Klaus: Entiendo que algunos de ustedes pueden tener preguntas sobre el reciente cambio de liderazgo, y los invité aquí esta noche para asegurarles que no han sido derrotados. No, mis intenciones de seguir adelante son celebrar lo que tenemos. Lo que Marcel, de hecho, tomó y construyó para esta verdadera comunidad de vampiros.

Diego: ¿Y ella?. El lobo.

Diego señala a Daniela en el otro extremo de la mesa.

Klaus: Si me hubieras dejado terminar, Diego, sabrías que, por supuesto, hay otro asunto que me gustaría tratar.

Klaus camina hacia el otro extremo de la mesa donde se sienta Daniela.

Klaus: Como muchos de ustedes saben, la niña está esperando a mi hijo. En consecuencia, confío en que todos le rendirán el debido respeto. Sin embargo, entiendo que algunos de ustedes estén preocupados por este vicioso rumor de que tengo la intención de usar la sangre de nuestro hijo para crear híbridos. Te aseguro que no.

Daniela: [sonríe sarcásticamente] Padre del año.

Klaus: [ligeramente frustrado] Parece que tendré que ganarme tu confianza. Muy bien. Eliminaremos la raíz de tu ansiedad. Verás, ¿cómo puedo engendrar híbridos si no hay más hombres lobo vivos en el pantano a los que convertir?.