𝑾𝒓𝒂𝒑𝒆𝒅𝒅 𝑰𝒏 𝑳𝒐𝒏𝒆𝒍𝒊𝒏𝒆𝒔𝒔

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Tomioka se sentía solo. demasiado. ni siquiera la compañía de otros aliviaba el vacío que sentía en su cuerpo; Tanto, que solo las nubes de lluvia lo consolaban. solo ellas parecían saber lo que en verdad le pasaba; lo que tenía ocultó tras su máscara fría, e impasible. es por eso que cada que Giyu se sentía triste y solo, las nubes dejaban caer su triste lluvia, y ésta lo envolvía en un cálido abrazo para consolarlo, y lloraba por él; porque sabía que éste no era capaz de hacerlo, no frente a otros, solo frente al cielo lluvioso y a su espejo, dónde cada noche veía su patético reflejo llorar cuál gato abandonado por sus dueños.

en parte, si se sentía identificado con aquél gato negro que siempre veía en la calle. maullando en busca de alguien bondadoso que fuera capaz de recogerlo y adoptarlo. alguien que fuerza capaz de salvarlo de su tristeza y desgracia. alguien que fuera capaz de llenar aquél vacío que tanto carcomía su pecho.

alguien que fuerza capaz de sacarlo de aquél hueco de soledad.

Al igual que cada mañana, se despertó bastante temprano. Aunque realmente no tenía ganas de abandonar su cama, de todas formas se levantó y fué a la cocina a prepararse cereal.

Todos los días eran iguales: amanecía solo, comía solo, dormía solo y estaba solo. Y dudaba que ese día fuera la excepción. Siempre hacia la misma rutina, envuelto en soledad.

Aunque, no sabía de qué se quejaba, si él había sido el que quiso empezar a vivir solo. Pero a veces, le hubiera gustado quedarse con Sabito y Makomo.

De esa forma, hubiera podido ir al mismo lugar que ellos.


-5 Meses atrás-

Le gustaba salir a caminar en los días lluviosos. Sentir las gotas de agua caer sobre su rostro le era muy agradable.
Ese día, era posiblemente el peor de todos. Hace apenas unas horas, había recibido una carta, la cual le reveló la tragedia que había ocurrido. La carta se la había enviado su padre adoptivo: Sakonji Urokodaki.

Sabito y Makomo habían muerto.

Ellos, personas que para él habían sido lo más cercano a unos hermanos, habían muerto.

Se quedó varado en Medio de la calle. Por alguna razón, no había ni un solo auto que pusiera su vida en peligro, estando en ese lugar. Miró el cielo, sintiendo aquellas caricias que la lluvia le daba con sus suaves gotas. No sabía si estaba llorando o no, pero sentía mucha humedad en sus ojos. Sentía que no había nadie aparte de la lluvia que lo consolara; aunque la verdad, No es que lo sintiera así, es porque era así. Sintió un vacío consumir su alma, todo su ser en sí. Sintió que su mundo entero se venía abajo.

Hasta que sintió un abrazo.

Pero este abrazo, no era de la lluvia, era uno cálido, muy pero muy cálido. Sintió se cintura ser rodeada por una fuertes y firmes brazos; sus pulmones ser invadidos por un agradable olor a vainilla. Abrió los ojos con sorpresa y pegó un respingo al terminar de procesar el hecho de que alguien le estaba abrazando.
No sabía quién era. No podía ver su rostro, pero si podía ver gran parte de su cabello rubio y largo. Se quedó inmóvil, sin saber que hacer o como reaccionar. Simplemente se dejó abrazar. Porque nunca nadie le había hecho algo así. Pese a que era un total desconocido el que estaba rompiendo su regla de espacio personal, no se sentía incómodo, ni enojado. Se sentía tranquilo, se sentía en en completa paz. Una paz que no quería que se fuera. Pero los minutos pasaron, y el ajeno lentamente comenzó a aumentar la distancia entre ambos, entonces lo miró a los ojos; dorados, y brillantes. Lo hubiera visto con mas detalle de no ser por un grito que se escuchó a lo lejos.

A L O N E - RenGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora