XVII [Último]

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Hoy se podía considerar un día muy gris, eran las 13:27 de la tarde, parecía que iba a llover, el cielo se veía triste, el aire tenso y la tranquilidad abundaba, algo andaba mal, esta vez si algo andaba mal, no sabía nada de Herlem hace rato, los niños no estaban correteando como siempre, hace un rato había subido a ver si estaban mis hijos bien, pero estaban plácidamente dormidos, iría a corroborar, esto olía muy mal.

Caminando escaleras arriba, pasando por los pasillos, busqué indicios de algo estando mal, un rollo de cinta rodó en mi dirección, cinta gris, la que se usan especialmente en secuestros, definitivamente algo andaba mal, acelere mi paso.

Unas hilachas de soga sisal estaban esparcidas en el suelo de la habitación de mis hijos, alarmada, averiguo que más pudo haber pasado mientras no estaba con ellos.

Rastros de soga sisal, un rollo de cinta, unos trozos de lo que sería unas bolsas de papel, el armario vacío, sus ropas y juguetes no estaban, observando si encontraba algún indicio de su paradero rebuscando en toda la habitación encontré una nota con una caligrafía muy delicada.

"Es hora de que descanses, ahora nosotros nos vamos a encargar de nuestros hijos, pronto te iremos a buscar a ti, no te asustes cielo, los cuidaremos muy bien."

"Atte; Bangtan"

Esos malditos bastardos...

Hijos de perra... Me las van a pagar por mis hijos. — apretando los puños de rabia corrí escaleras abajo. Buscando desesperada el móvil.

Cuando encontré al número indicado no dude en llamar dos tonos después contestó.

— Mierda... — murmure por lo bajo. Buscando en mi libreta de notas lo que necesitaba pedir para la situación.

— Hola ___, ¿que sucede? — atendió al llamado.

— Voy a ir al grano, lo necesito urgente para mañana, ¿esta claro? — sentenció de forma dura.

— ¿De acuerdo? — dijo él dudoso.

— Primero que nada voy a necesitar un jet, tengo que viajar a Corea otra vez, luego pediré  que me consigas cuatro Hummer blindadas, dieciséis de mis hombres los más experimentados posibles para el combate, cuatro francotiradores con armamento McMillan Tac-50, armas de asalto SA80 y chalecos antibalas, yo específicamente voy a querer una Scar-L. — ordenó firme a su pedido.

Está bien, a todo esto, ¿para qué? — cuestionó Jonathan luego quedando en silencio.

— Jonathan... Secuestraron a mis hijos... — suelto con un suspiro cansado.

...

Me había quedado toda la noche formando un plan, por mi propia cuenta había rastreado el celular de Taehyung gracias a la llamada de la última vez, estaban en una área alejada de la ciudad deduciendo una mansión de lujo con mucha seguridad, no sería problema para mis hombres.

Herlem tampoco apareció desde que supe que había secuestrado a mis niños, al momento en que me fijé la hora de ese acontecimiento me di cuenta de que a esas alturas él ya debería de haber llegado de trabajar. Pero no volvió, supongo que lo secuestraron de camino.

¡LA REINA DE LA MAFIA SOY YO! | BANGTAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora