𝑾𝒓𝒂𝒑𝒆𝒅𝒅 𝑰𝒏 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 (𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 1)

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" Los Sueños son crueles, porque te muestran una realidad en la que alguna vez viviste y a la que ya no podrás volver "

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-¿En serio todavía no despierta? ¿Cuánto tiempo ha estado durmiendo? -preguntó Sanemi, incrédulo.

-Dos semanas... La verdad no sé cuándo valla a despertar, pero...

Sanemi miró de reojo al rubio que tanta calidez irradiaba a los demás, el cual sonreía con sutileza.

-Giyu-san es fuerte, así que no importa cuánto tarde, él despertará -más que una intuición, aquello fue una afirmación, con toda la confianza que alguien podría tener en sus propias palabras.

-... -el albino estaba sorprendido, pero de la nada, su rostro se puso serio-. Rengoku, hay algo de lo que tenía que hablar con Tomioka, pero veo que solo estás tú...

-¿Qué sucede? -preguntó, borrando su grata sonrisa al escuchar el tono que había usado Shinazugawa al hablar.

-Bueno, seré directo contigo...

Kanae Kocho falleció hoy.

-... ¿Eh?

-Ella se suicidó, tirándose de la azotea de la academia, y hace apenas unas horas, la policía encontró su cuerpo tirado detrás de todo el edificio...

-... Entiendo... -no tuvo otra cosa que decir, todavía estaba procesando aquella noticia, y ni siquiera estuvo preparado para lo que se venía.

-Pero, eso no es verdad, y los policías son unos ciegos de mierda al no darse cuenta...

-¿A qué te refieres?

-Por favor -bufó-. ¿Con qué razón ella querría suicidarse? Y aunque fuera así, ¿Por qué justo detrás de la academia, dónde no pasa nadie? Oh, claro que no... -su semblante parecía oscurecer cada vez más, y su voz tornarse más profunda-. Alguien la empujó justo en ese lugar, y quién lo haya hecho lo hizo con la intención de que nadie pudiera encontrar el cuerpo.

-... ¿Y tienes una idea de quién pudo haberlo hecho? -al no recibir respuesta del albino, Kyojuro lo miró -. ¿Shinazugawa?

Nada. No se oía nada... Nada más que una muy leve risa emanando de los labios del albino, y Kyojuro, desconcertado, volvió a hablar.

-¿Shinazugawa?

La risa del albino comenzó a intensificarse más, más y más, hasta prácticamente transformarse en una exagerada y tosca carcajada llena de resentimiento y felicidad, pero lo más desconcertante, era ver lágrimas resbalar con rapidez de sus ojos, en los cuales se podía entrever el remordimiento que sentía en el más oscuro abismo de su corazón.

Kyojuro, paralizado, miró a Sanemi preocupado. Y quiso posar su mano en el hombro del albino.

Pero solo tres palabras fueron suficientes para detenerlo.

-¡YO LA EMPUJÉ! -gritó, histérico, y Rengoku lo miró perturbado.

Las risas se fueron calmando de a poco, hasta que solo de escuchaban los sollozos cargados de coraje y remordimiento del albino.

A L O N E - RenGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora