A L O N E - RenGiyuu

𝑾𝒓𝒂𝒑𝒆𝒅𝒅 𝑰𝒏 𝑺𝒂𝒅𝒏𝒆𝒔𝒔

"Un gato negro no siempre es de mala suerte "

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Este es un capítulo especial que quería hacer <3

Espero que lo disfruten, aunque sea algo corto 💝

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Desanimado, abatido; Kyojuro se marchó del hospital con el peso de la noticia de Sanemi recayendo sobre sus hombros, sumado al de ver que Giyu no había despertado, otra vez.
No quiso volver directamente a su hogar, prefirió caminar un rato para poder acomodar sus pensamientos correctamente, y al pasar por al lado de una tienda para mascotas, recordó que debía comprar algo en específico.
Y luego, al salir, decidió ir un rato al parque, solo para poder escuchar las risas de los niños que jugaban felices y corrían de acá para allá, de algún modo, eso siempre lograba reconfortarlo bastante.

Su mirada vagó por los alrededores, sentado en una banca, la verdad, no habían muchos niños, pues el cielo estaba nublado y parecía que iba a llover.
sin más, miró el suelo, pero al sentir la nariz arder, y los ojos humedecerse, quiso sonreír mirando hacia el frente, como siempre lo hacía. Pero pudo sentir sus labios temblar y su vista nublarse, a causa de la creciente humedad acumulándose en sus ojos.

Su memoria mostrándole sus peores recuerdos hasta el momento, quería hacerle saber que ya estaba al límite y no podía evitarlo, pero Kyojuro se resistió; estaba negado a sentirse de esa forma otra vez, negado a derramar esa agua de sal de sus órbitas, que desde muy jóven había jurado no volver a derramar jamás.

No obstante, fue inútil.

Pero era inevitable. No siempre podrás lidiar con tus heridas, pues en algún momento, y sin importar cuánto las hayas cosido, sin importar qué hilo hayas usado, siempre, pero siempre, esas heridas, volverán a sangrar.
Y eso seguirá pasando toda tu vida, hasta que te esfuerces en dejarlas sanar, o pronto, morirás desangrado. Y el último latido que de tu corazón, lo hará diciéndote "te lo dije"

Una lágrima, dos lágrimas, y de inmediato Kyojuro las enjugó con la manga de su sudadera blanca, la cual tenía en la zona del pecho una flama. Frustrado, se puso de pie y se dispuso a marchar de aquél lugar, mientras se colocaba la capucha y metía las manos en sus bolsillos. Su vista se elevó hasta el cielo, sintiendo las gotas
de lluvia acariciar su rostro. Suspirando, caminó con rumbo a su hogar.

Aunque, por alguna razón, todo el camino lo sintió bastante lento y largo. Incluso le pareció ver las calles teñirse de unos amargos tonos grises y blancos.

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-... -cerró la puerta en silencio, algo nada propio de él. Pero la verdad, no se sentía de ánimos para hablar.

Entre más se acercaba a la cocina para buscar algo de beber, más se escuchaba el sonido de platos chocar.

-Llegaste... -Shinjuro le daba la espalda mientras lavaba algunos platos-. Senjuro no está aquí. Se fue a una pijamada con sus amigos, si es lo que ibas a preguntar.

-Entiendo... -se acercó al mayor para tomar un vaso que estaba ahí cerca, para luego acercarse a un bidón de agua.

-Hoy vendrá alguien que quiero que conozcas -dijo Shinjuro, y el más bajo lo miró con extrañeza.

-¿Quién es?

-Es un hombre unos años menor que yo. Se llama Kiyosumi, y lo conocí hace unos días.

-¿Y por qué quieres que lo conociera?

-Porque él quiere conocerme a mí.

-... ¿Eh?

-Olvidé que no entiendes indirectas... -murmuró-. Kiyosumi y yo queremos conocernos mejor.

Kyojuro se sorprendió-. ¿Estás saliendo con él?

-Bueno, aún no. Todavía nos estamos conociendo.

-¿Y cómo es él?

Shinjuro se quedó en silencio al percatarse de que, por primera vez en muchísimo tiempo, estaba teniendo una conversación normal con su hijo.

-Pues... Es una persona muy amable, algo torpe y a menudo se cae o se choca contra cualquier cosa, pero tiene buen corazón y es alguien que puede hacerte sonreír muy fácilmente.

-Ya veo... Se oye como alguien muy confiable

-Sí... Yo... -Shinjuro pareció morderse la lengua de golpe, y Kyojuro, extrañado, lo miró.

-¿Pasa algo?

-No... No es nada -nervioso apartó la mirada, y dió por terminada su tarea.

-De acuerdo... Estaré en mi habitación.

-Está bien.

Dicho esto, Kyojuro se fue y subió las escaleras, confundido por recién notar que había tenido una conversación normal con su padre.
Algo que jamás pensó que sucedería.
Y sonrió, un poco contento de pensar que tal vez, su padre estaba comenzando a cambiar.
¿Ese tal Kiyosumi tendría algo que ver?

Entró a su habitación, quitándose la sudadera algo húmeda por la lluvia, y la arrojó a su cama. Ya luego la dejaría en la lavadora. Y al sentarse en su cama, chasqueó los dedos varias veces hasta que pudo sentir algo peludo salir de su cama, rozando su pierna.

-Hola Ko, te traje un regalo -dijo Kyojuro, acariciando al pequeño felino, el cual tenía un bonito pelaje negruzco y ojos azules como el zafiro.

Lo había encontrado solo en la calle, solo y abandonado, dentro de una caja con una manta que muy probablemente alguien haya dejado ahí para que el pequeño no pasara tanto frío.

No iba a mentir. Ni bien vió los ojos de aquél pobre y tierno gatito, no pudo evitar recordar a Giyu y sus ojos tristes.

Su sonrisa se borró por un momento. Y miró su ventana, la cual era golpeada por la lluvia que caía con tristeza y suavidad sobre toda la ciudad. Sentándose en una silla enfrente de un escritorio, apreció la hermosa lluvia de la que su casa lo protegía.

Sonrió con tristeza, sintiendo que, de alguna manera, la lluvia parecía querer consolarlo con su bello sonido. No podía imaginar su vida si Giyu no estaba en ella, y justo ahora, sin él a su lado, se sentía más solo que nunca...

-Giyu-san. Ahora comprendo cómo te sientes... -murmuró, abatido. Ko largó un maullido para llamar su atención, y luego, Kyojuro dejó que el felino saltara a su regazo, para acto seguido recostarse-. Al menos, tú me haces compañía, Ko.

Kyojuro sonrió levemente, acariciando el desastre que el felino tenía por pelaje.

Aunque estaba sonriendo, pronto dejó de hacerlo, suspirando con pesar. No comprendía por qué justo ese día, se sentía tan mal, tan vacío, tan... Incompleto. Como si una parte de su alma hubiese sido arrancada.

Unos arañazos en su brazo lo sacaron de sus pensamientos. Al parecer, Ko se había enojado por dejar de recibir mimos.

-Ah, lo siento -se rió y volvió a su tarea de mimar al pequeño gato azabache. Y no sabía si fue su imaginación o no, pero podría jurar que Ko le había tirado una mirada de amenaza.

Confundido, volvió a reírse. ¿Qué clase de felino había traído a su hogar?

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Lamento si es muy corto, pero quería traer algo bonito a esta historia <3

Capítulo: 15 (corto)
Fecha: Domingo 11 de diciembre
Año: 2022
Título: Wrapedd In Sadness
Significado: Envuelto en Tristeza.
Autora: Cande UchihaxD