Capítulo 24.

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14 de Julio.

-_____, ¿Falta mucho? Me aburro.

-Yo que sé Jesús, déjame escuchar música.

-A ver que escuchas.

-No...

Pero era tarde, ya había cogido mis auriculares.

-Pero que bien cantan esos, ¿no?

-En verdad son asquerosos, pero los tengo aquí para cuándo me aburra.

-Será eso.

Bien, os explico.

Estábamos en el avión rumbo a León, y Jesús tuvo la brillante idea de sentarse a mi lado, cosa que no me molestó, no mientras me dejara tranquila.

Así que yo cogí mis auriculares y los enchufé a mi móvil, y le dí al aleatorio.

Pero justo en el momento en que Jesús le pasó por la cabeza escuchar mi música, estaban sonando ni más ni menos, que ellos. Y no iba a quitarlos, pero tampoco me esperaba que él cogiera mis auriculares.

De un momento a otro, la música dejó de sonar.

-¿Qué haces?

-Mejor que te cante yo, ¿no crees?

-Si quieres que nos saquen del avión, entonces sí.

-Entonces nos hacemos una foto.

Sacó su móvil y lo debloqueó, para poner la cámara.

En aquel momento no quería fotos, pero conociendo a Jesús, tarde o temprano tendría que hacerlas, así que accedí a la primera.

-Déjame tu móvil anda.

Puse ojos de cachorrita.

Él rodó sus ojos, pero me lo dejó. Tampoco soy muy cotilla, así que solamente me metí en instagram.

Sí, en instagram, en un avión.

Le pregunté que porque iba, me dijo que había wifi en el avión.

Extraño, pero funcionaba.

Fui a poner me gusta en alguna foto, pero fue un gran fallo, de repente el móvil empezó a llenarse, y le cerré la sesión para no agobiarme, y me metí a mi cuenta.

-Espero que te sepas tu contraseña, sino te quedas sin instagram. - Me burlé.

Seguí metida en su móvil hasta que me cansé y se lo devolví.

Apoyé mi cabeza en su hombro, y estaba a nada de dormirme, pero adivinen.

-Señores pasajeros, por favor, aten sus cinturones que el avión está a punto de aterrizar.

Me levanté de un salto, y me coloqué bien en la silla.

Sentí cómo íbamos aterrizando, pero nunca me habían asustado los aviones.

*********

-¡DANIEL PARA DE MOVERTE! - Exclamó Eva.

En esos momentos, estábamos en la furgoneta, que nos íbamos hacia el hotel.

Y Dani no paraba de cantar, chillar, y molestar a Jesús, cosa que llegaba a cansar, pero era realmente divertido ver cómo 'peleaban', tanto que Sonia y yo no podíamos evitar algunas carcajadas, aunque a decir verdad, ellos también se reían.

Me acordé de Ana, y saqué el móvil para decírselo.

_____:Tía, ya vamos para allá.

Ana: donde estaisss

Enamorado de la fan. (Gemeliers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora